«Pecamos de optimismo al pensar que serían los años de la paz y el estatus»

El lehendakari solo identificó como punto negro de la legislatura -«agujero negro», lo llamó- la relación con el Gobierno central. ¿Puede usted ser más autocrítico?

Igual pecamos de exceso de optimismo pensando que estos cuatro años debían ser los de la paz y el autogobierno. Pero el tiempo nos ha demostrado que para provocar escenarios de acuerdo a lo mejor hace falta primero que cada uno enseñe sus plumajes para marcar territorio y luego poder entrar a negociar. Y espero que estos cuatro años hayan servido para eso. Pero el producto de la legislatura aprueba con buena nota, sin caer en autocomplacencia aunque hay cosas que no se han hecho o direccionado, que nos hemos quedado más atrás como en paz y convivencia. Pero con la que ha caído, con la situación económica y política en el entorno europeo y con 27 parlamentarios, tener los resultados que hemos tenido habla bien de este gobierno.

Tampoco han logrado el nuevo estatus. ¿Pondrán nueva fecha en su programa electoral?

Ese es uno de los puntos donde pecamos un poco de ilusos. Cada vez que uno expresa ese tipo de compromisos hace que los otros, en vez de ver su bondad, lo combatan. Y para cualquier consulta o nuevo estatus hace falta un acuerdo más allá del PNV. Así que no vamos a poner cosas que sean contraproducentes al bien final que queremos sacar. Porque en autogobierno, se ha visto que ni la izquierda abertzale ni el PSE querían hablar por una cuestión epidérmica, solo porque el PNV puso el plazo de cuatro años.

¿Y habrá actualización del Estatuto en los cuatro siguientes?

Espero. Porque se nos va a pasar el arroz. Si hay algo bueno de esta legislatura es que todos estamos de acuerdo en que hay que moverse, en qué dirección, hasta donde, con qué ritmos...

¿Qué recorrido ve en Cataluña tras el último acuerdo? ¿Cree que es un salto al vacío?

Es un paso más. El asunto es si es un punto y aparte y esperan a que el siguiente párrafo se escriba desde otro ámbito de relación con el Estado y Europa; o es un punto y seguido y van cortando cables de conexión. La situación está además condicionada por lo que cada partido espera de sí mismo ante otras elecciones por la falta de acuerdo en la gobernabilidad, y eso puede empañar la unidad de acción soberanista.