«Siempre me he sentido bastante salmón en esta sociedad»

- Ha rebajado la altura de su lenguaje. ¿Teme que algún socio se dé de baja porque el entrenador de su equipo lee a Ortega y Gasset?

- Parece que hay gente a la que le molesta, cuando curiosamente es al revés. La lectura, la curiosidad o la búsqueda de conocimiento es un síntoma de humildad, aunque se suela entender como prepotencia.

- ¿Sigue rebelándose contra el sistema después de tantos años en el fútbol?

- Hace tiempo que dejé de hacerlo. La gente no quiere igualdad, sino uniformidad. Pero a la baja, no hacia la excelencia. Los grandes filósofos ya hablaban de esto hace muchísimos años. Yo he venido a echar una mano a la Real, hasta donde pueda. No quiero molestar a nadie; ése nunca ha sido mi afán. Me encanta el debate, pero no para dar lecciones. En todo caso, para recibirlas.

- ¿No se siente a veces como un salmón nadando a contracorriente en el embrutecido circo del fútbol?

- Siempre me he sentido bastante salmón en esta sociedad. Pero no hago por ser diferente ni tengo afán de llevar la contraria. No me gusta ese tipo de personas. Prefiero la naturalidad, aunque ser uno mismo es lo más complicado.

- ¿Tiene la sensación de que el público no le conoce?

- La gente se ha formado un estereotipo necesario de Juanma Lillo. Lo que más me ha fastidiado es que no han hecho nada por conocerme de verdad.

- Pero algún lillista ya habrá...

- Mucha gente se autodefine así, pero los ismos y los istas son perniciosos y provocan fracturas sociales que luego desembocan en guerras. Nunca son buenos. Ninguno.

- En internet venden camisetas con su imagen en negativo, como si fuera el Che o Maradona, y la frase 'El fútbol es incientífico'. ¿Recuerda haberla dicho?

- No me suena, pero la verdad es que el fútbol no tiene nada de científico. De hecho, algo que desarrollen los seres humanos no puede convertirse en ciencia, por más que queramos. Me sorprende que exista esa camiseta. De todas formas, internet es un mundo desconocido para mí. Justo sé encender el ordenador. Además, me reconozco obsesivo compulsivo para el conocimiento y seguro que me engancho.

- Sería feliz en un foro de filosofía...

- Seguramente. En cualquier caso, la filosofía como abstracción es algo que hacemos todos en cada instante de la vida. Creo que se le da un marco de inaccesibilidad que no es real. Conozco gente que no sabe leer ni escribir y que son los más grandes filósofos que me he encontrado. Me molesta que se use el término filósofo en tono peyorativo. ¡Qué más quisiera yo que ser un filósofo! Eso demuestra la perniciosidad social que nos rodea.