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El sacerdote que habló al chaval lleno de lágrimas

G. L.

Lunes, 16 de enero 2017, 07:45

José Ignacio Munilla tuvo palabras de cariño hacia los sacerdotes y señaló que «es profundamente injusto que la entrega de toda una vida a la causa del Evangelio y al servicio de los más necesitados se vea puesta en cuestión por la sospecha que genera la traición de un compañero». Contó la historia de un cura que tenía una cita con un adolescente a las pocas horas de hacerse públicos los casos de abusos. Con los ojos llenos de lágrimas, el sacerdote dijo al chaval: «quiero que sepas que un amigo sacerdote ha abusado de unos chicos de tu edad, y por eso hoy estoy especialmente triste». «¿Y hoy no me vas a dar la clase?», respondió el chico. Y la reflexión consiguiente decía así: «Mira, cuando una cosa así la hace un profesor, a nadie se le ocurre pensar que sus hijos tengan que dejar de ir al colegio. Y lo mismo, cuando lo hace un entrenador: nadie piensa que sus hijos tengan que dejar de hacer deporte. Pero a veces ocurre que, cuando lo hace un cura, algunos piensan que los hijos tienen que dejar de ir a la Iglesia. Por eso, igual es mejor que te vayas a casa y le cuentes a tus padres lo que te he dicho». Munilla desveló que por la noche, el sacerdote recibió un whatshaap que decía: «Lamentamos mucho lo que ha ocurrido con su amigo sacerdote. Queremos que sepa que nosotros tenemos plena confianza en usted y le agradecemos la labor que hace con nuestro hijo. Esta familia no olvidará nunca el testimonio de honestidad que hoy hemos visto en usted». Para alentar a los clérigos, Munilla citó al Papa Francisco: «Los sacerdotes son como los aviones, solo son noticia cuando caen». Y concluyó: «Los apoyaremos con alma, corazón y vida».

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