La sala alberga documentación gráfica y escrita junto a maquetas que facilitan la compresión del funcionamiento de los molinos hidráulicos. MIGURA

Bergara

'Bergarako errotak', en Aroztegi Aretoa

El próximo domingo a las 12.00 horas realizarán una visita guiada gratuita al molino de Elorza-Bolu en San Juan que requiere inscripción

Miércoles, 14 de mayo 2025, 20:23

Varias maquetas, fotografías, óleos, planos, manuscritos y utensilios acercan al visitante de Aroztegi Aretoa, con la muestra 'Bergrako Errotak', al exitoso pasado de los ... molinos ribereños donde la energía hidráulica se dedicaba a la transformación de materias primas. Permanece abierta hasta el próximo domingo inclusive.

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La iniciativa de mostrar el peso económico y social de este patrimonio se inscribe en la cuarta edición del Día de los Molinos de Gipuzkoa. Un programa que además de la villa visita Beasain, Soraluze, Mendaro, Azkoitia y entre otros municipio.

En Bergara la propuesta se completa con una visita guiada gratuita, que se desarrollará el domingo, día 18, a partir de las 12.00 horas, al molino de Elorza-Bolu que se encuentra parcialmente recuperado en el barrio de San Juan. La actividad exige inscripción en bergara.eus o en el 943 77 91 59.

Las trascendencia de estas instalaciones que salpicaban las orillas de los ríos locales, está perfectamente documentada en el volumen 'Bergarako errotak' del investigador Patxi Larrañaga, que tras recopilar la linajes y caseríos, puso el foco en los molinos.

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Destaca este estudio que en Bergara hubo 40 molinos, la mayor concentración de toda Gipuzkoa, según indican los expertos del tema como Antxon Aguirre Sorondo, Koldo Lizarralde Elberdin.

Fueron la verdadera riqueza industrial junto con las forjas durante 500 ó 600 años, tanto por la molienda de cereales como por la transformación del hierro, alimentado por la energía hidráulica del Deba y sus afluentes de San Juan, Angiozar y Osintxu.

Hay constancia escrita de la actividad desde mediados del XIV al pasado siglo, según recoge Larrañaga, «fueron los tiempos de las grandes producciones de cereales en la comarca de mijo y trigo. Luego llegó de América en el XVII el maíz».

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La exposición es un testimonio atractivo y didáctico del peso económico que tuvieron hasta la industrialización. Además de la producción de harinas, durante 300 ó 400 años se utilizaron como forjas para barrenar los cañones, arcabuces, trabucos, para majar lino y otras fibras, transformaciones de calderería y otras labores. Desde finales del XIX y a principios del XX resurgieron como fuente de energía eléctrica con sierras y otros procesos.

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