Un ensayo con familias de Gipuzkoa logra reducir los residuos domésticos un 14,4%

SAN SEBASTIÁN. DV. Rechazar la publicidad que satura los buzones, comprar pañales reutilizables, compostar los restos de comida... todo es válido para ganar la batalla a la basura. No basta con reciclar. Es preciso reducir los desperdicios domiciliarios para frenar el llenado de los vertederos, una realidad grave en Gipuzkoa.

La Diputación, ante las dificultades que comporta para las familias participar en estos planes, ha desarrollado una experiencia piloto en 21 hogares. El ensayo, denominado Yo reduzco mis residuos, se efectuó en dos fases. En la primera, las familias mantuvieron sus hábitos y cada día un grupo de monitores recogió en las viviendas la basura y analizó su composición.

La segunda fase comenzó con una sesión de formación en la que se orientó a los participantes en métodos para reducir los desperdicios. Los monitores volvieron a analizar la basura.

Los datos del estudio fueron presentados ayer por el diputado de Desarrollo Sostenible, Carlos Ormazabal, y por el director de Medio Ambiente, Javier Zarraonaindia. Ambos señalaron que el objetivo es lograr que en 2016 la producción de residuos sea la misma que en 2006.

Javier Zarraonaindia afirmó que tras la puesta en práctica de las recomendaciones para reducir la basura, los datos obtenidos en las familias participantes han sido positivos.

La disminución en la generación fue de 86,6 gramos por persona y día. Esta cifra representa una bajada del 14,4%. Si este resultado se extrapola al conjunto de Gipuzkoa, se lograrían disminuir unas 45.000 toneladas de las 315.000 previstas para 2016, en caso de no poner en marcha las medidas de prevención. Los responsables forales admiten que el nivel de reducción logrado difícilmente se conseguirá para la totalidad de la población. El estudio se realizó en 21 familias voluntarias y sensibilizadas en temas medioambientales.

Pañales reutilizables

El uso de pañales reutilizables fue una de las medidas propuestas. Las cuatro familias con bebés menores de dos años que los utilizaron lograron reducir en un 50% la compra de pañales de usar y tirar. En términos absolutos, se disminuyó la generación de 3,4 gramos de residuos por persona y día o, lo que es lo mismo, un 0,75% del total de desperdicios producidos en estos hogares.

Otra de las medidas fue el uso de jarras para consumir agua del grifo en lugar de embotellada. Se redujo en más de un 70% los envases de plástico utilizados.

Los envoltorios de alimentos y bebidas suponen el 25% de la basura doméstica. El 5% de ellos son de vidrio que puede ser reutilizados. Algunas de las familias del ensayo optaron por el consumo de agua, vino, sidra y otras bebidas envasadas en botellas de vidrio retornable, reduciendo en más del 20% la cantidad de este tipo de residuos.

Los responsables forales subrayaron el potencial de la recogida de restos orgánicos (comida cruda) para la producción de compost. Este dato resulta clave para prever la aceptación del quinto contenedor. Durante la experiencia se logró una reducción del 28% sobre el total de desperdicios. Este resultado supone que se conseguiría rebajar a la mitad la basura que se lleva a los vertederos.

El próximo año se iniciará la recogida de la basura orgánica en Gipuzkoa. Previamente, se realizará una campaña de prueba en Zumaia, Zarautz, Azpeitia, Azkoitia y en Amara (Donostia).