Los detenidos por el crimen de Aintzane tienen antecedentes por delinquir juntos

Fuentes consultadas por este periódico señalan que la mujer detenida, de 23 años, ha mostrado una actitud colaboradora con los agentes que llevan a cabo la investigación, aportando detalles sobre cómo se produjeron los hechos. Esta habría alegado asimismo que actuó coaccionada por el otro detenido. Cabe recordar que ambos han sido arrestados como presuntos autores del crimen.

El arresto se produjo en la mañana del martes y los dos implicados fueron derivados a comisarías diferentes, con el fin de evitar que tuvieran contacto alguno y pudieran intercambiar información, una diligencia habitual en estos casos. Por el momento ambos siguen detenidos, aunque se espera que en las próximas horas declaren ante el juez. El tiempo máximo que pueden permanecer en comisaría desde la detención es de 72 horas.

No es la primera vez que los sospechosos pasan la noche en un calabozo. Fuentes consultadas indican que ambos son delincuentes habituales y que entre sus antecedentes constan múltiples actuaciones realizadas conjuntamente. Muchos de estos delitos los cometieron en Errenteria, donde ambos residían, aunque ninguno de la gravedad del que están siendo ahora investigados. Su detención por este crimen, no obstante, se realizó en un municipio de la comarca de Urola Kosta, la misma en la que se produjo el homicidio.

Además de conocerse entre ellos, también conocían a la víctima, Aintzane Pujana, vecina de Donostia de 32 años, quien el día 31 de diciembre estuvo alojada en la casa rural Haizeaberri de Aizarnazabal. Según la responsable del establecimiento, era «amiga de unos inquilinos». Esa misma noche se celebró una fiesta ilegal de Nochevieja en la que participaron 20 jóvenes, vecinos de localidades cercanas, en la que la Ertzaintza tuvo que intervenir, ya que se estaba incumpliendo la normativa sanitaria por el Covid-19. Aintzane estaba allí, pero no participó en la fiesta. Ni ella ni los dos detenidos figuran entre las personas identificadas esa noche por la Ertzaintza y los investigadores han descartado que la celebración esté vinculada con la muerte de la mujer.

Horas después, el novio de Aintzane acudió a una comisaría de la Ertzaintza. No tenía noticias de su pareja e interpuso una denuncia por su desaparición. Tres días después unos operarios que estaban limpiando una zona de matorrales junto al río Urola en el barrio Etxabe de Aizarnazabal hallaron el cadáver de una mujer que presentaba signos de violencia. Al día siguiente la Ertzaintza confirmó que se trataba de la donostiarra desaparecida. La víctima fue acuchillada, ya que su cuerpo tenía al menos seis puñaladas.

Desde entonces el Servicio de Investigación Criminal Territorial de la Ertzaintza en Gipuzkoa, SICTG se encargó del caso. El juzgado de Azpeitia, donde se están instruyendo las diligencias, ha declarado el secreto de las mismas, por lo que no han trascendido detalles sobre las circunstancias en las que se produjo el homicidio y el móvil que habría motivado el mismo. No obstante, los investigadores ya han llegado a aclarar ambos extremos.

Hasta que el juez no decida si las pruebas presentadas son suficientes para decretar la prisión provisional de los dos detenidos el caso seguirá bajo secreto. Entre esas pruebas, además de las evidencias recabadas por los agentes de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza en el lugar de los hechos o del informe preliminar de la autopsia, también están las declaraciones de los sospechosos. La mujer detenida habría aportado a la Ertzaintza su versión sobre cómo se produjo el crimen, en el que según ha declarado estuvo coaccionada por el otro implicado.