La cumbre vasco-japonesa del Urola

Las protagonistas eran Miho Hazama e Hiromi, las dos damas del jazz que por la noche actuaban en el estreno este año de la Plaza de la Trinidad. Con ellas, el embajador de Japón en España, Kenji Hiramatsu, el alcalde de Donostia, Eneko Goia, y el director del festival, Miguel Martín, además del edil donostiarra de Cultura, Jon Insausti. Solo faltaba Kubo, el nuevo fichaje de la Real, ya en viaje futbolístico con sus nuevos compañeros de equipo. Los animadores del encuentro eran Alejandro Rodríguez, responsable de Artes y Música de Fundación Japón, y Keiko Morito, directora de Fundación Japón Madrid, una de las entidades patrocinadoras del concierto.

Pablo Loureiro, el chef del Urola, no era este viernes solo anfitrión. Está inmerso con otros compañeros de la cocina guipuzcoana en el plan de abrir un núcleo gastronómico donostiarra en territorio nipón. Y de eso también se habló en torno a un menú en el que no faltaron el tartar de bonito, el txangurro a la donostiarra, rodaballo y doble postre: el célebre mojito del Urola y la eterna torrija. Cuentan los presentes que el txangurro despertó el fervor de los japoneses. Y eso que para algunas la comida terminó pronto: Hiromi tenía la prueba de sonido en la Trini y quería ajustar bien los detalles antes de su cita nocturna con el público.

Hubo este viernes más y mejor diplomacia en el sentido más noble del término. La viuda, Elena, e hija, Jasone,de Iñaki Añua, el alma mater del festival de Vitoria, fallecido hace solo unos días, se acercaron hasta San Sebastián y disfrutaron del concierto de Gregory Porter en el Kursaal. Añua y Miguel Martín pelearon profesionalmente durante años en defensa de sus respectivos festivales pero mantuvieron una elegante relación. Tras la muerte de su colega el director del Jazzaldia le ha recordado con cariño en sucesivas declaraciones y este viernes la familia de Añua cerró el círculo disfrutando de la cita donostiarra.

Así sigue el festival, que el lunes echa el telón. Keler ha estrenado este año su 'hospitality' junto al escenario playero de la Zurriola. En ese espacio los responsables de la marca cervecera reciben a sus invitados y los más afortunados pueden disfrutar de la música desde la grada lateral, donde tan de cerca se ve a los artistas. Los españoles de Carolina Durante, este viernes, y León Benavente, el domingo, son los que más demanda generan.

La oferta de las terrazas de los cubos está funcionando bien, con la hamburguesa MacOndo del restaurante Topa como atracción principal... y mucha cerveza de acompañamiento.

Este sábado es el día Iggy Pop. A las 18.30 será su concierto en el Kursaal, pero 'la iguana' ya está en Donostia, de manera discreta... si es que este hombre puede pasar desapercibido. Sus representantes le han organizado el viaje, así que de forma oficial el festival no sabe ni dónde se aloja, aunque todo apunta que es el hotel María Cristina. Alguno de sus músicos sí se ha hecho notar, y pidió, por ejemplo, entradas para el concierto matinal de piano de Craig Taborn este viernes en San Telmo. Esta misma mañana los técnicos de Pop entrarán a montar su equipo en el auditorioe. Su próxima cita con el público es el martes en el Universal Music Fest de Madrid, en el Teatro Real. ¿También se quitará la camiseta entre los venerables tapices del coliseo madrileño? En el Kursaal este domingo le sucede el más tranquilo y apacible Yann Tiersen, como calma posterior a la tempestad.

Pero no solo Pop manda este sábado en el cartel. Steve Coleman abre esta noche la Plaza de la Trinidad y la cierra el joven Louis Cole, uno de los 'tapados' de esta edición. Cole estará relajado: viene de pasar una semana con su chica en Canarias.

El jazz nos inunda. Cuentan en Garbera que están siendo todo un éxito los conciertos que mañana y tarde animan el centro comercial, que se suma este año a la fiesta. Disfruten, pues.