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Cientos de feligreses acudieron a la misa vespertina del Buen Pastor.
«Mi hijo me pregunta cómo puede un sacerdote hacer esto»

«Mi hijo me pregunta cómo puede un sacerdote hacer esto»

Los feligreses mostraron su cercanía al obispo, a quien agradecen «la manera de gestionar» la situación y pidieron no criminalizar a la Iglesia

G. L.

Lunes, 16 de enero 2017, 07:43

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No era una misa cualquiera. «Fíjate si no lo es que venimos desde Zarautz a mostrar cercanía al obispo», decía una mujer a la entrada de la catedral del Buen Pastor junto a sus dos hijos, menores de edad ambos. «Tenemos que rezar. Ya se lo digo a este -señala al mayor de los dos, de trece años- porque esto es muy duro. Me pregunta que cómo es posible que un hijo de Dios haga lo que ha hecho. Y yo también me lo pregunto. Por eso hay que rezar». La mujer pedía oración «por todos los que han sufrido y por tantos otros cuyos casos no se conocen. ¡Cómo tienen que estar sus familias!». La consternación, sin embargo, no podía con la fe en la Iglesia y en sus sacerdotes, ni ocultaba la satisfacción por el modo de proceder de la diócesis de San Sebastián. «También venimos a agradecer al obispo la gestión que ha hecho de estos abusos», apostillaba la mujer.

Consciente de la conmoción que han generado los casos de abusos sexuales desvelados esta semana, la madre de familia se lamentaba por el hecho de que «puede haber familias a las que les entre el miedo por llevar a sus hijos a un campamento de verano» y llamaba a la familia cristiana a rezar «precisamente para que esa situación de sospecha no impida que la Iglesia siga haciendo su buena labor pastoral con los jóvenes como lo ha hecho hasta ahora».

En la misma línea, uno de los feligreses que desafió el desapacible tiempo invernal para acudir a la catedral -la misa de las 18.00 horas congregó a unas 300 personas- explicaba que «he vivido muchos años en Estados Unidos y Gran Bretaña y allí la Iglesia no ha tratado casos como éste de la misma manera que lo ha hecho nuestro obispo». Manifestaba estar «triste», pero matizaba que «igual de conmocionado que cuando hemos conocido otros casos de abusos sexuales a menores perpetrados por profesores o entrenadores».

«Todos en el mismo saco»

Un grupo de señoras, por otra parte, alertaba del peligro de que «ahora se meta a todos los sacerdotes en el mismo saco» y, no sin un punto de acritud, concluía que «no hay derecho a que se haga eso». Una de ellas, antes de conducir al resto hasta las filas más cercanas al altar, expresó que «tal y como ha dicho José Ignacio Munilla, el tema ha sido grave y hay que sacar toda la verdad, pero esto no puede ensuciar todo el buen hacer de la Iglesia en el mundo en general y en Gipuzkoa en particular».

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