Gipuzkoa, en Lourdes

DV. La gruta de Lourdes acogió ayer a más de 3.000 guipuzcoanos que asistieron a la misa oficiada por el obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, en honor al Día de Gipuzkoa que se celebró en el santuario francés.

La ceremonia, que comenzó a las diez menos cuarto de la mañana, fue muy emotiva para los peregrinos que cada año se reúnen en el lugar donde la Iglesia reconoce que la Virgen se apareció a Santa Bernardette. Durante al menos una hora, el obispo donostiarra habló en este lugar de la importancia del peregrinaje en familia, así como de la búsqueda de la paz en Euskadi y la importancia de que la Iglesia siga implicándose en ella. También sobre la necesidad de la solidaridad con las familias y la sociedad en estos tiempos de crisis económica.

Finalizado el acto, el obispo saludó a cada uno de los 300 enfermos que pasaron por la gruta y que viajaron a Lourdes el viernes con la Hospitalidad de Gipuzkoa, y a sus más de 500 voluntarios.

Grandes congregaciones

Esta localidad pirenaica vivió ayer momentos religiosos multitudinarios que a pocos dejaron indiferentes. Así, en la celebración eucarística que a primera hora de la tarde acogió la basílica subterránea San Pío X, en la que se congregaron cerca de 10.000 personas, el coro guipuzcoano interpretó un emotivo que dejó las emociones de los allí reunidos a flor de piel.

Ya por la noche, Lourdes se transformó en la ciudad de las luces con la procesión de las Antorchas. Miles de peregrinos formaron un río de fuego que atravesó la explanada del recinto hasta la basílica antigua, donde se rezó un rosario en todas las lenguas, también en euskera. Para finalizar, la canción se elevó sobre el crepitar de las velas entonado por el coro guipuzcoano, al que los peregrinos unieron sus voces.

Para hoy se espera que al menos 1.700 guipuzcoanos, entre ellos dos autobuses con ciudadanos inmigrantes, viajen a esta pequeña localidad para asistir a la misa internacional en la basílica.