Eibar

Un legado que va más allá del deporte

El eco de su historia sigue vivo en la ciudad. Sus sobrinos-nietos siguieron vinculados al fútbol como árbitros y entrenadores en Eibar y Ermua

A. E.

eibar.

Sábado, 1 de noviembre 2025, 20:29

Su memoria reposa en el Cementerio Civil de Ciriego, cerca de Santander. Allí, entre árboles y flores, se alzan monolitos de mármol con los nombres de 827 víctimas fusiladas durante la Guerra Civil, trabajo de identificación realizado por el historiador Antonio Ontañón Toca, en Rescatados del olvido. En el cementerio Civil de Ciriego, cerca de Santander se inhumaron cientos de personas ejecutadas durante la Guerra Civil.

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En las fosas comunes de dicho cementerio no se han realizado exhumaciones y el lugar está dignificado con el Batallón Amuategui, al que pertenecía Acha, junto a otros muchos eibarreses, en base a monolitos de mármol donde se han inscrito por orden alfabético los nombres de las víctimas. Con vistas al mar y rodeado de árboles y flores naturales, 'Acha Arana Eugenio' está inscrito en el primer monolito y no lejos, en el noveno, 'Marcano Arregui'. Para sus allegados y para siempre, Ciriego será un lugar de paz donde llorarles y emocionarse.

Más de ocho décadas después, el eco de su historia sigue vivo en Eibar. Sus sobrinos-nietos —Iñaki, Isaac, Germán y Mikel González— siguieron vinculados al fútbol como árbitros y entrenadores, en Eibar y Ermua, prolongando en los campos locales la pasión que encendió su antepasado. Pero el legado de Eugenio va más allá del deporte: es el testimonio de una generación que quiso unir el balón y la conciencia, la alegría del juego con la justicia social.

Estibalitz González cuenta en su estudio que «la inscripción de su fallecimiento en el Registro Civil de Santander no se hizo hasta octubre de 1953, 15 años después y Clemen Alonso no fue reconocida como viuda de guerra hasta 1980».

No obstante, en los documentos, la firma de Acha encierra la serenidad de quien creía en el bien común. Acha fue mucho más que un futbolista fusilado: fue el espejo de una época en que la vida y la libertad se jugaban cada día a balón dividido. En la memoria de su ciudad, su historia sigue resonando como un gol imposible que el tiempo no podrá anular el recuerdo hacia lo que podrá ser uno de los pocos futbolistas fusilados.

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