Fernando Esteso: «El apoyo del público es un patrimonio que no te lo puede tocar Hacienda, y nunca me ha faltado»
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Presenta esta tarde en el teatro Principal el documental 'Sesión salvaje' sobre los géneros populares del cine de los años 70 y 80Fernando Esteso (Zaragoza, 1945) participa en el documental 'Sesión salvaje', que rescata el cine de los géneros populares de los años 70 y 80 y ... que se proyecta esta tarde en la Semana de Cine Fantástico y de Terror y San Sebastián, con presencia del actor, cantante y humorista que alcanzó enorme popularidad en esas décadas en cine, televisión y los más diversos escenarios, donde actuó desde su primera infancia.
- ¿De verdad que con dos años y medio de edad ya venía a San Sebastián a actuar?
- Sí, sí, con la compañía que tenían mis padres, que eran comediantes. Veníamos a hacer la gira de verano en el norte. También actuábamos en Lasarte, o en Alsasua, algunas veces en frontones o en las plazas públicas.
- ¿Y qué tipo de espéctaculo hacían?
- De variedades y folclore. Así estuve hasta que cumplí los diez años. Y en invierno, a estudiar en Zaragoza.
- ¿Entonces los artistas se forjaban así?
- El artista empezaba desde muy pequeño. Había compañías infantiles y emisoras de radio que tenían su auditorio y también actuábamos allí. Y el teatro Principal de Zaragoza tenía su propia academia y allá íbamos también a aprender y teníamos un espectáculo cada dos meses.
Programa para este viernes
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Teatro Principal 16.00: 'Blood Machines', de Seth Ickerman (Francia) y 'Sesión salvaje' de Paco Limón y Julio César Sánchez (España-México). 20.00: Entrega de premios y 'Ventajas de viajar en tren', de Aritz Moreno (España).
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Teatro Victoria Eugenia: 19.30: Maratón de cortos internacionales.
- ¿Cómo surgió su vena cómica?
- Porque se despidió de la compañía el que hacía de payaso. Y a todo lo que se despedía me apuntaba yo. Le dije a mi padre: «Papá, eso lo sé hacer yo». Y lo hice.
- ¿Cuántos años tenía entonces?
- Cuatro.
- ¿Cuatro?
- Sí, lo recuerdo porque tengo una foto que estoy al lado de una silla vestido ya de payaso y tengo el tamaño del asiento de la silla. Entonces hacía canción española como Fernandito Esteso, y como payaso me llamaba Nanín.
«Entre la clase política y los colectivos que se enfadan por todo, estamos atontados»
- ¿Y cómo llegó de la canción folclórica a los éxitos humorísticos de los 70, como 'La Ramona' y 'El zurriagazo', que le dieron tanta popularidad en televisión?
- Creo que siempre he caído bien y he sido familiar.
- «La Ramona es la más gorda de las mozas de mi pueblo / Ramona te quiero / Tiene un globo por cabeza y no se le ve el pescuezo», decía su canción más famosa, compuesta por Lauren Postigo. ¿Esas cosas no se tomaban entonces como algo hiriente?
- No éramos tan quisquillosos. Se convertían en canciones festivas, y que la gente bailaba en los pueblos. Y si había alguna mujer que se llamaba Ramona venía corriendo a darme dos besos. En una final del trofeo Carranza recuerdo que salió la banda del ejército de la marina por el campo tocando 'La Ramona'. Y en las actuaciones me la siguen pidiendo. Pero ahora estamos en la dictadura de lo políticamente correcto. Es que estamos tan desorientados y atontados... Entre la clase política que tenemos, que parece que no han aprobado la EGB, y los colectivos que se enfadan por todo... Parece que no hacen más que estar pendientes de los demás para ponerles a parir. Asocian al actor con el personaje y con su vida privada.
- ¿Cuando cantaba esas canciones había más inocencia?
- Y más tolerancia. Y predominaba la risa por la risa, sin más.
- Empezó a hacer cine en la Transición, con 'Virilidad a la española', de 1976. Y en el documental 'Sesión salvaje' se habla sobre todo de 'Los bingueros'. ¿Cree que es la mejor de las películas que hizo con Andrés Pajares?
- Es la primera de las nueve que hicimos juntos, y el primer taquillazo. Junto con 'Yo hice a Roque III', son las películas de las que estamos más satisfechos.
- ¿Cree que el tipo de español que reflejaba la película era real?
- Ese tipo existía, desde luego. Pero eran personajes muy inocentes que trataban de salir de la medianía como podían.
- ¿Cómo fue su relación con Andrés Pajares en esas películas, tenían sus piques?
- No, siempre fue una buena relación. Además había muy buen ambiente en los rodajes, porque Mariano Ozores sabía crearlo. Éramos un equipo, con Florinda Chico, Juanito Navarro y toda esa cuadrilla de fenómenos que tenía Mariano. Respondíamos a una demanda de un tipo de cine que ya existía en Europa, sobre todo en Italia. Era una época de apertura a muchos temas que hasta entonces no habíamos tenido y las aprovechábamos todas, como el juego en 'Los bingueros', y todas funcionaban. Todo lo relativo al sexo nos resultaba más complicado, pero utilizábamos la sonrisa y la inocencia, con estos personajes que ponen ojos de tocar pero no tocan. Como Marcello Mastroianni, que decía que para hacer de violinista ponía ojos de saber tocar el violín, porque no le había dado tiempo a hacer la carrera. Así que había que poner cara de pasárnoslo en grande pero en realidad íbamos con calzoncillos y calcetines. Y nos resultaba bastante violento.
«En el destape, hacíamos personajes que ponen cara de tocar pero no tocan»
- ¿Aún sigue teniendo que dar explicaciones por las películas de la época del destape?
- Fueron las primeras actrices actrices que se desnudaron en el cine español, y me gusta dejar muy claro que allí no había ningún mal gesto, ni nada ofensivo. Lo superábamos por medio de la risa.
- Con esa reunión de cómicos se reirían mucho...
- Sí, pero también nos lo tomábamos muy en serio. Porque para hacer reir en el cine, te lo tienes que tomar muy en serio.
- Y además combinaban el cine, la televisión, los escenarios...
- Sí, podías salir a las cuatro de la madrugada de actuar en una sala de fiestas y tener que estar a las siete de la mañana en Chinchón con un frío de cuidado.
- Era un cine con un enorme éxito comercial, aunque fuera menospreciado por la crítica...
- La respuesta del público es el mejor premio. No tenía buena crítica porque era un cine que no iba para concurso. Era comercial, y gracias a este tipo de cine y a la industria que había, se podían hacer también esas otras buenas películas que iban para premio. Pero eso también me ha pasado en el teatro, no había ayudas ni premios para lo comercial, para los que llenábamos el aforo.
- Y sus películas se pasaban muchos meses en cartel en los grandes cines.
- Hombre, 'La guerra de las galaxias' se encontró con problemas para estrenar en Madrid y el productor preguntó quiénes eran esos Pajares y Esteso que copaban todos los cines... Hubo un crítico en Cartagena que, cuando una de nuestras películas llevaba ya seis semanas en cartel, escribió: «Me había negado a escribir la crítica de este proyecto de película, pero como lleva seis semanas no tengo más remedio que escribirla y decir que no vayan ustedes a verla».
- ¿Le apetecía hacer otro tipo de películas, como dramas? ¿Nunca le ofrecieron una de terror?
- Entonces no, últimamente sí me dan papeles un poco terroríficos. Pero si tienes ojos vivos es fácil mezclar la sonrisa con la congoja. De hecho, los actores cómicos de este país cuando llegamos a una edad somos buenos actores dramáticos, porque la gente te ha visto reir, y en el momento en que te pones serio, les llegas al corazón. Sobre todo, si les das tu humanidad, tu verdad.
«Los cómicos, con la edad, nos volvemos buenos actores dramáticos»
- ¿La vida del cómico tiene también sus momentos amargos?
- Somos humanos... pero gracias a Dios solo han sido algunos de carácter privado. En los escenarios no he vivido ninguna amargura. El apoyo del público es un patrimonio que no te lo puede quitar Hacienda, y nunca me ha faltado.
- ¿Últimamente ha vuelto a los escenarios?
- He estado en Zaragoza haciendo un espectáculo arrevistado con Marianico el Corto y Rosario Mohedano, con la obra 'Cómicos y cabezudos'. Y sorprendo a la gente con canciones que me gustan a mí.
- ¿Qué tipo de música le gusta?
- Frank Sinatra, nuestro Julio Iglesias... Los cantautores como Serrat, Alberto Cortez, también canto sus canciones en el escenario.
- Y en televisión también está haciendo cosas...
- Voy saliendo en series... En la continuación de 'Amar en tiempos revueltos', en la segunda temporada de 'Justo antes de Cristo' que aún está por emitir, en la adaptación de 'Los habitantes de la casa deshabitada' que hizo TVE...
Un homenaje al cine español de sesión doble y de videoclub
Hace ya diez años que Paco Limón y Julio César Sánchez pusieron en marcha 'Sesión salvaje', un proyecto para dar a conocer y mantener la memoria de lo que fue un cine comercial de enorme éxito en los años 70 y 80, «el otro cine de barrio», como reza el cartel del documental, en el que entrevistan a muchos de los protagonistas de la época. Entre ellos Fernando Esteso, cuya intervención se filmó hace tres años. Y resumen «veinte años de cine de género en 84 minutos».
«Somos gente de barrio que ha crecido en las sesiones dobles de las salas y en los videoclubs, donde 'El pico 2' estaba a la misma altura que la gran producción de Hollywood», explicaba ayer Paco Limón en la Semana de Terror.
«Queríamos hacer una declaración de amor sincero a ese cine», añade Julio César Sánchez. «No hemos buscado la lágrima fácil, ninguno de los entrevistados se puso nostálgico y todos tienen un recuerdo muy bueno de aquella forma de hacer cine».
El documental repasa las películas que se hicieron en España en esas décadas, del llamado spaghetti-western, y géneros como el fantástico, la comedia y el thriller, la época del destape y el cine quinqui. Entre los participantes en las «más de 40 horas de entrevistas que tuvimos que montar» figuran Álex de la Iglesia, Diego San José, Nacho Vigalondo, Simón Andreu, Álvaro de Luna, Antonio Mayans o Esperanza Roy, además del productor Enrique López Lavigne, que fue quien acabó dando al proyecto el impulso que necesitaba.
Por la Semana pasó también la actriz estadounidense Lauryn Canny, protagonista de la película 'Darlin', dirigida por Pollyanne McIntosh, que viene a ser una continuación de la celebrada 'The Woman', de Lucky McKee. El personaje de la joven que fue criada en el bosque de forma salvaje y que es trasladada a un hogar de acogida a cargo de un obispo le exigió a Lauryn Canny «mucho esfuerzo físico», pero la película «va más allá del terror, es a la vez comedia, cuento de hadas, relato gótico, y también tiene un componente social», señala la actriz.
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