«Este hallazgo muestra cómo eran las iglesias de Gipuzkoa en el Renacimiento»

Los técnicos valoran ahora cómo fijar estas pinturas y el modo de reintegración cromática a aplicar, «siempre respetando el original», insistió la conservadora-restauradora Cristina Fernández, ayer durante una visita institucional al templo en la que participaron representantes del ayuntaniento, la Diputación y la Diócesis. En diciembre esperan tomar una decisión, de la que dependerá el presupuesto para esta segunda fase, que se llevará a cabo durante el primer semestre de 2024. Después se procederá a reformar el presbiterio –se adelantará el altar y se diseñará una iluminación que resalte las pinturas–, y a principios de 2025 se montará el retablo mayor a tres metros de la pared, para permitir que se observen las pinturas.

Según Fernández, el hallazgo de estas pinturas «muestra cómo eran las iglesias de Gipuzkoa en el Renacimiento». Las iglesias de aquella época «tenían una arquitectura que recuerda más al gótico, por sus bóvedas, crucerías y arcos, y esa modernidad del renacimiento la daban las pinturas murales. En aquella época no concebía terminar la ejecución de una iglesia sin pintar los muros». A día de hoy hay muy pocos vestigios que lo prueben, por eso lo descubierto en la parroquia de la Asunción se consideró «lo suficientemente importante como para hacer el esfuerzo de sacarlas», señaló.

Los trabajos de restauración han recuperado parte del trabajo que realizó el pintor navarro Juan Pérez de Landa en 1555. Teniendo en cuenta lo descrito en el contrato, que aun se conserva, los restauradores de la empresa Bergara Artez fueron realizando catas, hasta hallar pinturas en distintas zonas del presbiterio. Así, en la bóveda que se alza a 16 metros, entre los nervios han aparecido dibujos que simulan ladrillos, y en torno a los nervios una serie de grecas, que se van repitiendo, con motivos de animales y vegetales. Alrededor de las claves se aprecian unos discos, que conservan el color azul y rojo, colores característicos del Renacimiento, con figuras mitológicas y querubines.

En los cinco lunetos superiores Pérez de Landa plasmó cinco escenas de la Pasión de Cristo; Quinta Angustia (de la que solo se conserva la cara de Cristo), Entrada en Jerusalén, Crucifixión, Prendimiento y Oración del Huerto. La parte inferior de las cornisas fueron decoradas con un friso rojo, con dibujos de animales y jarrones, y se ha hallado otra cenefa que contiene un texto, que se estima fue realizada posteriormente. «El lado norte está bastante dañado debido a la humedad y a las intervenciones posteriores, por lo que no se han conservado tantas pinturas», señaló Maite Fernández Azkona, restauradora de Bergara Artez. En el muro central se halla el dibujo del retablo fingido –con el apóstol, la virgen y la coronación–, oculto por el retablo de estilo barroco madrileño construido en 1671 por Juan de Urrusualde y Echeverria.

Hasta la fecha se han invertido casi 700.000 euros (incluido la restauración del retablo), que han aportado la parroquia, el Ayuntamiento , la Diputación de Gipuzkoa y el Obispado de San Sebastián.

La alcaldesa Leire Artola admitió que «este hallazgo viene a enriquecer nuestro patrimonio histórico y artístico y se sumará a la oferta turística del municipio». Por su parte, la directora foral de Cultura Maria Jose Telleria puso en valor la participación de técnicos del departamento de Cultura y de «empresas guipuzcoanas» en este proyecto, que permitirá «recuperar este patrimonio y darlo a conocer».