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os hermanos Ignaxio Mari y Joakina Etxabe Manterola no dudan en afirmar que Aizarnazabal es «el mejor» pueblo para vivir. «Es muy tranquilo y aquí ... hemos sido y somos felices», coinciden. Ambos nacieron en el caserío Sarasola, a unos dos kilómetros del núcleo urbano, a donde se trasladaron cuando se casaron. «Hace sesenta años aquí solo había caseríos, la única casa que no tenía ganado era el del cura», explican. Hoy en día el municipio cuenta con unos 750 habitantes, aunque «hay gente que sólo viene a dormir, trabajan y estudian fuera». No es el caso de estos dos hermanos, que siguen haciendo vida en Aizarnazabal. A ella le gusta pasear y charlar con las amigas, «más que jugar a cartas», reconoce. Ignaxio Mari sigue disfrutando organizando las pruebas de arrastre y con «los almuerzos» y encuentros en la sociedad Gure Borda.
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Joakina es la segunda de nueve hermanos, y a sus 86 años recuerda bien las penurias de la época de la postguerra. «No pasamos hambre, pero no teníamos ni pan». Tampoco se olvida de la maestra de la escuela de Zubialde, hasta donde acudían unos 60 niños de la zona, «imagínate lo que pudimos aprender todos con una sola profesora». Su aita, José Antonio, fue alcalde durante 21 años, desde 1949 a 1970, aunque en aquella época «el que mandaba supongo que sería el secretario», matiza Ignaxio Mari. Hoy todavía, los dos recuerdan bien lo que les dijo su padre cuando se instaló la primera fábrica en la localidad, la papelera. «El pueblo se ha salvado».
El pequeño de los hermanos Etxabe, Ignaxio Mari, fue el único que siguió con la afición de su padre por el arrastre de piedras. «Este probadero es mi vida», admite señalando el espacio que se ubica junto al frontón. Con el de Aia y Azkoitia, es de los pocos sitios en Gipuzkoa donde se siguen organizando este tipo de pruebas con bueyes y burros. «Hace quince días vinieron unas quinientas personas», afirma orgulloso. «Esos días sí que suele haber problemas para aparcar», admite entre risas.
Entre los aficionados al deporte rural Aizarnazabal «es muy conocido, incluso viene mucha gente de Bizkaia», señala Ignaxio Mari. Pero es consciente que otros muchos no saben donde ubicarlo. «A nuestros hijos y nietos, que han estudiado fuera, muchas veces les han preguntado donde está Aizarnazabal». Sin embargo, hace unos años, la presencia de la cantante internacional Shakira colocó en el mapa el pueblo. «Muchos conocidos todavía nos recuerdan que había venido a hacer surf a Aizarnazabal», cuenta Joakina. Ellos no la vieron, ni a otra gente «importante» que haya podido venir, «a veces se ven coches grandes», dice el menor de los hermanos. Siguen con su vida tranquila en uno de los pueblos «más bonitos de Euskal Herria», sostiene. Solo lamentan que la última tienda que quedaba haya cerrado recientemente. «Ahora hay que coger el coche e ir a Zumaia o Zarautz».
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Así es mi pueblo
- Describan Aizarnazabal
- Es un pueblo muy bonito y sobre todo muy tranquilo. Estamos a diez kilómetros de Zarautz y a cinco de Zumaia.
- ¿Lo mejor de vivir aquí?
- La tranquilidad que se respira. Casi todos nos conocemos.
- ¿Y lo peor?
- Ya no quedan tiendas donde hacer la compra. La última cerró a finales de año. Ahora hay que coger el coche y trasladarse a los pueblos de alrededor. Porque el servicio de autobús tampoco ofrece muchas frecuencias.
- ¿Su txoko preferido?
- El probaleku. Aquí se siguen organizando pruebas de arrastre que atraen a mucha gente.
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Y el próximo domingo... Albiztur
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