El Eibar ya celebra goles y victorias en Ipurua
A la quinta jornada como local las armeras han conseguido sumar su primer truinfo frente a un rival directo, el Deportivo Abanca
El Eibar ya tiene su ansiada primera victoria de la temporada en Ipurua. Y la firmó a su manera: con trabajo, oficio, orden y ... un destello de calidad para desequilibrar un encuentro que, por momentos, se jugó al ritmo que más convenía al Deportivo Abanca, pero que terminó tiñéndose de azulgrana. A la quinta jornada como local, el conjunto armero consiguió celebrar al fin ante su afición: 1-0 y tres puntos de oro para crecer, creer y seguir alejándose del peligro.
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Las de Iñaki Goikoetxea llegaban con la cuenta pendiente de marcar en casa y con la obsesión de convertir Ipurua en un fortín. Lo lograron con el guion menos esperado: sin la pelota, pero con una solidez defensiva y una capacidad para sufrir que sostuvo al equipo en los momentos críticos. El Depor, que aterrizaba en Eibar con buenas sensaciones tras dos jornadas puntuando, mostró personalidad, ritmo y llegadas, pero le faltó lo que al Eibar le sobró en el segundo tiempo: contundencia.
El choque arrancó con respeto mutuo, disputas el balón y poca actividad en las áreas. El Depor llevaba la iniciativa, mientras el Eibar aguardaba ordenado, con líneas juntas y activando a sus atacantes tras recuperación. Los primeros 45 minutos transcurrieron sin grandes sobresaltos, un preludio de lo que estaba por venir tras el descanso.
Y tras pasar por vestuarios, el partido despertó de golpe. A los dos minutos de la reanudación, el cuadro gallego dispuso de la ocasión más clara del encuentro. Un envío profundo rompió a la defensa armera y dejó a Ainhoa Marín sola ante Eunate Astralaga. La atacante, con todo a favor, cruzó demasiado su disparo y mandó el balón fuera inexplicablemente. Quien perdona, paga; y el fútbol volvió a recordarlo segundos después.
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Del posible 0-1 pasaron al definitivo 1-0 en un suspiro. Saque de puerta, transición rápida, balón a Etxezarreta y centro preciso al corazón del área. Allí apareció Sara Martín, que empalmó una volea al primer palo, inapelable para la guardameta rival. Golazo y liberación. El grito de gol se desató por fin en Ipurua.
El tanto espoleó al Eibar, que se asentó mejor en el choque y encontró confianza para manejar los tiempos con calma. El Depor, herido, buscó el empate con insistencia, pero su falta de precisión y la disciplina defensiva local impidieron sustos mayores. El trabajo colectivo y el orden sellaron una victoria tan sufrida como valiosa para el Eibar
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En la grada, cerca de 200 espectadores empujaron hasta el final y celebraron el triunfo con mucha alegría. El pitido final fue un desahogo: misión cumplida, cuentas saldadas, confianza en casa recuperada.
Con este triunfo, el Eibar alcanza los diez puntos, se distancia de la zona roja y supera en la tabla a un rival directo, al que deja tres abajo. Tres victorias en nueve jornadas para un equipo que sigue creciendo, afinando detalles y confirmando que el parón ha sentado bien tras la dolorosa caída en el derbi. El Eibar ya empieza a encontrar su paso.
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