La búsqueda del padre del menor hallado muerto se amplía al litoral
La Ertzaintza rastreó el tramo entre Pasaia y Orio, donde solía bucear
A.L.
Domingo, 4 de diciembre 2011, 12:43
Sigue la incógnita sobre el paradero del padre del menor que apareció muerto el jueves en un piso de San Sebastián. El informe forense, que atribuye el fallecimiento a un suicidio, sería motivo suficiente para pasar página del suceso. Sin embargo, la desaparición del padre motiva que se mantengan abiertos algunos interrogantes sobre lo ocurrido.
La búsqueda del Luis M.S., de 38 años, se amplió ayer a la costa guipuzcoana, concretamente a la zona comprendida entre Pasaia y Orio. Embarcaciones de la Ertzaintza y Salvamento Marítimo, así como un helicóptero de la Policía vasca y efectivos de su brigada móvil, rastrearon a partir de las 10.30 horas la costa en búsqueda del padre, dado que era aficionado al submarinismo.
La operación formaba parte de las labores de rastreo iniciadas desde el mismo jueves y no obedecían a ninguna pista concreta, más allá del hecho de que por su afición frecuentaba el tramo costero citado.
La Policía vasca abría así otra vía de investigación. El departamento de Interior ha trasladado información sobre el caso y fotografías del desaparecido al resto de cuerpos de Policía por si el padre del menor se hubiera desplazado fuera de Euskadi y pudiera hallarse en algún otro punto de España.
Suicidio
El cuerpo de J. S., de 13 años, fue encontrado el pasado jueves por una persona del ámbito familiar de la víctima en una vivienda del número 5 de la calle Logroño de San Sebastián, en el barrio del Antiguo.
Junto al cadáver, que estaba en uno de los dormitorios del inmueble, los investigadores encontraron un cuchillo y manchas de sangre, lo que llevó a pensar en la posibilidad de que se hubiera producido un homicidio, si bien a lo largo del día cobró mayor fuerza la tesis del suicidio, que la Ertzaintza mantiene como tesis principal y que corrobora el resultado de la autopsia.
La investigación, sin embargo, sigue abierta, dado que el progenitor está en paradero desconocido. Del aparcamiento de la vivienda donde se encontró al menor faltaba la moto del padre, la principal pista de los agentes para encontrarlo. La desaparición provocó que en las primeras horas del jueves se especulara con que se hubiera producido un parricidio. Esta teoría cobró fuerza cuando se supo que la Ertzaintza había acudido a proteger a la madre del chico y a sus otros tres hijos, menores de edad.
Había algunos elementos que hacían pensar en la verosimilitud de esa información. Según algunos vecinos, el padre atravesaba por una mala racha agudizada por una reciente crisis matrimonial con su esposa, con la que estaba en trámites de separación. También según estos testimonios, el hombre había regentado una frutería en el barrio y, tras venderla, se había dedicado a un negocio de inversiones sin demasiado éxito antes de probar con un asador en la calle Zumalakarregi, hace un año y medio. Los problemas llegaron a su punto culminante hace quince días, cuando Luis tuvo que recibir asistencia después de atravesar una crisis psicológica.
Al parecer, desde la separación matrimonial el padre vivía en el domicilio de su madre, mientras que su esposa residía con sus tres hijos pequeños en la vivienda de un familiar. El piso de la calle Logroño, en el que la familia había residido durante casi un año, permanecía vacío desde que se inició el proceso de divorcio. El joven fallecido vivía en otra casa, con unos tíos, aunque mantenía contacto con sus progenitores, a los que ayudaba en el restaurante que regentaban.
Cinco de la mañana
El padre desapareció a las cinco de la madrugada del jueves. A primeras horas de la mañana la madre de Luis llamó a su exnuera para decirle que su hijo se había ido de casa. El delicado estado psicológico del hombre, agobiado por problemas sentimentales y económicos, le hacía temer que algo malo le podía haber ocurrido y pidió ayuda para que alguien le buscara.
La exmujer llamó inmediatamente a un amigo de la familia, que comenzó la búsqueda. Trató de localizarle sin éxito durante toda la mañana hasta que se le ocurrió acudir a la antigua vivienda familiar. Fue allí donde encontró el cadáver del menor, a las 12,30 horas.
El funeral de J.S. se ofició ayer, a las siete de la tarde, en la iglesia de San Sebastián Mártir del Antiguo. La parroquia se llenó de personas que quisieron despedir al menor trágicamente fallecido y dar el pésame a la familia.