Un año sin ETA con el desarme pendiente
Doce meses después de que la organización anunciara el cese definitivo de su actividad terrorista, la situación se ha estancado a la espera de un impulso en la nueva legislatura vasca. La banda no tiene intención de disolverse y el Gobierno no moverá ficha con los presos si no desaparece
JORGE SAINZ
Sábado, 20 de octubre 2012, 19:10
Eran las siete de la tarde de un jueves y las redacciones de los medios de comunicación estaban pendientes de las pantallas de internet. A esa hora, hace hoy justo un año, las especulaciones, fundadas, apuntaban a un posible comunicado de ETA. Tras la tregua decretada nueve meses antes, en enero de 2011, existía la percepción casi unánime de que la banda iba a dar un paso decisivo en el abandono del terrorismo, pero había dudas. Los recelos se despejaron tras conocer las diez palabras que resumieron el histórico comunicado de ocho párrafos leído por tres encapuchados en un vídeo. «ETA ha decidido el cese definitivo de su actividad armada». Un anuncio que la sociedad vasca anhelaba desde hace años y que abrió el nuevo tiempo sin violencia en que está hoy instalada Euskadi.
Un año después, la consolidación de este escenario es el reto pendiente, con el desarme de ETA en el horizonte. El Gobierno central y el resto de partidos exigen a la organización terrorista la disolución definitiva, pero, aunque la decisión de abandonar las armas no se cuestiona internamente, ETA no tiene intención de desaparecer, al menos mientras no se resuelva la situación de los reclusos. De hecho, ha tratado a lo largo de estos doce meses de intentar, sin éxito, un diálogo con los gobiernos español y francés para resolver las «consecuencias del conflicto», en alusión a presos, víctimas y desmantelamiento de estructuras armadas.
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