Aitor Abel rodeado de sus alumnos esta semana, en el frontón Beloki, nuevo lugar de los entrenamientos de boxeo de 'Eraztunbox'. LIMIA

Zumarraga

Los jóvenes boxeadores de Zumarraga y Urretxu que entrenan con Aitor Abel y no buscan pelea

Eraztunbox. Su escuela comenzó a forjarse hace tres años en plazas y parques y ahora coge forma en el frontón Beloki con una treintena de alumnos

Cristina Limia

Zumarraga

Sábado, 6 de septiembre 2025, 20:55

¿Es posible cultivar la asertividad, la empatía y las actitudes no violentas a través de un deporte a puñetazos? La respuesta más habitual es ... que «parece totalmente incompatible». Pero como en otras muchas cosas en la vida, hay que ver para creer...

Publicidad

Dan las cinco de la tarde cuando los alumnos de Aitor Abel comienzan su clase de boxeo en el llamado 'frontón de calentamiento' del Beloki, donde el Ayuntamiento les ha permitido entrenar este verano y continuarán haciéndolo durante el curso. «Aquí no hay peleas, sino deporte y combates, bajo unas reglas y un enorme respeto hacia el contrincante que tenemos delante y que, como nosotros, lleva su particular mochila a las espaldas y ha trabajado para llegar hasta donde está», explica Abel en medio del entrenamiento. «El boxeo nos ayuda a improvisar y a salir de situaciones complicadas», cuenta.

En pleno auge de los combates de MMA (artes marciales mixtas) y con grandes ídolos como Ilia Topuria sentando cátedra entre millones de adolescentes que sueñan con ser como él en todo el mundo, Aitor Abel ahonda en la filosofía de esta disciplina que, en ocasiones, se ve eclipsada por la espectacularidad de los puñetazos, las patadas y las palancas. «El público presencia una lucha que dura minutos bajo los focos del ring, pero detrás hay muchos días de trabajo, enfoque y sacrificio», valora. «Desde fuera, la MMA puede parecer agresiva y es cierto que sus luchadores pueden hacerse más daño que los del boxeo al ser sus guantes más pequeños que los nuestros, pero en el fondo, su mensaje es el mismo y es súper positivo. La MMA ha sacado a muchos niños de la calle», señala.

«Yo enseño boxeo a mis alumnos para que desarrollen una buena técnica y estén en plena forma, pero también y sobre todo, para que aprendan a actuar en lugar de reaccionar ante un conflicto en la vida, a echarle cabeza en vez de impulsividad y en un momento dado, sean capaces de darse la vuelta, ponerse los auriculares de música y marcharse a casa antes de entrar en cualquier enfrentamiento con alguien de la calle. De hecho, tengo totalmente prohibido a mis alumnos emplear lo aprendido en las clases fuera de ellas», indica trascendente sobre su forma de trabajar en su escuela, llamada 'Eraztunbox'.

Publicidad

«Lo primero que pido a mis alumnos es que dejen el ego a un lado, que fluyan, que disfruten, que se comuniquen con respeto y de una forma no violenta, podemos expresarnos de una manera más asertiva, sin hacer daño o herir los sentimientos de nadie, pero siendo fieles a lo que pensamos y sentimos», expone.

Más de uno reconocerá a Abel por haberlo visto practicando boxeo con sus alumnos en plena plaza de Zumarraga. Hace tres años que comenzó a hacer sus primeros pinitos como entrenador en escenarios tan cotidianos como los parques o la citada plaza. Había trabajado durante 23 años en la fábrica de Arcelor de Zumarraga, hasta su cierre en 2016. Después, pasó a la planta de Sidenor en Azkoitia y posteriormente, al taller de la empresa Beloki en Ezkio-Itsaso, hasta que decidió ponerse a estudiar. Se tituló como monitor en entrenamiento superior de boxeo, deporte que combina con otras artes hermanas como el Muay Thai (boxeo tailandés), el karate y el king boxing.

Publicidad

Sin embargo, probablemente no ejerza su mayor fuerza con los guantes, sino con las emociones. Dentro de su proceso de transformación a entrenador se sacó el título de coaching en inteligencia emocional e instructor en conciencia plena a través del centro de formación Deusto Salud. También realizó un curso superior en mindfulness. «El desarrollo emocional es la gran base de trabajo para todo», describe Abel. Señala que el combate más importante del alumno es el que lidia con uno mismo. «Considero que el boxeo te proporciona volver a creer en ti, a tener confianza, a llenarte de autoestima a medida que vas viendo tus avances. Creas un pequeño compromiso contigo y con la escuela, formas parte de algo junto a otros compañeros», relata.

«A ello se une que el boxeo es un deporte muy explosivo, que necesita mucho trabajo, mucho ejercicio, mucha técnica, mucha cuerda, mucho oxígeno... Ello te obliga a cuidarte más, a no salir tanto de fiesta y a estar más centrado. También te puedes federar, competir y llegar a algún sitio como deportista si es tu motivación», indica.

Publicidad

«Es muy propicio para personas que han vivido situaciones complicadas en sus vidas, que han tomado decisiones erróneas, han delinquido o han caído en adicciones destructivas. Y eso es una realidad en mi escuela. A través del boxeo mejoran su autoestima, se van enganchando al deporte y van olvidándose de adicciones y relaciones que no les benefician», da fe.

Pizarra de tareas y puntos

Las clases son mixtas. Aitor Abel empieza a trabajar con sus alumnos y alumnas desde los 8 años. «De ahí para arriba tengo a chavales de 15, 26, 42... y me encantaría poder dar algún día clase a personas mayores de 50», comenta.

Publicidad

En medio de la clase de boxeo destaca una pizarra, en la que están escritos los turnos de limpieza del local de entrenamiento. «Cada semana dos alumnos tienen que ocuparse de barrer y fregar», cuenta Aitor Abel, quien a su vez, va proporcionándoles una serie de puntos en base a sus avances. «Como antaño hacía Candi en las clases de judo de Zumarraga, cada alumno va ganando sus puntos, al final de mes nos sentamos todos juntos en círculo para compartir cómo han ido los entrenamientos y repartirles pequeños premios por sus logros, como unos guantes, unas vendas...», cita.

«Quien quiera conocer más sobre la escuela solamente tiene que acercarse a nosotros, también estamos en Instagram», enuncia Abel, quien, en breve, también participará en un proyecto impulsado por la escuela de boxeo de Ordizia para insertarlo en el deporte escolar de dicha zona.

Noticia Patrocinada

«Me gustaría terminar enviando desde aquí un saludo muy grande a quienes me han ayudado y me ayudan en todo este proceso, estoy muy agradecido a todos ellos y para mí son muy importantes las palabras bonitas que recibo de personas de Zumarraga y Urretxu sobre mi trabajo. Va más allá de lo material y es lo que realmente hace posible nuestra escuela», afirma.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad