«Vamos a pasar de tener beneficios a unas pérdidas de más de un millón de euros»

Esther Irigaray | Directora gerente del Aquarium de Donostia ·

«El Aquarium no corre ningún peligro porque partimos de una buena situación financiera previa», asegura la responsable del museo

Alberto Moyano

San Sebastián

Lunes, 17 de agosto 2020, 06:37

Después de dos meses y medio de cierre obligado por el confinamiento, el Aquarium donostiarra reabrió al público el pasado 1 de junio con una ... creciente afluencia de público que, no obstante, no evitará los problemas económicos. Según señala su directora gerente, Esther Irigaray, las estimaciones apuntan a que las 340.000 entradas vendidas el año pasado, que lo convirtieron en el segundo museo más visitado de Euskadi, sólo por detrás del Guggenheim, pasarán a 130.000 a final del ejercicio. Por de pronto el presupuesto ha pasado de cuatro millones a 2,5 millones de euros en un museo que se autofinancia al 100%, y que ha tenido que aplazar sus planes de ampliación, echar mano de sus ahorros y solicitar un crédito de Elkargi. No obstante, Irigaray descarta que el Aquarium corra peligro. «Tenemos una buena situación financiera previa», asegura.

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- ¿Qué planteamiento se hizo el Aquarium durante el confinamiento respecto a lo que iba a ser este verano?

- Al igual que para el resto de las empresas, la incertidumbre para nosotros era absoluta. Al principio se hablaba de que hasta diciembre no iba a haber movilidad, luego se acortaron los plazos y comenzamos a vislumbrar la posibilidad de abrir en verano. Al final, el Gobierno Vasco permitió abrir el 1 de junio y lo hicimos, pero sin tener muy claro lo que iba a pasar. Hicimos un ajuste de nuestra previsiones de este año, con el objetivo de alcanzar en julio y agosto el 50% de los visitantes que tuvimos el año pasado. Al no tener absolutamente ninguna ayuda pública porque somos privados al 100%, todos nuestros ingresos dependen de la gente que entre por la puerta. Entonces, la previsiones eran contar en julio y agosto con el 50% de los ingresos, con una bajada a partir de septiembre hasta quedar en un 30%. Y ésta era la visión más optimista porque como se hablaba de otra oleada en otoño, el otro escenario era cerrar de nuevo, que tampoco se descarta.

- En junio tuvieron un 35% de las visitas y en julio, un 60% hasta alcanzar los 26.500 visitantes. Quizás el Aquarium es de los centros culturales guipuzcoanos que emite mejores señales...

- Sí, a nosotros nos reconforta, pero al mismo tiempo nos da muchísima pena porque significa que el resto lo está pasando mal. La idea es intentar que estas cifras mejoren, pero es complicado gestionar un número mayor de visitantes con todas las medidas que hay que implementar. Lo estamos haciendo con tomas de temperatura a la entrada, alfombra desinfectante de calzado, mascarilla obligatoria y dispensadores de gel por todo el recorrido. Y lo que hemos tenido que hacer según iba incrementándose la afluencia es aumentar el personal que dentro del recorrido vigila que los visitantes llevan la mascarilla bien colocada, mantienen la distancia...

- ¿Y qué les comentan los visitantes a la salida?

- Los comentarios están siendo muy buenos, dicen que se nota que nos estamos esforzando y que la visita da cierta sensación de normalidad, de recuperar la ilusión de hacer cosas normales.

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- La mayor parte de sus visitantes son turistas. ¿Sirven las cifras del Aquarium para tomar el pulso al sector en Donostia?

- Sí, hemos servido como termómetro para tomar la temperatura del turismo. Al final del año, solemos terminar con un 55% de visitantes españoles y un 45% de extranjeros. Reflejamos ese visitante, mayoritariamente francés, que viene para pasar el día y que no necesariamente pasa por la Oficina de Turismo. En este caso, estamos viendo que los franceses están funcionando muy bien, mientras que los británicos, los estadounidenses y alemanes han decrecido. Los franceses también lo han hecho, pero no en la proporción del número de visitantes: si en julio, la cifra de turistas había bajado a un 61%, la de franceses lo hizo a un 72% respecto al año pasado. Y sin ser una cifra muy importante, sí hemos visto que ha habido más visitantes holandeses y belgas que otros años en julio.

- ¿Cuáles son las previsiones para agosto?

- Esperamos que haya muy poquito visitante extranjero, al margen del francés, que es muy fiel a San Sebastián y yo creo que está sosteniendo a toda la hostelería y al sector turístico. También hay que reconocer que el visitante vasco se está moviendo mucho por Euskadi y tenemos que estar muy agradecidos porque estamos paliando la falta de extranjeros con un incremento de visitantes vascos. Y es algo que demuestra que nos preocupamos por nuestra propia economía y nuestro entorno.

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- ¿Cuesta atraer al Aquarium al visitante local?

- No. Ya ocurrió en la crisis de 2008: cuando tenemos restricciones por cuestiones de movilidad, económicas o de incertidumbre, nos quedamos y consumimos más cerca y dentro de nuestros planes metemos al Aquarium, que en condiciones normales igual no lo haríamos porque estaríamos viendo el de Palma de Mallorca. La gente sigue visitando el Aquarium con ganas, lo que ocurre es que lo deja para cuando tiene algún familiar o amigo que viene a Donostia. Sin embargo, en estas circunstancias sí viene. Ya en 2008 se cambió el visitante de fuera por el local y prácticamente no sufrimos la crisis, mantuvimos unas cifras muy parecidas.

- ¿Hasta qué punto es dependiente de la climatología?

- Es evidente que si hace buen tiempo, el turista hace planes para el exterior y deja la visita al Aquarium para el día que está nublado o lluvioso. Este año se nota, pero no tanto. También es verdad que hay control de aforos en playas y que el visitante es más local y le da un poco igual. En condiciones normales nos influye mucho la meteorología; este año no tanto.

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- Señalaba que el Aquarium se autofinancia vía venta de entradas y actividades. ¿Qué va a suponer el descenso de este año para sus planes de futuro?

- La diferencia es abismal: de obtener un cierto beneficio a unas pérdidas importantes. Con las previsiones de ahora mismo, vamos a superar el millón de euros de pérdidas y en esta situación recibimos cero euros de aportación de Gobierno Vasco, de Diputación y del Ayuntamiento.

«Aparcamos los planes de ampliación del centro, pero para retomarlos lo antes posible»

- ¿Por qué?

- Porque como somos un museo privado y nos hemos autofinanciado históricamente se sigue haciendo así. No hay previstas ayudas adicionales. También es comprensible porque ahora mismo las prioridades son paliar el problema social que va a haber, en cuanto a falta de ingresos de mucha gente y a que no se nos caigan las empresas. Lo que hemos hecho es pedir los avales de Elkargi, que nos los han concedido, y recurrir a los ahorros de estos años -que habían sido francamente buenos- que íbamos a destinar a la ampliación del Aquarium.

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- Unas obras que han quedado aplazadas 'sine die'...

- Ahora mismo, cualquier ampliación está abocada al retraso porque ni nosotros vamos a tener los recursos, que los dedicamos al sostenimiento del Aquarium, ni las instituciones van a estar en condiciones de ayudarnos. Nuestras prioridades ahora son tanto el mantenimiento del empleo como el de la calidad de las instalaciones.

- Este año era el previsto para reflexionar sobre esa ampliación.

- Este año terminaba nuestro plan estratégico y se iniciaba nuestra reflexión para los próximos años. Entonces, lo que vamos a hacer en esta situación de incertidumbre es prorrogar el plan estratégico que teníamos para ver en qué situación quedamos y reflexionar con calma de cara al futuro porque vamos a partir de una situación económica absolutamente distinta a la de partida. No pasa nada, somos optimistas, sabemos que saldremos adelante y que llegará la ampliación que nos permitirá recoger cosas que no solamente tengan que ver con la parte biológica e histórica del Aquarium, sino también elementos medioambientales y de investigación.

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«El Aquarium ha sufrido la peor situación en cien años de historia, comparable sólo a la de la Guerra Civil»

- Una ampliación que no iba a ser necesariamente subterránea, sino en la superficie del Paseo Nuevo...

- Efectivamente, en lugar de seguir extendiéndonos de forma subterránea, que incrementa de forma exponencial los gastos de construcción, barajábamos la posibilidad de trabajar de forma integrada en superficie. Realmente, era una idea a partir de la cual trabajar. De momento, aparcamos estos planes, pero para retomarlos lo antes posible. Vemos que hay necesidad de trabajar en temas medioambientales y que ahí podemos generar un polo de conocimiento.

- Una ampliación en cualquier caso necesaria...

- Efectivamente, queremos hacer más actividades y no entramos en el espacio del que disponemos. Es una idea que tenemos que trabajar mucho.

- ¿Cuál era el presupuesto inicialmente previsto para 2020?

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- Unos cuatro millones de euros aproximadamente y nos vamos a quedar en dos millones y medio, con unos ingresos muy inferiores.

- ¿Y las visitas?

- Nuestras previsiones son acabar el año con 130.000 visitantes, frente a los 340.000 que tuvimos el año pasado. A 12 de agosto llevábamos 91.000.

«En esta situación, recibimos cero euros de aportación por parte de las instituciones públicas»

- Comentaba que muchos otros centros culturales van a padecer la crisis de manera muy fuerte.

- Sí, en el número de visitantes, pero la gran diferencia es que están sostenidos por instituciones públicas. Se verán limitados en muchas de sus actividades, pero permanecerán en el tiempo. El peligro está en los museos privados.

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- ¿Contempla la posibilidad de que el Aquarium corra peligro?

- No, ninguna... Tenemos una buena situación financiera previa y como apoyo hemos recibido el préstamo de Elkargi -un millón de euros-. Peligro corremos todos si esto se prolonga cinco años, pero en este momento la situación está bajo control y no tenemos ningún tipo de miedo. Tranquilidad absoluta en este sentido.

- Puestos a soñar, ¿cómo le gustaría que fueran las cosas para el Aquarium de aquí a final de año?

- El museo está bien como está, todo se está manteniendo dentro de la normalidad, con lo cual mi deseo es que las cosas sigan siendo igual de buenas en lo que respecta al equipo humano y al funcionamiento. Evidentemente, dependemos de lo que pase fuera para que la situación económica sea buena también, así que espero que se reduzcan los contagios, que se encuentre una vacuna y que el impacto económico se supere lo antes que sea posible. Todo esto es un deseo que creo que este año no se va a cumplir, aunque ojalá que sí se cumpla el que viene.

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«Cristina Iglesias nos considera una pata de su proyecto de la isla»

Esther Irigaray destaca la incertidumbre y la angustia que vivió durante el cierre del Aquarium como lo más negativo de esta crisis y la respuesta del equipo que conforma la plantilla del centro como lo mejor. En su opinión, «el Aquarium ha sufrido la peor situación de sus cien años de historia, únicamente comparable con la de la Guerra Civil».

- ¿Qué ha sido lo peor de estos meses?

- Diría que el Aquarium ha sufrido la peor situación de sus cien años de historia, únicamente comparable con la de la Guerra Civil. Lo peor ha sido la incertidumbre, era angustioso ver las instalaciones sin gente. Al final, el trabajo que ha realizado durante cien años la institución estaba ahí parado para que no lo viese nadie. Y también, mucho miedo por el personal.

- ¿Prevé recorte de plantilla?

- No, no. En plantilla somos 34 personas y si sumamos los contratos de auxiliares, mantenimiento y demás estaremos en torno a los cincuenta. Es una responsabilidad muy grande mantener ese nivel. Y además, están los proveedores.

- ¿Y ha sacado algo positivo?

- Sí, bueno, lo más positivo que saco de todo esto es la parte humana. De qué manera el personal del Aquarium nos hemos hecho una piña y hemos trabajado como nunca. Impresionante. Los que estaban teletrabajando han generado contenidos para la web de una manera constante, ha habido quien se ha ofrecido a no cobrar la extra, a que se le bajara el sueldo... Hemos hecho un ERTE de gran parte del personal. Y también hemos recibido innumerables muestras de cariño por parte de la sociedad, con ofrecimientos para hacer crowdfundings o comprar entradas de 'fila cero', que no hemos aceptado porque no estamos necesitados. Emociona ver el cariño que la gente le tiene a la institución.

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- Parece que el Aquarium está llamado también a jugar un papel en la intervención de Cristina Iglesias en Santa Clara.

- Sí, desde el minuto uno Cristina Iglesias dijo que quería contar con el Aquarium, sobre todo, por esta vertiente medioambiental marina que quiere reflejar en su obra. Para ella somos una pata necesaria dentro de toda este proyecto, que no quiere dejar sólo en la instalación de la escultura. Ya llegará el momento en el que ella explique qué quiere hacer.

- Acogerán un audiovisual sobre el proyecto que servirá para darlo a conocer e incluso derivar visitantes a la obra...

- Acogeremos un audiovisual y probablemente una maqueta de la instalación para que quienes nos visiten puedan verla, teniendo en cuenta que la isla tendrá un aforo y una movilidad limitados. En este sentido, puede ayudar a controlar el número de visitas a la isla, pero no hay nada cerrado definitivamente.

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