Tsai Ming-Liang filma Donostia a paso lento
Rodaje ·
La cámara del reconocido cineasta recorre estos días Gipuzkoa en su nueva entrega de 'El caminante', un título experimental que ha rodado en Chillida Leku y este miércoles llega a la Parte Vieja donostiarraEn la quietud de Chillida Leku, donde las esculturas dialogan con el paisaje como si siempre hubieran estado allí, una figura humana avanza con una ... lentitud casi irreal. Porta una raída túnica roja, va descalzo y en completo silencio. Se muestra inmune ante el ruido. Es 'El caminante'.
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Su presencia apenas altera el equilibrio del lugar. No interrumpe, tampoco invade, simplemente está. Así transcurre el rodaje del nuevo proyecto del cineasta malayo Tsai Ming-Liang (Malasia, 1957), figura clave del cine contemplativo que ha encontrado en Donostia un espacio de perfecta resonancia con su universo creativo. A su lado, una vez más, Lee Kang-Sheng, actor fetiche y su alter ego cinematográfico, que encarna a este personaje andante que observa, respira y obliga a detenernos con él.
'El caminante: España' prosigue la lenta peregrinación iniciada en 2012, un viaje sin mapas ni guiones, donde el cuerpo y el tiempo se funden con la piel de las ciudades que atraviesa. Donostia, primera ciudad española en acoger esta mirada pausada, ofrece sus puntos más turísticos, pero también sus rincones menos visibles. Estos días, además de Tolosa, Oiartzun o Pasai Antxo, los pasos del viandante taiwanés se han dejado ver por el Peine del Viento, un caserío en Igeldo, la terminal de autobuses y La Concha. Tras una tarde en Chillida Leku, pasarán toda una jornada en la Parte Vieja de la capital guipuzcoana.
«La obra de Eduardo Chillida, con su diálogo, nos regaló un silencio tan potente que nos hizo comprender esta película»
Tsai Ming-Liang
Director de cine
«Está siendo una forma de redescubrir Donostia. Queríamos alejarnos de la postal turística y mostrar la ciudad más íntima»
Silvia Cruz y Julieta Juncadella
Productoras
«No es cine para entender, sino para sentir», explica Tsai Ming-Liang. «Mi cámara no persigue narrativas ni personajes, sino atmósferas, momentos que se revelan a través del cuerpo y el espacio. La obra de Eduardo Chillida, con su diálogo, nos regaló un silencio tan potente que nos hizo comprender aún más el sentido de este proyecto. Su legado es un latido callado que acompaña al caminante en su viaje», dice el realizador, ganador del León de Oro en Venecia en 1994 por 'Viva el amor'.
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Cine performativo
Su actor fetiche, Lee Kang-Sheng, añade: «Esta es una obra performativa, o de no ficción, por lo tanto claro que me ha cambiado mi forma de ver el cine y de detenerme exactamente en este tipo de cine». También comparte que «interpretar a este monje es más que un papel. Es una forma de estar en el mundo, una mirada pausada que me ha cambiado profundamente». Ya caracterizado, el protagonista de 'Perros callejeros' reconocía sentirse «muy cómodo» recorriendo estos días Gipuzkoa.
Silvia Cruz y Julieta Juncadella, de Vitrine Films, reconocen que «producir esta película ha sido una forma de descubrir Donostia. Queríamos alejarnos de la postal turística para mostrar la ciudad en su pulso más íntimo, con espacios cotidianos y silenciosos», explican. «Rodar con un equipo tan pequeño, en lugares tan diversos nos ha permitido crear una atmósfera auténtica y sutil, donde cada paso y cada pausa suman al viaje del caminante».
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Mientras la ciudad aguarda al brillo de las estrellas del Zinemaldia, 'El caminante' de Tsai Ming-Liang avanza sin prisa, con la calma necesaria para escuchar y sentir el latido profundo de una ciudad que se revela en cada imagen y en cada silencio.
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