Las sociedades de pescadores exigen «una respuesta global para recuperar el salmón»

Desde estas sociedades realizan un repaso histórico de la pesca del salmón en el Bidasoa «y nunca hasta el año pasado se había vedado su pesca a pesar de atravesar décadas en situación peor a la actual», aseguran.

Desde las mencionadas sociedades se muestran en desacuerdo y proponen que la veda del salmón se limite al año pasado. Además, proponen «la veda de la pesca con redes por parte de los franceses en la ría del Bidasoa a la altura de Hondarribia», además, de la «parada de todas las centrales hidroeléctricas en época de remonte y descenso de especies migratorias de la cuenca del río Bidasoa», así como «reactivar todo el trabajo y toda la actividad de repoblaciones que había con la trucha en la 'línea Bidasoa', y por último, un «control de depredadores (cormoranes y garzas)».

Exigen «una respuesta global para revertir la situación. Basta ya de vender a la opinión pública la veda de la pesca como solución a los problemas del río Bidasoa y el resto de ríos, la veda es la consecuencia de la gestión, cambio climático, pesca etc., no la solución», afirman.

Recuerdan que hay concesiones de explotación de centrales hidroeléctricas de comienzos del siglo anterior (años 1900 -1920), «concesiones otorgadas en tiempos en que el caudal medio del río Bidasoa era dos o tres veces superior al actual y que cercenan el río Bidasoa y lo dejan prácticamente seco en verano». Recuerdan que la presa de Nazas (concesión desde el año 1.899) «es la principal barrera para todas las especies migratorias, los peces llegan a la presa y no son capaces de encontrar el camino río arriba por la escasez de caudal, quedando confundidos en la salida de las turbinas, el 80% de los peces migratorios se quedan por debajo de la citada presa, con el agravante de que antes existía el azud de la presa de Endarlaza que servía de refugio a los peces para la época de estiaje hasta la llegada del invierno».

En todos las reuniones y foros sobre el río Bidasoa han defendido «una mejor gestión del agua en la zona. Las captaciones de los nacederos de las regatas que vierten al Bidasoa las dejan prácticamente secas en verano y se produce un calentamiento todavía mayor del agua del Bidasoa en dicha época». Defienen la posibilidad «de utilizar los embalses actuales o hacer alguno nuevo en la cabecera del río».

Llevan años denunciando al Gobierno de Navarra «la existencia de barcos franceses faenando con sus redes en aguas de la ría del Bidasoa y vendiendo sus capturas de salmones, sábalos etc. en el mercado de San Juan de Luz y nada se ha hecho al respecto».

Recuerdan que «en ninguna otra comunidad autónoma de la cornisa cantábrica ni del resto del país, se ha tomado la determinación de vedar la pesca, conocedores sus técnicos de la multitud de problemas existentes en el río y en el mar y conscientes de que o se adopta un enfoque global o las medidas parciales no sirven más que para maquillar el tema».

Respecto a la veda de la trucha, recuerdan que «tenemos una red de piscifactorías en Navarra que se pueden usar para repoblar con trucha autóctona de cada cuenca. Para el río Bidasoa está la piscifactoría de Mugaire. «Ya se puso en práctica en su día con buenos resultados, hasta que un día se decidió abandonar esta línea de trabajo y destinar la piscifactoría de Mugaire a la producción de trucha estéril (trucha triploide) para llevarla a los cotos de pesca intensivos de la cuenca de Pamplona». Plantean que se vuelva a activar «toda la estructura que existía alrededor de la repoblación con truchas del Bidasoa, la conocida 'línea Bidasoa'».

Proponen además «el control de las especies invasoras como carpas, madrillas, patos, cormoranes, garzas, koipus, cangrejo señal, etc. , pues su población aumenta cada año».

Respecto a la nueva Ley Foral de Pesca, «que consagra la modalidad de pesca sin muerte como casi la única autorizada, en su preámbulo dice que responde dicha ley al perfil del colectivo que disfruta actualmente de la pesca. Desde nuestro punto de vista esto no es cierto». Durante los últimos 20-30 años, el número de licencias de pesca en Navarra ha descendido más del 50%, de 30.000 licencias a menos de 15.000.

«De continuar con esta gestión basada principalmente en la veda, nosotros no pensamos acudir más a la comisión 'asesora' de pesca, donde nos encontramos con el pescado ya vendido. Estamos dispuestos a colaborar en repoblaciones, limpiezas de río, ayuda en la piscifactorías..., pero siempre desde una visión diferente a la actual, más constructiva y colaborativa con los pescadores», finalizan.