El patrimonio industrial de Eibar se reinventa en la exposición 'Errobera artean' de Portalea. ECHALUCE

Eibar

Bicicletas como motor de arte y memoria

La muestra 'Errobera artean' subraya la dimensión social y simbólica del pedal, como vehículo igualador entre clases

Martes, 11 de noviembre 2025, 20:31

La exposición abierta en el Museo de la Industria Armera, 'Errobera artean', permite meter la bicicleta en el Museo como motor de arte, memoria y ... revolución cotidiana

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El equipamiento de Portalea ha abierto las puertas de la exposición temporal por medio de un recorrido que sitúa a la bicicleta en el centro de la creación artística contemporánea y la historia industrial eibarresa.

La muestra, abierta hasta el 1 de febrero, se presenta como pórtico de las celebraciones del próximo año por el centenario de la Sociedad Deportiva Eibarresa / Sociedad Txirindulari de Eibar y de la empresa GAC, subrayando una evidencia que en Eibar nadie discute: sin taller no hay pedalada, y sin pedalada tampoco hay imaginario.

«La bicicleta ha pasado de ser herramienta de trabajo, ocio o transporte a convertirse en un potente símbolo visual»

Lejos de una simple exposición temática, 'Errobera artean' plantea cómo la bicicleta ha pasado de ser herramienta de trabajo, ocio o transporte a convertirse en un potente símbolo visual: velocidad, equilibrio, esfuerzo, modernidad, emancipación, fragilidad del cuerpo, geometría industrial.

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A partir de ese eje, la muestra reúne obras de artistas como José Zugasti, Aníbal Tejada, Baroja Collet, Jacobo Castellano, Javier Rodríguez Pérez-Curiel, Dora Salazar, Marina Barrena, Fernando Beorlegui, Leire Kareaga, Irudiez, Iñaki Garmendia o Derek Kreckler, entre otros, dialogando con la tradición gráfica y plástica que, desde los carteles de Toulouse-Lautrec hasta los ready-made de Duchamp o las metáforas mecánicas de Léger y Picasso, ha situado a la bicicleta como icono cultural.

La ciudad que diversificó su industria armera hacia la fabricación de bicicletas, motos y pequeños electrodomésticos convirtió al cuadro, la cadena y el engranaje en paisaje cotidiano. Aquello que salía de los talleres —Orbea, BH, GAC y tantas otras siglas que marcaron época— hoy regresa al museo convertido en materia artística: estructuras que reinterpretan la mecánica, piezas que juegan con las ruedas como órbitas, fotografías que capturan al ciclista como figura política y popular, instalaciones que evocan el ruido de fábrica y la promesa de la carretera abierta. Errobera artean no muestra la bicicleta como objeto nostálgico, sino como bisagra entre trabajo y sueño, entre industria y libertad.

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Más que un símbolo

La exposición subraya también la dimensión social y simbólica del pedal. La bicicleta como herramienta de emancipación femenina, como vehículo igualador entre clases, como máquina que cambia la escala de la ciudad y del cuerpo, como protagonista de carreras míticas y de pequeñas hazañas anónimas.

Muchas de las obras exploran precisamente esa tensión: la delicadeza del movimiento frente a la rudeza del acero; el esfuerzo individual frente a la memoria colectiva; el objeto seriado que, en manos del artista, se transforma en relato íntimo o comentario crítico.

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Para ampliar esta mirada, el día 19 el arquitecto Iñaki Uriarte ofrecerá en Portalea la conferencia-diaporama 'Bicicleta, máquina móvil, rápida y bella', un paseo visual por dos siglos de historia del velocípedo y su huella cultural. La charla abordará, entre otros aspectos, el papel de la bicicleta en la conquista de libertades personales, su impacto en el urbanismo, su presencia en la literatura, el cine y la música, y su potencia como forma y como metáfora en el arte contemporáneo.

Con 'Errobera artean', el Museo de la Industria Armera consolida su papel como espacio donde el patrimonio industrial no se limita a ser contado. La muestra recuerda que, en Eibar, la bicicleta no es solo un producto de fábrica ni un objeto deportivo, una pieza clave para entender cómo una ciudad obrera convirtió el metal en cultura compartida.

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También preside la muestra la obra del escultor eibarrés José Zugasti (Eibar, 1952-2024) donó la obra 'Ciclista' (Txirrindularia) en algunas referencias), del es inspirada directamente en la gesta del ciclista Peio Ruiz Cabestany en el Tourmalet. La pieza se inspiraba en la célebre etapa en la que Peio Ruiz Cabestany coronó primero el Tourmalet, esperó después a su líder para trabajar para el equipo y terminó «reventando» hasta bajarse de la bici vacío.

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