«Tengo muchas ganas de ver la película de Serra sobre los toros, sea a favor o en contra»

– ¿Había venido antes al Zinemaldia?

– No, lo he seguido mucho, pero es mi primera vez presencial y me alegro mucho de estar aquí porque soy muy cinéfilo y sigo mucho el Festival de San Sebastián. Y la verdad es que asistir como ministro es un privilegio.

– ¿Qué papel jugará el Ministerio de Cultura en el seno del consejo de administración del Zinemaldia? Tradicionalmente, suele ceder el protagonismo y las decisiones más importantes a las instituciones vascas...

– Bueno, nosotros venimos con la idea de apostar a tope por el Zinemaldia. De hecho, este año hemos aumentado el presupuesto en 400.000 euros directos y en otros 300.000 más de otro programa hasta llegar al millón y medio.

– Pero, ¿ha sido algo puntual, no?

– De momento, este año lo tenemos y veremos el año que viene si hay Presupuestos.

– ¿Cuál es su intención?

– Mi intención es reforzar los festivales todo lo que podamos. Una de las líneas claras de mi departamento es el refuerzo del cine y ahí hemos renovado el tema del Cine Senior, que no estaba muy claro; tenemos en el Congreso la Ley del Cine; y ahora vamos a iniciar un programa de colaboración con las escuelas para llenar los cines por la mañana. El cine es una gran apuesta porque España es una potencia cinematográfica y San Sebastián juega un gran papel porque es nuestro gran festival, al nivel de Cannes o de Berlín. Por lo tanto, vamos a hacer una apuesta clara por el Festival.

– Es intención de la actual dirección conseguir el compromiso institucional de aumentar en 250.000 euros consolidados sus aportaciones.

– Lo primero, quiero agradecer a José Luis Rebordinos su espectacular labor, con la que el Festival ha dado un salto brutal. En segundo lugar, este año –y ya veremos los siguientes– hemos hecho un esfuerzo económico importante como muestra de que vamos a apostar por el Festival.

– Aunque Rebordinos seguirá hasta 2026, ya ha pedido que el consejo de administración designe el año que viene a su sustituto. ¿El Ministerio tiene algún candidato o apoyará al que la actual dirección proponga?

– Nosotros aquí vamos a escuchar a las instituciones vascas para que nos digan cómo quieren enfocarlo y también escucharemos por supuesto al señor Rebordinos si tiene alguna propuesta. Yo aquí lo único que puedo decir es que me encantaría que fuera una mujer porque tenemos muy pocas al frente de los festivales de cine en España y me gustaría dar más protagonismo a los liderazgos femeninos en el sector. A partir de aquí, estoy abierto a que me propongan nombres.

– A diferencia de lo que ocurre en otros países, como Francia y pese a éxitos como el reciente León de Oro de Almodóvar en Venecia, en España tampoco hay consenso en torno al cine, un sector al que algunos ven como subvencionados.

– Nuestros cineastas son un gran orgullo para nuestro país. Que el año pasado llegáramos hasta el final de los Oscar con 'La sociedad de la nieve' o que este año hayamos ganado con Pedro Almodóvar el León de Oro es algo que deberíamos celebrar como si hubiéramos ganado un Mundial o una Eurocopa. Deberíamos celebrarlo a ese nivel y de forma unánime. Por ese motivo quise ir a Venecia, no por nada, sino porque la relevancia para el país es impresionante. En estos momentos el cine español es uno de los grandes abanderados en cuanto a proyección de imagen en el exterior, con una nueva generación de cineastas que está haciendo un grandísimo trabajo. Y sí tengo que decirle que me sorprendió que la oposición no felicitara a Pedro Almodóvar. Una cosa incomprensible. No quiero entrar en polémicas aquí, pero Almodóvar es de todos.

– ¿Por qué cree que ese sector de la sociedad es hostil al cine español?

– No lo sé. El cine, como cualquier manifestación artística, tiene que contestar y cuestionar al mundo con una mirada crítica y me da la sensación de que a veces la derecha en España tiene miedo a que se pongan espejos frente a la realidad con una visión crítica. Por ejemplo, la película de Almodóvar aborda un tema muy complejo como es la regulación de la eutanasia. Uno puede estar en contra o a favor, obviamente yo la veo como un gran canto a la libertad. Pero si alguien no la entiende, puede disfrutar de ese debate y de que el arte nos interpele. En Venecia, tenía al lado al presidente de la región, que no es precisamente un progresista, y no me dijo su posición al respecto, pero sí que le había encantado la película de Almodóvar y se alegraba de que se abriera ese debate. A veces tengo la sensación de que a la derecha española le molesta la visión crítica que hace la cultura.

– Y el Ministerio de Cultura, ¿está dispuesto a encajar esas críticas con su gestión o simplemente, las discrepancias ideológicas? Al fin y al cabo, el Gobierno es el poder.

– Es la función del arte y la cultura: cuestionarlo todo y también al poder. Que haya manifestaciones artísticas que cuestionen lo que hacemos desde el Gobierno es necesario y desde el punto de vista democrático, diría que imprescindible.

– ¿Y ya lo hacen? Como es un sector con fama de progresista...

– Hay de todo. Habrá películas con más voluntad de contestar al poder y otras, con menos, pero en los últimos años en España se han hecho películas muy críticas, aunque no las citaré, y alguna era maravillosa.

– Este año la tradicional polémica festivalera la protagoniza Albert Serra con su película 'Tardes de soledad', aunque nadie la ha visto. ¿Cómo lo ve desde su Ministerio, que precisamente ha eliminado el Premio Nacional de Tauromaquia?

– Tengo ganas de ver la película de Albert Serra, aunque no tengo ni idea de si es taurina o antitaurina... Bueno, algo me han contado porque para eso tenemos un ojo en las cosas que se hacen. Tengo ganas de verla y me parecerá estupendo que adopte mi posición o la contraria. Tenemos que respetar la libertad de expresión de los creadores y tengo que decir que Serra es un grandísimo cineasta. Sí, sí, tengo ganas de verla.

– Esa libertad de creación, ¿tiene límites?

– Debemos respetar la libertad de creación de los artistas y que puedan cuestionar las cosas. Después nos puede parecer de mejor o peor gusto algunas cosas que puedan hacer, pero yo soy muy defensor de la libertad de creación. Esta semana hemos tenido una discusión sobre un problema como es que muchos creadores sean encausados por injurias a las altas instituciones del Estado o por ofender los sentimientos religiosos debido al Código Penal que tenemos. En estos momentos, el problema principal que tenemos no es cuestionar los límites de la creación, sino que hay que reformar el Código Penal. He insistido mucho en que hay que cambiar esos artículos que han llevado a artistas a la cárcel y lo vamos a hacer.

– Respecto al programa escolar para llevar a alumnos al cine, ¿cree usted que el cine y la cultura en general nos van a hacer mejores personas?

– Yo creo que sí, que el cine y la cultura nos hacen mejores personas, con una visión más crítica del mundo. Y sobre todo, la educación sentimental de aquellos que crecimos con el cine y lo amamos nos ha construido como personas. Tenemos que abrir esa grandísima ventana que es el cine al conjunto de escolares del país porque será fundamental en su educación. Es un programa que en Francia funciona fenomenal desde 1994 y queremos hacer algo parecido en la segunda mitad de este año con un proyecto piloto. Y que el año que viene esté ya en marcha. La otra ventaja es que llevamos público a las salas en una franja horaria en la que no están llenas.

– ¿No le hacemos una faena a la cultura cuando, más allá del placer que nos ofrece, le colgamos misiones como la de convertirnos en mejores personas?

– La cultura es fundamental para tener una sociedad con capacidad de defender sus derechos.

– ¿Cree que la sociedad alemana de los años treinta era inculta?

– No, pero los grandes avances sociales y los grandes movimientos democráticos han venido acompañados de una efervescencia cultural. Y en España tenemos un ejemplo muy reciente como es la II República: la cultura empujó grandes transformaciones sociales, truncadas por el fascismo. En la medida en la que un país tenga un sector cultural fuerte, su democracia será más fuerte, seguro.

– Cambiemos de tema: ¿Satisfecho del papel que juega el Ministerio en el Centenario de Chillida?

– Sí, lo apoyamos desde el inicio. Tenemos pendiente declararlo de Especial Interés para los patrocinios de las empresas porque tiene que pasar la ley por el Congreso, que está como está, pero estamos muy satisfechos. Aquí sí quiero agradecer la extraordinaria colaboración de las instituciones vascas.

– Precisamente, hace poco mantuvo su primer encuentro con la consejera de Cultura, Ibone Bengoetxea.

– La otra cuestión es que vamos a celebrar la reunión sectorial de cultura (con todas las comunidades autónomas) aquí, en Euskadi (en Vitoria) en octubre. Me pareció una persona muy preparada y con muchas ganas de trabajar. Y quiero poner en valor, además, el hecho de que la consejera es vicelehendakari primera y eso le ha dado un rango a la cultura en el Gobierno Vasco muy importante. Creo que es un gesto muy bueno.

- Generó cierto ruido la descolonización de los museos. Ojo, que estamos en tierra de Blas de Lezo y de grandes conquistadores...

- Cuando llegué, verbalicé algo que en España ya estaban haciendo los técnicos y los directores de los museos. Me limité a decir que se estaba haciendo, que en Europa también y que es un proceso que deben realizar los que saben de esto, no los políticos. Lo que sí tenemos en marcha son dos grupos de trabajo para los museos Antropológico y de América.

- Habrá quien diga que es adoctrinamiento.

- Habrá quien diga muchas barbaridades sobre esta cuestión. Lo único que puedo decir es que la museología se ha ido actualizando a lo largo de toda la Historia siempre. Lo hacen los directores, no los políticos.

- ¿Qué libro que haya leído recientemente recomendaría?

- 'Arena en los ojos' (Libros del K.O.) de Laura Casielles, sobre la colonización española de Marruecos y el Sáhara, y ahora estoy leyendo en inglés 'Libre' (Ed. Anagrama), de Lea Ypi, sobre el final del régimen comunista en Albania.

- ¿Alguna película reciente?

- Suelo ir al cine habitualmente y he visto hace poco 'Isla perdida', de Fernando Trueba. Y de las últimas que he visto me encantó 'Robot Dreams', de Pablo Berger, una auténtica joya que me pareció maravillosa. Y tengo muchas ganas de ver esta noche (por ayer) 'Emmanuelle' porque la anterior película de Audrey Diwan, 'El acontecimiento', basada en una novela de Annie Ernaux, me golpeó muchísimo.

- ¿Ha tenido ocasión de ver al menos las dos películas estrenadas de las tres que se presentaron a la preselección de los Oscar?

- He visto las tres y me encanta que se haya elegido 'Segundo premio' porque soy un fan de Los Planetas, aunque 'Marco' es maravillosa también. Los Planetas han marcado musicalmente a una generación en este país.

- ¿Es de series?

- Lo soy. Vi alguna de Rodrigo Sorogoyen que me ha gustado muchísimo y soy un fan absoluto de 'Breaking Bad', una de mis favoritas de todos los tiempos. También bien la serie sobre Nevenka y ahora tengo muchas ganas de ver mañana (por hoy) la película que ha hecho Icíar Bollaín.

- ¿Es capaz de separar autor y obra, y admirar una creación de un artista cuya ideología o comportamiento rechaza?

- He leído mucho libros de gente que piensa radicalmente distinto a mí y estamos obligados a hacerlo. Si no queremos saber cuál es la mirada del que piensa distinto, es muy empobrecedor. Sigo a autores que piensan distinto a mí.

- Y más allá de su pensamiento, ¿autores que han tenido un comportamiento reprobable?

- Eso sí me afecta. Disfrutar de una obra de alguien que es, por ejemplo, abiertamente antisemita me cuesta más.