Siete de cada diez incendios forestales en Gipuzkoa son por negligencias o intencionados
El año pasado ardieron cerca de cien hectáreas en 28 fuegos en el territorio. En los últimos siete años se han identificado a 98 causantes de los 225 siniestros registrados en los montes
JUANMA VELASCO jmvelasco@diariovasco.com
Martes, 18 de marzo 2014, 14:40
Primer trimestre del año. No hay imágenes sobre incendios forestales en los telediarios nacionales. Esas que acostumbran a llenar los informativos en verano... Pero, paradójicamente, ésta es la época en la que mayor riesgo de fuego en el monte existe en Gipuzkoa. Los meses de enero, febrero y marzo concentran la mayoría de incendios forestales que ocurren en el territorio. El último de ellos se desató a los pocos días de comenzar este 2014, el 10 de enero, con una decena de hectáreas de roble americano, castaños y árboles de especies autóctonas arrasadas en Jaizkibel.
Este último incendio se produjo, supuestamente, debido a una quema no controlada y es un ejemplo de las causas que originan la mayoría de incendios forestales en Gipuzkoa. Según los datos de la Dirección de Montes y Medio Natural de la Diputación de Gipuzkoa, siete de cada diez incendios son causados por negligencias o son directamente intencionados.
En los primeros casos, cuando se identifica al responsable de la negligencia se abre expediente y el infractor se expone a multas administrativas de entre cien y mil euros. Cuando se trata de fuegos intencionados, aunque «es casi imposible» identificar a los causantes -solo se ha identificado a una persona en los últimos siete años-, en ocasiones se ponen los hechos en conocimiento de la Fiscalía para que actúe.
Felizmente, la cifra de incendios y de hectáreas quemadas en los montes de Gipuzkoa ha descendido. Nada que ver con la media de la década de los noventa, en la que cada año ardían alrededor de 500 hectáreas con una media de 80 incendios.
El año pasado, sin ir más lejos, se quemaron un total de 97,79 hectáreas (33 de ellas de superficie arbolada) en 28 siniestros. «Teniendo en cuenta las 122.000 de monte que tenemos en Gipuzkoa, bajar de cien hectáreas quemadas es muy difícil. Además, depende mucho de cómo sea el invierno, porque hay veces que son inviernos más húmedos y con menos viento sur», asegura Julián Unanue, director foral de Montes.
En tiempos muy recientes, ha habido años en los que solo ardieron 26 hectáreas (en 2007 y 2009), mientras que en 2010 se llegaron a quemar más de 612 hectáreas, la mayoría de superficie no arbolada. «Ese dato se debe a un incendio que se produjo en Jaizkibel el 28 de febrero de 2010, que coincidió con un temporal de viento, y en el que ardieron 500 hectáreas», afirma Unanue.
La mayoría de los incendios se concentran en los meses de enero, febrero y marzo, aunque siempre hay algún pequeño fuego el resto del año. «El mayor riesgo en el monte se debe a la existencia de varios factores: el viento sur y el hecho de que la vegetación en el invierno se seca, lo que provoca que el fuego tenga más fuerza y sea más fácil que prenda. En verano -explica el director foral de Montes-, la vegetación de Gipuzkoa sigue estando verde».
A estas causas naturales hay que sumarle otra en la que actúa el hombre. «En invierno hay más actividad en el monte, en limpieza y quemas, y es cuando ocurren más negligencias», añade.
Precisamente, en los 225 incendios registrados en los últimos siete años, 154 se debieron a negligencias o directamente fueron intencionados. En el caso de las negligencias, en su mayoría de deben a quemas agrícolas, de matorrales o trabajos forestales, aunque también hay imprudencias como hogueras o colillas de fumadores. En estos casos, en los últimos siete años se han identificado a 65 causantes.
Autorización obligatoria
Al respecto, desde la dirección de Montes recuerdan que las quemas se deben realizar con permiso. «Cuando un propietario de terreno quiere realizar una quema, debe pedir una autorización a la Diputación, detallando qué día quiere quemar. Dependiendo del viento, la humedad y otros factores, se le da la autorización o no», explica Unanue.
En estos casos, los responsables de los incendios se exponen a multas administrativas. «El guarda forestal realiza un informe y se abre un expediente», añade. Las multas por incendio, dependiendo de la calificación del mismo, están establecidas entre cien y mil euros. Eso sí, además de la sanción, los responsables del incendio deberán pagar los gastos de extinción que correspondan.
En cuanto a los incendios intencionados, uno de cada cinco, es «casi imposible» dar con el autor. En los últimos siete años ha habido 47 fuegos de este tipo, cuatro de ellos el año pasado. Pues bien, solo se ha conseguido identificar a una persona.
Pero, ¿qué hay detrás de estos fuegos intencionados? ¿Riñas entre vecinos? ¿Ajustes de cuentas? «Hay muchas suposiciones pero pocas veces se llega a las razones reales. Puede haber casos de gente conflictiva. Recuerdo el incendio del monte Ulia de Donostia, de agosto de 2012, que fue intencionado y que ocurrió precedido de protestas por la prohibición de la caza en ese monte. Tampoco se logró identificar finalmente al autor», afirma el director de Montes. En los casos de incendios intencionados, en determinados casos se entrega un informe a la Fiscalía para que investigue.
Provocados por los rayos
No todo son incendios intencionados o negligencias. Aunque son los que menos, también ocurren por causas accidentales, como los producidos por las líneas eléctricas. «Con el viento, las líneas eléctricas se pegan entre sí y generan chispas, que pueden provocar un incendio en el monte», explica Unanue. El año pasado, hubo ocho incendios forestales en Gipuzkoa provocados por esta causa, según los datos ofrecidos por la Diputación.
Y también hay incendios por rayos, aunque pocos. En los últimos siete años se ha tenido constancia de dos, ninguno de ellos el año pasado. «Yo he visto en un monte de Azpeitia la caída de un rayo que provocó un incendio. Luego se puso a llover y lo apagó, pero es algo que he visto con mis propios ojos. Si la gente se fijara, en el monte hay bastantes árboles destrozados por los rayos», añade.
También hay incendios forestales causados por motores y máquinas, así como por el ferrocarril. Hay otros en los que se desconoce la causa que los ha provocado y otros se originan por reproducción, debido a que reaviva un incendio que se había dado por extinguido.
En los 225 incendios de los últimos siete años en Gipuzkoa se ha logrado identificar a 98 personas causantes o responsables de los mismos. En total, en esos años ardieron 1.071 hectáreas, de las que 307 eran de superficie arbolada.