La Sala Menchu Gal de Irun acogió la última exposición de Basterretxea en Gipuzkoa

La Sala Menchu Gal de Irun fue la última en acoger una exposición en Gipuzkoa de Nestor Basterretxea, fallecido este sábado en su casa de Hondarribia. La inauguración de la muestra, abierta del 22 de marzo al 7 de julio de 2013, contó con la presencia del propio autor y un numeroso grupo de visitantes que llenaron desde el primer día el espacio expositivo.

En la estancia menor de la Sala Menchu Gal, bajo el título 'Miscelánea', se presentaban 22 trabajos que van desde obra gráfica, proyectos de escultura y de obra pública y fotomontajes, realizados entre 1970 y 2013. En la estancia mayor y dentro de un itinerario denominado 'Fantasía Utópica' acercaba al visitante al Basterretxea diseñador industrial, a sus sugerentes estudios arquitectónicos y a las únicas esculturas de la exposición.

En la inauguaración de la exposición, el alcalde de Irun, José Antonio Santano, agradeció la presencia de Nestor Basterretxea, subrayando que era "un honor contar con él y con su obra en la Sala Menchu Gal". El escultor expresó su "alegría por exponer en Irun, donde viví once años" y agradeció al Ayuntamiento el ofrecimiento para mostrar su obra. "Secretamente, tenía muchas ganas de exponer aquí, porque Irun es una parte importante de mi vida", subrayó.

Basterretxea aprovechó la ocasión para recordar a los integrantes del grupo Gaur (Oteiza, Chillida, Amable Arias), que también expusieron en la Sala Menchu Gal, y que adquirieron el compromiso de dotar "de valentía y sentido de la responsabilidad espiritual y de alcanzar esa meta que es el añadir un milímetro sobre las cosas ya creadas".

Residente en Irun con Oteiza

Santano recordó que una parte importante de ese compromiso creador se desarrolló en Irun, "en esa casa de la avenida de Iparralde, a la que le hemos faltado un poco al respeto, aunque vamos a ir corrigiendo esa situación". Nestor Basterretxea recordó su convivencia con Jorge Oteiza en la casa de la avenida de Iparralde de Irun. "Cuando nos despacharon de Arantzazu, teníamos que encontrar un sitio donde vivir", explicó el escultor.

"Un día, vinimos a Irun y veo que Jorge se abraza a un hombre que era Pedro Ochoteco, un veterinario nacionalista que estaba sufriendo bastante y entonces, por favorecerle, Oteiza le preguntó: '¿Y tú de qué vives?' y el veterinario contestó: «Pues vendo terrenos» y decidimos comprarle uno en la entonces avenida de Francia y allí hicimos la casa. Fue un sitio inesperado que tenía el encanto para nosotros de que era fronterizo. Al final, hice yo el proyecto, con la ayuda del arquitecto Vallet. En aquella casa vivimos muy bien, felices y muy integrados en el pueblo".