Amaia Jimenez
Sábado, 6 de noviembre 2021
En el parque de Mirandaola de Legazpi, normalmente predomina el silencio a estas horas, pero hay un movimiento de gente inusual. Faltan pocos minutos para ... que den las diez de la mañana y la gente se va acercando a la oficina de turismo del lugar. Hay varias familias, con niños de diferentes edades, que van entrando poco a poco al local. Una vez dentro, tras pasar por el mostrador, acuden dentro del museo de la ferrería. En el museo, todos los presentes se van sentando frente a una enorme txondorra, que los más pequeños miran con atención.
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Todas esas personas tienen un objetivo común: ver a Olentzero. Olatz Conde es la encargada de contar a los visitantes de dónde viene el carbón, para qué se utiliza, y lo más importante, cómo lo hace Olentzero. Olentzero, es el encargado de hacer carbón para que la gente pueda calentar su casa, hacer la comida, o incluso para que se pueda utilizar en las fábricas. Para ello, cuenta siempre con la ayuda de su burro Napo. Los niños escuchan la historia de Conde ojipláticos, no quieren perder detalle. Surgen muchas preguntas, y la guía trata de responder cada una de ellas.
Mientras todos atienden a las explicaciones de Conde, aparece una ferrona de la ferrería de Mirandaola, llamada Burdintxo. Burdintxo necesita carbón para poner en marcha la ferrería, ¿Y quién tiene carbón? Olentzero. «¿Me ayudais a encontrar a Olentzero?», pregunta la ferrona, a lo que todos responden que sí con entusiasmo.
El grupo camina por el parque al grito de «¡Olentzero!». De momento no hay rastro de él. Los más pequeños, entusiasmados, no se dan por vencidos. De repente, una gran silueta aparece por uno de los caminos. A medida que se va acercando, va quedando claro de quién se trata; «¡Es Olentzero!», exclaman los niños. El carbonero saluda al grupo, y pide que le acompañen a la ferrería, ya que necesita dejar el carbón allí. Una vez en la puerta de la ferrería, Olentzero entra dentro, y las familias tienen la oportunidad de pasar un rato con él, eso sí, en pequeños grupos.
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Burdintxo necesita carbón para la ferrería, y pide ayuda a los visitantes para buscar a Olentzero por el parque de Mirandaola
Ya dentro de la ferrería, los niños tienen la oportunidad de charlar con Olentzero, y de darle las cartas con el listado de regalos que desean por navidad. El carbonero repite la misma pregunta a todos los niños: «¿Te has portado bien?», a lo que todos responden que sí sin dudarlo. Al salir de la ferrería, Burdintxo ofrece castañas a los visitantes, para combatir el frío.
Diez años de Olentzero
La idea de realizar estas visitas con Olentzero surgió hace unos diez años. Conde realizaba algo parecido en formato mucho más pequeño para amigos en la sociedad de Muru de Legazpi. Poco a poco la iniciativa fue haciéndose eco, y decidieron trasladarlo al museo de Mirandaola. Hoy en día lo visitan familias de todo el País Vaso. «Creo que este Olentzero es diferente, se adapta a la historia y a la realidad de Legazpi y eso lo hace especial», cuenta Conde.
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Aunque el plazo de inscripción se abrió en Septiembre y hubo mucha demanda, todavía quedan algunas plazas libres
En septiembre se abrió el plazo para apuntarse a las visitas, y las plazas fueron llenándose a gran velocidad. Aún y todo, todavía hay algunas plazas libres. Es posible reservar las plazas llamando al número 666 43 99 93, o escribiendo un correo electrónico a la dirección mirandaola@lenbur.com. Olentzero seguirá acudiendo a Mirandaola cada fin de semana, a recoger las cartas de los niños y a llevar carbón a la ferrería, hasta el 23 de diciembre.
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