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Delegaciones del PNV y del PSE, durante su reunión del pasado lunes para presentar su acuerdo fiscal y de reactivación económica. :: EFE
REFORMA FISCAL

El pacto PNV-PSE rebaja los impuestos al ahorro de 70.000 guipuzcoanos

Miles de contribuyentes que tributan al 23% y al 25% lo harían al 21% con los nuevos tramos para todo Euskadi

DAVID TABERNA

Lunes, 16 de septiembre 2013, 14:56

Es una especie de déjà vu, de sensación de haberlo vivido. Un vistazo a los periódicos de Araba y Bizkaia supone repetir los mismos titulares que ya leyó Gipuzkoa hace uno y dos años. El pacto fiscal firmado entre PNV y PSE traslada a los territorios vecinos las subidas de impuestos que Bildu y los socialistas aprobaron en Gipuzkoa y que han arañado el bolsillo de miles de guipuzcoanos -la mayoría clase media y alta- para amortiguar la asfixia de ingresos que sufren las administraciones públicas. Vizcaínos y alaveses lo experimentan ahora: subidas del IRPF a las rentas más altas, mayores impuestos a las rentas del ahorro, peor tratamiento fiscal de las deducciones por vivienda o edad, o de los planes de pensiones (EPSV)... Pocas novedades para Gipuzkoa salvo por un pequeño matiz: esta vez el territorio sale algo favorecido. Es cierto que el acuerdo traslada el modelo de Gipuzkoa pero la búsqueda del consenso entre jeltzales y socialistas, de una fiscalidad armonizada para todo Euskadi, y el replanteamiento de algunas modificaciones recientes, provocará una rebaja de la factura fiscal para miles de guipuzcoanos. Los más afortunados serán los cerca de 70.000 contribuyentes que este año deberán pagar a Hacienda entre el 23% y el 25% de los rendimientos de sus ahorros (depósitos, acciones, fondos...). A partir del año que viene, si el acuerdo fiscal sale adelante, lo harán al 21%, entre dos y cuatro puntos menos.

No supone ningún tratamiento diferenciador ni de clemencia con respecto a alaveses y vizcaínos. El acuerdo contempla los mismos tipos de gravamen en las rentas de capital para los tres territorios. Sin embargo, son los tramos de ingresos los que esconden el quid de la cuestión. La reforma fiscal aprobada el año pasado por PSE y Bildu daba una nueva vuelta de tuerca al tratamiento fiscal del ahorro, que establecía para este año tres escalas: 21% para los primeros 1.500 euros, 23% hasta los 10.000 euros, y partir de ahí el 25%.

Bildu y PSE nunca han escondido sus intenciones. A su juicio, la rentas de capital, que hace pocos años tributaban a un fijo general del 18%, deben tener un tratamiento fiscal equivalente al de las rentas de trabajo. La medida ponía distancia sobre Bizkaia y Araba que establecían sólo dos tramos: 20% para los primeros 10.000 euros y 22% para el resto.

El acuerdo fiscal entre PNV y PSE ha adaptado el escenario. Los propios socialistas han entendido que si lo que se busca es un tratamiento similar a las rentas de trabajo, los tipos de gravamen y los tramos deben ser similares. Es decir, a ingreso similares, ya sea por trabajo o por ahorro, impuestos similares.

De esta manera, el acuerdo de PNV y PSE establece un tipo del 21% para los primeros 15.000 euros, en lugar de los 1.500 euros vigentes hoy en Gipuzkoa. Otro tipo del 23% hasta los 30.000 euros -hoy 10.000 euros- y un marginal del 25% a partir de 30.000 euros. «De esta manera rentas similares de trabajo y ahorro tributan a tipos similares», señalan las fuentes consultadas.

Las consecuencias son lógicas. Cerca de 65.000 guipuzcoanos que este año, según los cálculos de Hacienda, tributan al 23% al tener una base del ahorro superior a los 1.500 euros e inferior a 10.000 euros, lo harán en 2014, si el acuerdo fiscal sale adelante, al mínimo del 21%. Pero hay más contribuyentes favorecidos. Aquellos que declaran en la base del ahorro entre 10.000 y 15.000 euros, y a los que la normativa aprobada el año pasado en Gipuzkoa obliga atributar ahora al 25%, lo harían también al 21% al estar dentro del nuevo tramo mínimo pactada por PNV y PSE.

De esta manera, según los mismos datos en los que se basó Hacienda para su anterior reforma fiscal, el 95% del total de contribuyentes guipuzcoanos tributarán por los rendimientos de sus ahorros al tipo mínimo: alrededor de 70.000. Sólo por tirar de comparativa, la reforma fiscal de Rajoy elevó en el Estado el tipo del ahorro al 21% para los primeros 6.000 euros, al 23% los 6.000 euros siguientes, y al 27%, para el resto.

No será la única modificación que aporte cierto alivio al bolsillo de los contribuyentes guipuzcoanos. Si la reforma de PNV y PSE sale adelante, las herencias de padres a hijos de menos de 400.000 euros estarán exentas de tributar, frente al límite de 220.000 euros vigente en Gipuzkoa. Eso sí, el tipo se mantiene: 1,5%.

Más sutil será el cambio en la deducción por compra de vivienda. Para las nuevas adquisiciones, se eleva del 15% actual al 18%, aunque el límite se mantiene en los 1.530 euros.

La incógnita de Sociedades

Muchas más novedades aportará a Gipuzkoa, al igual que a Bizkaia y Araba, la reforma del Impuesto de Sociedades, que promete dar un final de año de emociones fuertes en las Juntas Generales del territorio. En frente estarán dos proyectos: el que plantearán PNV y PSE y el que tiene previsto presentar la Diputación (Bildu) en las próximas semanas. Y en medio, un voto clave: el del PP, capaz de dar la mayoría.

Lo cierto es que jeltzales y socialistas no han diseñado el texto a ciegas. Aunque pueda parecer imposible al tratarse de partidos ideológicamente opuestos, la reforma recoge planteamientos que han puesto sobre la mesa tanto Bildu como el PP. Todo ello con el objetivo de consensuar un texto común o al menos garantizarse su aprobación en Juntass.

Así, como gran novedad, la reforma de Sociedades incluye el establecimiento de unos tipos de gravamen mínimos obligatorios. Su objetivo es asegurar unos ingreso mínimos a las arcas públicas ya que en la actualidad, con el amplio catálogo de deducciones y bonificaciones que contempla el Impuesto de Sociedades, si las empresas deben pagar de media 25 de cada 100 euros que ganan, apenas aportan 15, que se quedan en 5 en el caso de las cooperativas.

Dirigido especialmente a las grandes empresas, con mayor capacidad de ingeniería fiscal, la reforma fija un tipo mínimo obligatorio del 13% para ellas, otro del 11% para las pymes y un último del 8 o 9% para las cooperativas, según la tipología. De esta manera, el texto derriba la salvaguarda que fiscalmente han solido tener las cooperativas por su idiosincrasia.

Ahora bien, los tipos mínimos tienen truco. La creación de empleo indefinido permitirá reducirlos en dos puntos, mientras que la deducción en I+D+i no tendría límites.

La novedad de los gravámenes obligatorios parece dirigida directamente al PP, que planteó idéntica propuesta en julio, elevando incluso hasta el 18% el gravamen obligatorio.

De la misma manera, la reforma de Sociedades también hace un claro guiño a Bildu. ¿Cómo? Es cierto que el texto no elimina la mayoría de deducciones como planteó la coalición soberanista -fuentes socialistas admiten que en otro contexto económico la reforma hubiera sido más ambiciosa-, pero sí parece calcar muchas de las propuestas que Bildu apoyó en la ponencia del Impuesto de Sociedades que debatieron las Juntas Generales de Gipuzkoa.

Entre ellas, la reforma limita la deducibilidad de los gastos financieros con el fin de fortalecer los fondos propios de las empresas; acota a quince años la compensación de las bases imponibles negativas (pérdidas) y limita las deducibilidad de otros gastos como vehículos, representatividad... En definitiva, una propuesta que parece querer abrir el campo de juego. En los próximos meses, los partidos deberán decidir si prefieren jugar al ataque o encerrarse en el área.

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