Eibar

Los futbolistas del ramito de flores

JESÚS GUTIÉRREZ, HISTORIADOR

Sábado, 8 de noviembre 2025, 20:20

La selección italiana de fútbol había concertado para abril de 1931 un partido amistoso en Lisboa y otro en Bilbao, y aquel iba a ser ... un viaje inolvidable. El equipo, en el que su gran figura era Giuseppe Meazza, del que el campo del Milan lleva actualmente su nombre, cruzó la frontera franco-española el 9 de abril y desde Barcelona se dirigieron en tren a Madrid para cambiar de tren y llegar a Oporto. Allí encontraron una tensa situación, porque la ciudad estaba tomada por los militares a causa de las revueltas por el levantamiento de las guarniciones de las Azores y Madeira.

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Ganan el partido los italianos 0-2 el día 12 de abril y al día siguiente llegan a un Madrid que bullía de tensión porque el día anterior se habían celebrado las elecciones municipales y se intuía que el final de la monarquía estaba cercano. El 14 de abril Madrid estaba en la calle y empezaban a llegar noticias de que en el pequeño pueblo de Eibar a primera hora de la mañana ya se había proclamado la República. La tensión en la expedición transalpina era evidente porque su siguiente destino era Bilbao, y además en su país se vivía de pleno el fascismo de Mussolini.

Llegan a Bilbao el día 15 a última hora para alojarse en el hotel Carlton y para los siguientes días tenían un extenso programa de actividades: asistencia a un partido de pelota en el Euskalduna, una visita a la isla de Txatxarramendi, una corrida de toros en su honor en Vista Alegre y entrenamientos en los campos de Ibaiondo, aunque finalmente solamente aceptaron a asistir al partido de pelota.

Los italianos exigían garantías de seguridad por parte de su Embajada y el alcalde de Bilbao publicó un bando solicitando «cordura y sensatez». A fin de cuentas los italianos habían entrado en una España monárquica y días después estaban en una España republicana. El enfrentamiento entre la nueva España republicana y la Italia fascista de Mussolini levantó una enorme expectación. De los 1.500 socios del Athletic solamente cinco no retiraron sus localidades y en la reventa las localidades de cinco pesetas llegaron a pagarse a veinticinco pesetas.

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El domingo 19 de abril España jugaba por primera vez como equipo de la República. No hubo himnos para evitar alterar la calma y el capitán Ricardo Zamora entregó a su homónimo italiano un ramo de flores con una cinta con los colores de la nueva bandera republicana.

Con España se alinean los eibarreses del Real Madrid Ciriaco Errasti y Roberto Echevarría del Athletic Bilbao, mientras en el banquillo están los también jugadores del Athletic José Muguerza y el eibartarra de adopción Victorio Unamuno en el único partido en el que estuvo convocado con el combinado nacional, y el partido termina con el empate inicial. A la noche en el Hotel Carlton se celebra con la presencia de ambas selecciones una cena de confraternización. España como República disputó veintiún partidos internacionales entre 1931 y 1936, y en ese momento nadie sospechaba lo que ocurriría en ese campo de San Mamés justo seis años después.

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En abril de 1937 varias empresas eibarresas productoras de armas estaban alojadas clandestinamente en los bajos de las tribunas de San Mamés mientras aviones de combate italianos enviados por Mussolini para ayudar a Franco arrojaban sobre Bilbao su mortífero material, y no eran precisamente ramitos de flores con los colores de su bandera, sino bombas.

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