Oñati

«Ha sido un honor restaurar a San Miguel»

«Ha sido un honor porque el Corpus ha tenido mucho que ver en mi vocación artística, el movimiento y la belleza de las imágenes y máscaras, siempre me ha parecido un espectáculo. Me pasa lo mismo que con los gigantes, es una fiesta que me fascina desde pequeño, que siempre he vivido con intensidad» relata Mendizabal, que tras estudiar restauración en Bilbao y especializarse en talla y dorado en Londres, ha montado su propio taller en Zubillaga.

«Teniendo un artista en Oñati y conociendo su trabajo, pensamos que era la persona idónea para llevar a cabo la rehabilitación» relata el presidente de la cofradía Manu Egaña. Xabier, a su vez, ha vivido con emoción el proceso. «Ha sido muy bonito tener a San Miguel en casa, el restaurar una imagen que te ha acompañado desde la infancia y que es tan importante para el municipio, hace que el trabajo haya sido realmente especial».

Y sus habilidosas manos no solo han arreglado la espada, también los daños que mostraba el arcángel en algunos dedos y las alas, así como otras pequeñas 'heridas' y achaques de la edad. «He vuelto a unir una de las piernas que pisa al demonio, que se había soltado, además de reintegrar las áreas de policromía pérdidas, siguiendo la técnica original, y en algunos casos haciendo retoques con acuarela».

Además, aprovechando la visita de San Miguel a su taller de Zubillaga, ha hecho unas catas y comprobado el estado de la policromía primigenia «Me di cuenta de que la imagen estaba repintada, algo que es bastante normal. He comprobado que el estado de la pintura original es bueno, así que después de Sanmigeles si lo consideran oportuno, podemos recuperarla» señala.

Pero no solo la imagen de San Miguel se ha beneficiado del plan 'Renove', el otro patrón de Oñati, el personificado, al que mañana dará vida Julen Kortabarria, estrenará puntillas, que es el vistoso elemento que ayuda a que no se vean las cintas de la estoica armadura.

Todo está ya preparado para revivir una tradición con cinco siglos de historia. Las caretas, la túnicas, las pelucas, capas y atributos del apostolado, las 15 imágenes que salen en la procesión, los dantzaris, la banda sonora... Es el día grande de Oñati, una jornada muy arraigada en el sentir popular, que ha trascendido lo religioso convirtiéndose en un referente socio-cultural y festivo y todo un reclamo turístico.

Un ritual que sigue aunando sensibilidades y mañana vestirá de gala el municipio. Las calles por donde pasará el desfile serán alfombradas con hierbas aromáticas antes de que los gremios y cofradías inicien el traslado de las quince imágenes a la Parroquia. Los representantes de cada hermandad con su santo a hombros irán llegando, en pequeñas procesiones, al templo escoltadas por los dantzaris al son del Zortziko de San Miguel.

El comienzo de la Misa Mayor, a las 11, supondrá el desarrollo de otro ritual, el de la caracterización de los apóstoles personificados. Mientras que cientos de fieles siguen la liturgia, que estará oficiada por el obispo Fernando Prado, las máscaras y vestimentas que caracterizan a los evangelistas serán descubiertas en el auditorio Santa Ana por integrantes de la Cofradía del Apostolado, que serán quienes engalanen a San Miguel, a los doce apóstoles y a Cristo.

Al filo de las 12 del mediodía, el incesante tañido de campana anunciará el inminente inicio de la procesión. Los apóstoles personificados y el personado San Miguel, cortejados por los dantzaris, se dirigirán hasta la Iglesia para recoger al Santísimo y volver a vestir de folklore y tradición las calles con la procesión, que tendrá bajo el palio al obispo que ha querido agradecer la actuación de Oñatz en su ordenación, celebrando la festividad de Corpus en Oñati.

Solo falta que el tiempo acompañe, pero en caso de que llueva se repetiría el plan b en la parroquia, como el año pasado.