El Foro Social pide a ETA un «desmantelamiento claro y creíble» para la sociedad y las víctimas

Un año después del acto oficial de desarme de la banda terrorista que tuvo lugar en Baiona y en vísperas del anuncio de su desaparición, este organismo que elabora recomendaciones sobre pacificación que ETA suele atender, apuntó que una desmovilización «inequívoca» favorecerá el reconocimiento por parte de las instituciones locales y nacionales, en referencia en este caso al Gobierno Vasco, de la credibilidad de la decisión. Esas garantías, citó, deberían ser «suficiente» para permitir el diálogo con el Gobierno español.

El Foro Social estima, además, primordial para la desmovilización que haya una verificación sobre el carácter inequívoco e irreversible del desmantelamiento de las estructuras armadas. De hecho, insta a que haya una certificación internacional y pone como ejemplo la comisión de seguimiento que se puso en marcha en Irlanda del Norte.

En el texto final de la jornada de reflexión y debate afirmaron que la «experiencia vasca» constituye un «proceso único» caracterizado por la «unilateralidad» debido a la «ausencia del Estado español» durante el desarme. Ante la «ausencia de un acuerdo de paz con el Estado español» no existe un «mecanismo institucional emplazado para acompañar la desmovilización de ETA», pero aseguraron que si los principios de la ONU han sido «respetados» en el desarme de la organización terrorista «pueden serlo igualmente en las dos etapas sucesivas».

En el terreno de la reintegración de «presos y huidos», plantearon que, a causa de su pasado violento, los expresos y miembros de ETA son «actores concernidos» a la hora de proporcionar «una contribución activa a la salida del conflicto y sus consecuencias». Véronique Dudouet mencionó que su «participación en iniciativas que aborden el pasado y el diálogo con las víctimas es una garantía para avanzar hacia la convivencia y la reconciliación.

En ese sentido, en el requerimiento a que el desmantelamiento incluya a ETA en su totalidad, se añade también que debe tener en cuenta las expectativas, las necesidades y las prioridades de todos los agentes concernidos, es decir, no solamente de los miembros de la banda, sino también de sus familiares y allegados.

En el debate sobre el proceso DDR «el definido en los Estándares Integrados de la ONU», el Foro Social destacó que tras resolver la primera 'D', (de desarme) el 8 de abril de hace un año, ahora se debe avanzar en la resolución de la segunda 'D' (de desmovilización) y la 'R' (de reintegración). Instó, además, a concebir el DDR como un eje de transformación «para que los protagonistas del conflicto puedan participar de manera proactiva en la construcción de una paz duradera». Apuntó también que los antiguos miembros de ETA deben ser considerados parte de la construcción de la paz y la convivencia.

El Foro Social consideró que la previsible «desmovilización y desaparición» de ETA «obligará a todos», entre otras cuestiones, a afrontar «los mecanismos de reintegración de sus militantes presos, huidos y clandestinos». Para ello, durante la jornada celebrada en Donostia se buscaba acercar «aprendizajes» de otros procesos de paz como los de Colombia, Filipinas, Irlanda del Norte o la República Democrática del Congo. Con ese objetivo participaron como ponentes además de Dudouet, el jefe de la Comisión Independiente de Desmantelamiento en Irlanda del Norte, Aaro Suonio; Omar Cortes, capitán de navío en retiro de la Armada Nacional de Colombia y participante en el proceso de paz colombiano; el teólogo Jesús Flórez, activista a favor de los derechos de pueblos indígenas y miembro del Comité Coordinador de la Coordinación Regional del Pacífico; la activista congoleña Justine Masika; y el director del programa de Transiciones a la Paz de Conciliation Resources, Kristian Herbolzheimer.

A instancias del Foro Social, la asociación de allegados y familiares de presos de ETA, Etxerat, mantuvo ayer por la mañana un encuentro con algunos de estos expertos en procesos de paz, a los que explicaron «la realidad de los familiares y allegados de los presos vascos». Etxerat valoró «muy positivamente» el encuentro.