Gurutze Beitia: «Procuro ver la vida con las gafas más claras que haya»
Actriz ·
Interpreta desde hoy al domingo, junto a Txemi Parra, 'El dilema del jamón', una comedia sobre los límites de la intoleranciaDavid, judío convertido y padre de Estrella, plantea a África, la madre de Karim, que su hijo no lleve bocadillos de jamón a la guardería ... ya que los niños comparten la merienda, y su hija, por motivos religiosos, no puede comer cerdo. Es el punto de partida para esta divertida obra, que se representa desde hoy en el Principal donostiarra a las siete de la tarde, en la que se exploran nuestros límites de tolerancia.
Publicidad
– ¿Cuál es el dilema que nos presenta este jamón?
– Saber hasta qué punto tenemos que ser tolerantes. Lo que pasa es que Txemi Parra ha escrito una comedia con mucho humor. Ha vivido muchos años en Nueva York y conoce cómo es la educación en las escuelas respecto a las religiones y creencias. En la función los personajes entran en una discusión sobre los límites que cada uno acepta a la hora de tolerar las circunstancias del otro. Se da un debate muy actual sobre temas muy serios pasados por el bálsamo del humor. La risa es sanadora.
– ¿Es una comedia amable o hay también marejada de fondo?
– Es amable, pero hay cierta resaca porque ocurren momentos un poco dramáticos. Tiene que haberlos para que luego nos podamos reír de nuevo a carcajadas. Hay dos momentos en que los personajes se sitúan en riesgo y ahí se hace un silencio, se suele escuchar más de un ¡hala! Entonces pensamos que todo va bien, estáis entrando en lo que queríamos.
«Cualquiera en algún punto somos intolerantes o, al menos, cambiamos el gesto. Yo, como me hago mayor, cada vez más»
– Puestos a tener intolerancias, y no precisamente alimentarias, que levante la mano quien se sienta libre de ellas.
Publicidad
– Sí, sí. Muchas veces ni somos conscientes de que ciertas opiniones o actitudes nos pueden alterar mucho. No pisamos tierra. Cualquiera en algún punto somos intolerantes o, al menos, cambiamos el gesto. Yo como me hago mayor, cada vez más.
– ¿Cuando se tocan las creencias religiosas se complica hacer humor?
– Ahora sí. Lo que pasa es que el judaísmo tampoco es aquí una religión mayoritaria. Y mi personaje es ateo, aunque cree en el incienso, la meditación y esos rollos. Pero si él en vez de judío fuese católico y me estuviese exigiendo algo, seguiría siendo una comedia, pero el público se lo tomaría de otra manera.
Publicidad
– ¿Y si fuese musulmán?
– Igual, pero es posible que con el Islam tengamos otro punto de vista. Yo soy radical, te lo digo medio en broma medio en serio, pero para mí la religión es algo que debe practicar cada uno en privado. Lo de imponer las creencias es algo que llevo muy mal. Y me he educado con monjas y en una familia practicante.
– Ha trabajado mucho con Txemi Parra. ¿Hay entendimiento en escena solo con la mirada?
– Sí. Han pasado muchos años, pero fueron muchas temporadas en ETB con programas como 'Losviernes más humor' y 'La barra de los chistes'. Somos muy distintos en escena, yo expreso mucho más y él es más tímido. Pero cuando te conoces bien y la obra está bien escrita, las cosas son muy fáciles.
Publicidad
– Se la ve siempre alegre. ¿Es una persona optimista?
– No es fácil y no soy así siempre porque entonces sería bastante insustancial. Claramente soy optimista, pero no tonta. No vivo en otra realidad. Tengo los pies en el suelo, pero soy positiva. Procuro ver la vida con las gafas más claras que haya. Afronto los problemas lo mejor que puedo, pero creo que el humor me ha ayudado mucho. Y me han tocado situaciones jodidas, pero se sobrelleva todo mejor intentando sonreír un rato al día. Es que si no, apaga y vámonos.
«Me ofenden a diario como mujer, como soltera, como atea, como menopáusica, como entrada en carnes, pero no doy el turre»
– La veo como una actriz con una buena vis cómica, algo que es muy complicado tener. ¿Es un don o también trabajo?
Publicidad
– Las dos cosas. Desde cría me ha gustado hacer el payaso, que es algo maravilloso. No sabía por qué me gustaba, pero luego me he dado cuenta. Es que hacer reír es muy satisfactorio. Así que contaba chistes, me disfrazaba desde los tres años, imitaba a familiares y profesores. Aunque eso luego hay que trabajarlo, hay que formarse. Digamos que estaba la materia prima. Luego hay que saber pulirlo y rodearse de grandes. Y hay que ver mucha comedia. Veo mucha a lo largo de la semana, para mí es parte del trabajo. Puedo ver comedia desde muy antiguas, con actrices como Carol Burnett o Lucille Ball, Mary Santpere. También monologuistas como Gervais.
– ¿Le gustaría ser tan provocadora como Ricky Gervais?
– Sí. Ahora tenemos una piel muy fina con muchas cosas y no tendríamos que ser así. A mí por ejemplo me ofenden a diario y no digo nada. Y me ofenden a diario como mujer, como soltera, como atea, como menopáusica, como entrada en carnes, como cantidad de cosas. Y no doy tanto la turra, no doy el coñazo. Ni me paso el día poniendo demandas. Estoy totalmente a favor de la libertad de expresión y si ofendo a algún colectivo lo siento mucho. Pero eso no hace que el humor sea peor.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión