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San Roke ya luce su pañuelo rojo
Deba. Los debarras dan la bienvenida a sus fiestas patronales con un txupinazo multitudinario seguido de una animada kalejira con gigantes y cabezudos
Pablo Uranga
Deba
Viernes, 15 de agosto 2025, 02:00
Deba volvió a teñirse ayer de rojo y blanco en uno de los momentos más esperados del año. Tal y como manda la tradición, el ... sonido de campanas y la colocación del pañuelo rojo a San Roke marcaron, a las seis en punto de la tarde, el arranque oficial de las fiestas. El ambiente en la plaza y alrededores era de nervios y sobre todo de emoción; cuadrillas de todas las edades se reunían para presenciar el txupinazo, un estallido de alegría que se repite cada agosto sin perder fuerza.
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Este año, el honor de prender la mecha de las fiestas recayó en Manolo Pascual, quien celebrará su 25º aniversario al frente de la tamborrada organizada por la sociedad Ozio-Bide. El Ayuntamiento de Deba quiso reconocer así su dedicación y su papel imprescindible en la conservación de esta tradición tan querida, convirtiendo su lanzamiento del txupinazo en un homenaje a un cuarto de siglo de esfuerzo y dedicación por las fiestas de San Roke.
Desde el balcón del Ayuntamiento el encargado de encender la mecha, entre aplausos y cánticos, ondeó el pañuelo rojo, y un estallido de alegría recorrió la multitud al oír el esperado cohete. «Es algo de toda la vida, es emocionante», compartía un debatarra en las inmediaciones de la plaza.
El estallido de alegría que caracteriza las fiestas de Deba es más intenso cada año y abarca a personas de todas las edades
Ritmo, alegría y tradición
Apenas disipado el humo del txupinazo, los asistentes se colocaron el pañuelo rojo en el cuello y la kalejira tomó el relevo, momentos en el que la música inundó el centro del pueblo. La banda, los txistularis y los gigantes iniciaron el recorrido, acompañados en todo momento por la animación de las peñas, gaiteros y cabezudos. La serpiente de gente con pañuelos rojos se abría paso por las calles, con espontáneos bailando al ritmo de los txistus y niños correteando entre los gigantes y los cabezudos. Nadie quiso perderse el primer desfile, convertido ya en uno de los grandes momentos para pequeños y mayores.
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Mientras tanto, en los bares y balcones, vecinos y visitantes brindaban por unas fiestas que, después de todo un año de espera, regresan con fuerzas renovadas. «La gente estaba integrada, y las fiestas son muy bonitas, la verdad. Una tradición que me gustaría que la gente compartiera», recalcó Pau, un joven de Barcelona que se encuentra realizando el camino de Santiago, está estos días en casa de una amiga de Deba y aprovecha para celebrar sus primeros sanrokes.
Hoy, Umeen Eguna, es el día de los más pequeños y la jornada concluirá con el concierto en la carpa de Zumardi
La programación continuó en la iglesia, donde no faltó la tradicional ezpata-dantza a las 19.30 horas. El grupo 'Gure-Kai' ofreció su espectáculo habitual, seguido por la interpretación coral a cargo de 'Aitzuri Abesbatza', en uno de los momentos más emocionantes de la jornada. La misa mayor en honor a la Virgen volvió a congregar a decenas de fieles y vecinos de la zona en la iglesia de Andra Mari.
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Hoy, la alegría continuará con acciones pensadas principalmente para los más pequeños de la casa, con el Umeen Eguna. Finalizando el día con el concierto de 'Larru Beltzak' y 'Brigade Loco' a las 22.00 en la carpa de Zumardi.
Las fiestas han vuelto para recordar que, por unos días, el tiempo en Deba se mide en cohetes, música y pañuelos al cuello. Una cita que sigue uniendo familias y cuadrillas mientras continúa escribiendo nuevas páginas en la historia de la localidad.
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