Edurne Ormazabal, en el descansillo de las escaleras del centro de cultura. IÑIGO ROYO
10 años de Tabakalera

Edurne Ormazabal: «Debemos estar atentos porque lo que hoy funciona en dos años igual no tiene sentido»

«Todavía hay capas de la sociedad a la que la cultura no llega», asegura la directora del centro donostiarra de cultura, que hoy cumple su décimo aniversario

Alberto Moyano

San Sebastián

Jueves, 11 de septiembre 2025, 02:00

Directora desde 2018 del centro Tabakalera que hoy cumple diez años de su apertura al público, Edurne Ormazabal (Tolosa, 1963) se muestra satisfecha del ... funcionamiento actual de la institución, pero advierte de la necesidad de mantenerse atentos a los cambios. «Lo que hoy funciona, dentro de dos años puede no tener sentido». Y también considera que hay trabajo por hacer para atraer a nuevos públicos porque «todavía hay capas de la sociedad a la que la cultura no llega».

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– Hace cinco años le pregunté cómo se imaginaba Tabakalera en su décimo aniversario. Me contestó que parecida a como ya era.

– Lo que sí veo es una Tabakalera mucho más consolidada. Me gustaría destacar el trabajo de estos años para convertirnos en el centro de creación en Euskadi, tanto en el ámbito artístico como en el audiovisual, con resultados manifiestos.

– Sin embargo, los programas de residencia de artistas o Ikusmira Berriak son ingratos al ser 'invisibles' para la ciudadanía...

– No creo que sean tan invisibles. La labor de Tabakalera es ésa y lo que son visibles son los frutos.

– Si pregunta a cualquiera por la calle qué es Ikusmira Berriak...

– Igual no sabe qué es Ikusmira Berriak, pero el evento que hicimos en junio de 'Generación Tabakalera' sirvió para poner en valor el momento que vive el cine vasco, que es absolutamente extraordinario. Eso se debe a una conjunción de variables: ha habido talento y se ha hecho un trabajo que posibilitó la realización de esos proyectos. Sin centros como Tabakalera esa realidad no sería la misma.

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– También decía en 2020 que cinco años era poco tiempo para haberle dotado de una identidad al centro. ¿Son diez años suficientes?

– Yo creo que sí, que tiene una identidad y una personalidad definidas.

Cine vasco

«Vive un momento absolutamente extraordinario y sin centros como Tabakalera, esa realidad no sería la misma»

– ¿Cuál sería?

– Es una plaza abierta a la ciudadanía, muy utilizada por ella, en la que distintas instituciones han compuesto un sistema de colaboración único que permite ser un motor de creación. Y al mismo tiempo, es una ventana a la creación contemporánea para la ciudadanía.

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– ¿Y qué tal responde la ciudadanía a esa creación contemporánea? La cifra de visitas del Artegune de Kutxa, dedicado a la fotografía, suele superar a la de las exposiciones de Tabakalera.

– No hay mucha diferencia. Es verdad que exposiciones como 'That Time' –con fondos del Bellas Artes de Bilbao–, o la de Esther Ferrer concitan públicos más amplios que otras, pero de media nunca bajamos de los 20.000 visitantes, cifras importantes para una ciudad como San Sebastián. Y si las comparamos con San Telmo, Artium, Azkuna Zentroa o incluso el Bellas Artes, son bastante similares.

– Desde hace un tiempo, las exposiciones aúnan arte con ciencia y tecnología. ¿Seguirá el centro trabajando en esa línea?

– Tenemos tres líneas y una de ellas es ésa. Fue una decisión muy consciente pensando en que San Sebastián es una ciudad en la que se reúne un ecosistema científico extraordinario y superior al que le correspondería por tamaño. Es una línea que se trabaja bastante en Centro Europa y nos está dando muy buenos resultados. 'Visiones cuánticas' tuvo 25.000 visitas. Ayuda a la divulgación en un momento en el que la superchería está en boga y preocupa a la comunidad científica. Por otra parte, también trabajamos la relación entre arte y cine con exposiciones como la de Pálmason y finalmente, organizamos muestras de arte contemporáneo, como puede ser la de Maider López.

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Visitas a las exposiciones

«Si las comparamos con San Telmo, Artium, Azkuna Zentroa o incluso el Bellas Artes, son cifras bastante similares»

– ¿Va a afectar a la oferta de Tabakalera la reorganización de los espacios de Kutxa Fundazioa?

– En principio, la idea de Kutxa es mantener la misma política expositiva.

– ¿Y en algún otro aspecto?

– Creo que va a ser un motor de atracción de público escolar, fundamentalmente, que ya lo somos. Estamos desbordados con las peticiones de visitas a Medialab. Es un público que tenemos que trabajar especialmente, al igual que el familiar, sobre todo, el fin de semana.

– Arrancó Tabakalera bajo la dirección de Ane Rodríguez. Nunca se ha explicado su marcha.

– Eso habría que preguntárselo a ella. Ane hizo un gran trabajo poniendo en marcha el proyecto de Tabakalera y en un momento dado, consideró que su etapa aquí había finalizado.

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–¿Qué tendría que mejorar Tabakalera?

– Yo creo que Tabakalera y todos los centros culturales tenemos que trabajar mucho en llegar a una diversidad de públicos. Todavía hay capas de la sociedad a la que la cultura no llega y Tabakalera se ha caracterizado por trabajar mucho con todo tipo de colectivos y asociaciones, más o menos desfavorecidos, con distintas necesidades. Hay que trabajar más en ese sentido y llegar más a todo tipo de públicos si queremos realmente que la cultura sea una herramienta de transformación e integración social.

– ¿Tienen identificados esos colectivos?

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– Trabajamos bastante, pero habría que hacerlo más, con distintos colectivos de inmigrantes. Hemos hecho un proyecto de proyecciones de cine con mujeres latinoamericanas que se dedican a los cuidados. Queremos que se sientan acogidas y que entiendan que Tabakalera también es para ellas. También trabajamos mucho con los jóvenes, un sector muy escurridizo, con iniciativas como la de invitar a universitarios a programar en la sala de cine.

– Se ha vinculado a Tabakalera con la sensación de inseguridad ciudadana en el barrio...

– Hay que diferenciar dos cosas: una es la seguridad –y Tabakalera tiene la responsabilidad de garantizársela a todos los usuarios–, y por otro lado, no hay que estigmatizar a colectivos concretos con los que trabajamos. Llevamos años colaborando con una veintena de inmigrantes marroquíes, que se juntan todos los viernes del curso para que desarrollen un proyecto cultural diferente, junto a un artista y a nuestro equipo de mediación. El año pasado hicieron el cortometraje 'Sueños de viernes', que fue seleccionado para el programa Kimuak y que se podrá ver en el Zinemaldia de este año. También en Medialab intentamos no que estén, sino que participen. Nosotros somos una plaza pública, somos la calle y eso significa que lo que sucede en la sociedad, sucede también aquí, y queremos seguir siendo así.

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– El centro abre a las 10.00 pero hasta una hora después no abren las salas de exposiciones. ¿Contempla adelantar su horario?

– Es un problema presupuestario. Nos gustaría ampliarlos pero por ahora, no va a ser posible.

Cierre de los lunes

«Mientras no aumente la aportación de las instituciones públicas, es muy complicado que podamos abrir los lunes»

– Como el cierre del centro los lunes.

– Lo mismo. Mientras no aumente la aportación de las instituciones públicas, es muy complicado. Al final, tienes que hacer renuncias. Tenemos 5,6 millones de euros de presupuesto, de los cuales el 25% es de ingresos propios –a través de los cánones de la cafetería y del hotel, y del alquiler de espacios para eventos privados–, e intentamos rentabilizarlo lo mejor posible.

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– En todo caso, la medida de cerrar los lunes no es una aportación a la sostenibilidad del planeta, como se dijo en su día...

– Bueno, más que una aportación, supone dejar de consumir y dejar de pagar la factura de la electricidad. Cerrar los lunes nos supone un menor gasto y además, es habitual que los centros no abran todos los días del año.

– ¿Qué tal va la comunicación interna entre las distintas instituciones culturales que conviven en este edificio?

– De verdad que yo creo que es ejemplar. Tabakalera ha venido a transformar las instituciones que ya tenían un recorrido histórico y eso lo dicen ellas mismas, tanto el Zinemaldia como Filmoteca. Su llegada a Tabakalera supuso la creación de la Escuela de Cine Elías Querejeta y el hecho de estar en contacto con los nuevos cineastas ha transformado a todas esas instituciones. Ahora está tan naturalizado que no hay un sólo proyecto en el ámbito audiovisual que se emprenda en solitario. Siempre pensamos en derivadas a las que puedan sumarse el resto de instituciones y para eso hace falta una actitud generosa que yo me encontré desde el principio.

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La Escuela de Cine

«Ha crecido en espacio de una forma importante. Lo que ocurre es que no queda ya espacio libre. Tabakalera está llena»

– Ya que menciona la Escuela de Cine: ¿está penalizada, empezando por su ubicación en Tabakalera, al ser la única entidad que depende de una sola institución? En este caso, la Diputación.

– Yo creo que en absoluto. La Escuela ha crecido en espacio de una forma importante. Lo que ocurre es que no queda ya más espacio libre. Tabakalera está llena.

– ¿Cómo va la intervención de Esther Ferrer en la futura plaza elevada de Tabakalera, cuya finalización estaba en principio prevista para 2024?

– Va bien. La instalación de la obra está prevista para enero. Aunque nos hubiera encantado inaugurarla para este décimo aniversario, lo haremos en enero o en febrero.

–¿Cómo se imagina Tabakalera dentro de cinco años? Para empezar: ¿con usted al frente?

– No me gusta pensar en la jubilación, no tengo ninguna prisa. Pienso en una frase de Pedro Miguel Etxenike: «Un lugar en el que gente corriente pueda hacer cosas extraordinarias». Me lo imagino no muy diferente a lo que es ahora, como motor de encuentro de creadores.

Instalación de Esther Ferrer

«Aunque nos hubiera encantado inaugurarla para este décimo aniversario, lo haremos en enero o en febrero»

– A la velocidad a la que va el mundo, quizás sea difícil hacer una proyección sobre cualquier cosa a cinco años...

– El desafío de todos los centros de cultura contemporánea es estar atentos a los cambios porque lo que hoy funciona, puede que dentro de dos años deje de tener sentido. Tenemos que seguir ese pulso de la sociedad. También intentamos estar muy atentos a lo que pasa en el edificio. Eso que al principio se nos echaba en cara sobre los espacios vacíos en los que no pasaba nada lo hemos utilizado para volverlo a nuestro favor. Si los chavales utilizaban un rincón para bailar, les hemos puesto unos espejos y unos altavoces para que lo hagan.

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– ¿Qué tiene previsto hacer para celebrar este aniversario?

– Hemos intentado reflejarlo a lo largo de todo el año y aunque no hoy porque para nosotros es una fecha horrible, con el festival ya encima, trasladamos la celebración a fin de año. En diciembre haremos un acto más institucional.

«A lo que más tiempo dedico es a las relaciones con otras instituciones»

- Empieza el Festival de Cine. ¿Echa de menos las ruedas de prensa y las galas en las que hizo de moderadora y presentadora durante años?

- Echas de menos el ser más joven, el pasado, pero no... Ahora vivo el Festival de otra manera, con una vinculación diferente. Lo recuerdo con muchísimo cariño y siempre sentiré el Festival como parte de mi biografía, pero «echar de menos» no es la expresión.

- ¿Qué es lo que más tiempo le absorbe al frente de Tabakalera?

- La parte relacional es lo que más me ocupa. Para nosotros es importante colaborar con otras instituciones. Una de mis obsesiones era que Tabakalera no replicara lo que ya existía, pero sí aportara una nueva mirada a otras instituciones. Quería trabajar con Quincena para nuevas producciones en el ámbito de la danza o con el Kursaal en producciones de arte digitales. Eso siempre ha sido importante y tejer esas relaciones ocupa mucho tiempo.

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