«La fotografía tiene una presencia creciente en los fondos de los museos»

«Cuando a un museo le llega un fondo de estas características, es una excelente noticia, pero también es una gran responsabilidad», afirma Carlos Cánovas, y Susana Soto, directora del Museo San Telmo, lo confirma: «Donaciones como la del Fondo Koch no suponen ningún desembolso y aportan muchísimo, pero comprometen una gran inversión». Una inversión rentable en términos culturales y museísticos.

«Los materiales fotográficos son delicados, requieren condiciones de conservación muy específicas y, salvo que la colección dé para abrir un centro propio, no tiene sentido mantener un fondo familiar. Como son conscientes del valor de los fondos y quieren que se conserven, cada vez son más los fotógrafos y las familias que dejan sus archivos en manos de los museos», afirma Soto. «Además, cuando ven que el museo está en condiciones las donaciones aumentan», añade, recordando el excelente estado de las renovadas instalaciones de San Telmo, y «las maravillosas condiciones de conservación de ofrece Gordailua».

«La fotografía tiene una presencia creciente en los museos. La artística siempre ha tenido su espacio, y ahora lo está ganando la documental -afirma-, porque más allá de proyectos de exhibición propios, siempre que estén bien catalogadas las fotografías aportan muchísimo a cualquier otro proyecto expositivo».

«San Telmo siempre ha mantenido un fondo bastante estable de fotografía» y cuenta con depósitos excepcionales «como la colección de fotolibros de Gabriela Cendoya». La directora del museo donostiarra subraya la importancia que tienen para la institución las donaciones de familias y particulares. «Saben que tienen todas las garantías, y que son proyectos a largo plazo». En el caso del Fondo Koch, el proyecto acaba de empezar. Otros, como la «excelente colección que donó en 2016 el fotógrafo Fernando Postigo», están más avanzados. Y tal vez haya otros en el horizonte.