«Se recupera todo el borde marítimo»
En la futura bahía se podrán recorrer a pie o en bici los 6,5 kilómetros entre San Pedro y San Juan. El masterplan prevé generar 4.500 viviendas, 1.200 amarres y 8.000 empleos
ANE URDANGARIN
Jueves, 7 de abril 2011, 04:44
6,5 kilómetros separan el Peine del Viento con el final de Monpás. Un precioso paseo con una distancia similar a la que media entre San Pedro y San Juan. En este caso, el recorrido no es tan placentero. La bahía de Pasaia está rodeada de muros infranqueables en forma de muelles, pabellones industriales, carreteras y vías de tren. Unas barreras que se irán derribando en la que está llamada a ser la mayor revolución urbanística de Gipuzkoa y de la que emergerá un nuevo Pasaia que dará la mano a la lámina de agua, ahora tan lejana. «Lo que hay detrás de toda la propuesta es la recuperación del borde marítimo, que permitirá a los ciudadanos caminar junto al agua o ir en bicicleta». En definitiva, recorrer esos 6,5 kilómetros en un paseo que poco o nada tendrá que envidiar al de San Sebastián.
El arquitecto Ángel de la Hoz presentó ayer la última versión del masterplan de Pasaia, una propuesta que el año pasado ya adelantó DV y que a lo largo de los próximos años tendrán que ir desarrollando las instituciones, que el martes dieron un paso de gigante al poner negro sobre blanco en Madrid su compromiso con la regeneración de una de las zonas más castigadas del territorio. El equipo holandés KCPA, la ingeniería LKS y De la Hoz han diseñado la bahía del futuro, tras ganar un concurso público convocado por la Cámara de Comercio y la Diputación en el seno de Gipuzkoa Aurrera.
Por fases
Esta alianza público-privada convocó ayer un foro sobre regeneración urbana que sirvió para presentar la última versión del masterplan para una superficie de 80 hectáreas, enclavadas en un entorno privilegiado, que irán mutando conforme la actividad portuaria se vaya trasladando a la dársena exterior.
El marco general del masterplan se basa en la colonización de los terrenos más próximos a la lámina de agua, hasta el punto de que este elemento se integra en el urbanismo. Se hace un uso intensivo del agua, tanto como generador de riqueza como en su vertiente lúdica. «También se ha cuidado que cada núcleo mantenga su personalidad y que cuente con un programa diferenciado», explica De la Hoz. Es decir, que los distintos distritos y municipios, por los que se podrá transitar de «forma cómoda», conservarán su «identidad y serán perfectamente reconocibles». Las diferentes composiciones de ordenación y diseño también se han esmerado en la disposición de los servicios públicos para no crear zonas 'dormitorio' y dinamizar todas las áreas.
Este espíritu se resume en un plan que arroja grandes cifras: 80 hectáreas, de las que cerca del 65% se reservarán a espacios públicos; entre 4.000 y 4.500 viviendas, de las que el 40% serían de precio tasado y de VPO; 1.200 amarres, 300 en la zona de Trintxerpe, 380 en Antxo y 430 en la zona de Lezo, además de la conservación de embarcaciones tradicionales. También se prevén generar 8.000 nuevos puestos de trabajo.
Para llevar a cabo este titánico programa, que supondría la llegada de unos 12.000 vecinos nuevos, es preciso contar una red de transporte público potente. El Topo-Metro de Donostia, el transporte de cercanías de Renfe con una nueva estación en Capuchinos, una línea de bus en torno a la bahía y la recuperación del transporte fluvial conformarían el sistema de movilidad por una bahía que estará rodeada por una red de parques urbanos que restablecen los corredores ecológicos entre los parques de Jaizkibel, Ulia y Auditz-Akular con la lámina de agua.
Semejante empresa requiere de «muchos años de trabajo», aunque los primeros cambios no tardarán tanto en llegar. La lonja de San Pedro, que ya ha sido adjudicada, será uno de los primeros símbolos del cambio, junto a la zona oeste de La Herrera, «que será lo primero que se va a ver. Se están haciendo las obras del desdoblamiento del Topo y hay una intervención de prolongación viaria. Donde hay un agujero, se verá un parque tras realizar unos rellenos», explica De la Hoz.
Al no estar hipotecada por los muelles, la reconversión es más sencilla en este área. Además de las nuevas viviendas, el elemento más singular será el gran parque que ocupará la parte central y que desembocará en el agua, que se convertirá en otro 'vecino' más. En este lugar se crearán unos 300 atraques, destinados en principio a embarcaciones pequeñas. El parque tendrá una zona elevada, que podrá albergar la tenencia de alcaldía y el nuevo mercado.
Este es el primer capítulo de un plan que ya está negro sobre blanco, y que ahora deberá convertirse en realidad.