La virgen del Coro, la figura que pocos pueden ver

Como se ve en la fotografía de al lado, la escultura es de tamaño reducido, de madera y de un tono muy oscuro. El actual párroco, Edorta Kortadi, quien además es un veterano estudioso del arte, cree que podría tratarse de una talla realizada por el italiano Donatello, cuyo nombre completo era Donato di Niccolò di Betto Bardi, y había nacido en Florencia posiblemente en 1386. Se trata de uno de los grandes del Renacimiento italiano, autor de una vasta obra. Kortadi se basa en el dato de que el niño Jesús está en una postura muy peculiar, chupándose un dedo y cogiéndose un pie con la otra mano, y Donatello hizo alguna escultura parecida.

«Creemos que debajo de esa capa negra puede haber policromía», ha comentado el párroco. Nunca se ha hecho un estudio científico exhaustivo de cara a una restauración, por lo que no se sabe tampoco cómo es el interior de la pieza, o si está compuesta de varias partes.

El nuevo párroco libró a la virgen de los mantos que la habían escondido a lo largo de los siglos. Tiene unos veinte mantos que se guardan en el camarín de la basílica y de colores muy variados: blancos, rojos, verdes, morados y azules. Realmente no dejaban apreciar ni siquiera las dimensiones reales de la escultura, que es de unos 40 centímetros.

La leyenda decía que esta virgen procedía de Venezuela, de la ciudad de Coro, y que fue traída a San Sebastián por algún donostiarra participante en algunas de las frecuentes expediciones al lugar. No hay que olvidar que la basílica fue construida en el siglo XVIII con las aportaciones de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas. El párroco, en cambio, cree que procede de Italia y tiene algunos años más de lo que se creía.