«Las empresas de Eibar tiene que crecer impulsando su conectividad con el exterior»

El eibarrés Eneko Erauzkin (1971), ingeniero técnico y economista, lleva 17 años en Estonia conectando a empresarios vascos con este país, muy avanzado en las tecnologías de la información. Forma parte de la asociación Kaixo Estonia, a través de la cual quiere poner en común la tecnología estonia y la ingeniería vasca. Como curiosidad, los tranvías estonios son de CAF y los autobuses de Irizar recorren las vías de comunicación de este país.

-¿Cómo ve la situación de Eibar desde Estonia, un país que surgió de la nada y que ahora está en unas condiciones de desarrollo envidiables?

-Cuando vino las crisis de los 70, con toda la problemática del petróleo y la entrada en la Unión Europea, se empezaron a aplicar métodos de fabricación tailoristas, en todo el mundo, basados en control y más control. Eran formas de trabajo muy estandarizadas que generaron fuertes competencias e hicieron perder aquellos valores que tenía Eibar que nos diferenciaban. Ahora, con la desaparición del capitalismo financiero, no de la economía del mercado, desde Silicon Valley, Alemania o Escandinavia están buscando la generación de riqueza de forma sostenible que Eibar ya tenía hace tiempo. Veo a Eibar poco interconectado con el exterior y me preocupa el descenso de su empleo.

-¿Qué aspectos piensa que están fallando en este momento?

-Hemos perdido la conectividad con el exterior que teníamos anteriormente. Eibar tiene una gente muy capacitada como Enrique Zuazua, el mejor matemático de Economía Aplicada, junto a otros eibarreses en Estados Unidos y más países avanzados. Necesitamos conectarnos con esta gente. Igual Eibar no tiene la posibilidad de volver a ser una ciudad industrial, pero si es posible que se generen proyectos e ideas y que después, entre todos, puedan ser puestos en marcha. Es triste ver el descenso del empleo que se ha producido en Eibar y comarca.

-¿Y cómo se puede conseguir?

-Considero que la base de todo ello es la conexión entre instituciones, empresas y centros formativos, para crear un ecosistema y así unirnos más y no duplicarnos. De esa manera podemos crear prototipos de productos y conectarnos con el capital. No vale con crear foros y cosas nuevas. Tenemos que conectarnos más entre nosotros, cuando vemos que muchos puntos de aquí ni están interconectados.

-¿Cómo está consiguiendo Estonia los niveles tan altos de empleo?

-Desde Euskadi vemos todo desde las ingenierías, desde los metales, o el martillo y el yunque. Estonia tuvo que empezar de la nada, en 1992, tras independizarse de la Unión Soviética. En aquel momento, con una población de 1,3 millones de habitantes tenían un presupuesto de 33 millones de euros, como el de todo el Ayuntamiento de Eibar. Así, ellos vieron que el desarrollo de las tecnologías de información e Internet iba a cambiar el mundo. En Estonia miran como la tecnología puede cambiar para ti y desde la aproximación. Es un país totalmente digitalizado en estos momentos. Han sabido generar unos negocios innovadores y con éxito.

-¿Qué modelos de negocio se pueden conseguir formar con Estonia?

-Tenemos una industria que ellos no tienen. Por ello, si nosotros nos conectamos con ellos podemos conectar nuestros negocios. Tenemos empresas de tamaño medio con una gran adaptabilidad, pero tienen que conectarse más. De esta manera, nuestras industrias, aplicando tecnologías de la información, se pueden hacer más globales y eficaces Esto les reportaría ser más grandes.

-¿Puede poner un ejemplo?

-En todo el mundo han existido iniciativas para crear el booking de la industria, algo parecido como ocurre con las reservas turísticas, pero en este caso por la vía de la compra de piezas en una plataforma, sin pasar por los proveedores. En Estonia, unos chavales de 24 años han creado Fractoring de tal manera que crean un mapa, lo escanean y ellos te dicen el precio de la pieza y te la consiguen. La innovación que supone esto ha hecho contar con una financiación de 200 millones de euros para seguir desarrollando la plataforma.

-¿Cuáles son las causas de que muchas startups no triunfen?

-La financiación a la que tenemos acceso en Euskadi y España está muy limitada. Las startups tienen que ser globales conectadas con el mundo anglosajón. No debemos de pensar en local porque necesitamos socios internacionales, pensar en lo grande. Hablan los estonios un idioma indoeuropeo como el euskera, pero crean ideas y productos y lo globalizan con el inglés y de esa manera pueden escalar. Tenemos que pensar en grande y unirnos a núcleos anglosajones.

-¿Necesitamos un nuevo modelo de energía?

-Tenemos que generar un nuevo modelo de energía. Sabemos del problema de la energía nuclear, de los combustibles fósiles.... Tenemos que generar un nuevo modelo y generar una energía que se transformará con la automatización, para así distribuirla después de forma eficaz.

-¿Pero seguimos sin distribuir la riqueza?

-Una buena idea, de carácter global, puede conseguir financiación. Y, en Estonia, todo lo han hecho los propios trabajadores dentro de las propias empresas. Esas ideas se han desarrollado dentro de las propias empresas, sin limitación. Eso ocurrió en Eibar en siglos pasados. Los empresarios salían de las propias empresas. Eibar tenía así una gran movilidad social. Mientras que el socialismo bilbaíno se dedicaba a la protesta, en Eibar se dedicaban a la creación de productos industriales, con los que posibilitaban la distribución de riqueza.