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ÁLVARO VICENTE
Martes, 29 de julio 2008, 10:09
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DV. El Baloncesto Valladolid lo da por hecho, el propio jugador también, pero el Bruesa no termina de hacerlo oficial. ¿Por qué? El fichaje de Gomis está poniendo a prueba la paciencia de unos y otros. El Bruesa le quiere en sus filas, Pablo Laso suspira por él y el jugador francés está encantado con la posibilidad de seguir en la ACB. ¿Entonces?
El técnico del Bruesa aseguraba el domingo en estas mismas páginas que no veía nada sencillo el fichaje de Gomis y advertía que el club barajaba ya otras opciones en ese mismo puesto de escolta. Sus palabras, lejos de tranquilizar inquietaban pero, a nada que se profundice en el tira y afloja en el que se ha convertido el culebrón Gomis, podían ser más un mensaje de aviso hacia el Valladolid y el agente que representa al jugador. Valladolid, Gomis y Bruesa estaban llamados a entenderse. Faltaba que el jugador y el Bruesa dieran el visto bueno a lo que pedía el Valladolid por su traspaso. Eso se ha conseguido.
¿Y qué pedía el Valladolid? El club comprende que su mejor hombre durante la pasada temporada no puede marcharse sin dejar un euro en sus maltrechas arcas. Gomis tiene un año más de contrato, pero su alta ficha no es asumible en la LEB. Para quedar desvinculado, bien el club de destino o el propio jugador deben abonar una cantidad. ¿Cuánto?
En un primer momento el Valladolid, según fuentes cercanas a la negociación, fijó su traspaso «entre 150.000 y 200.000 euros», a lo que el Bruesa se negó. Bastante tenía que pagar por la ficha del jugador como para abonar más por abrirle la puerta. El Bruesa tiró entonces de su lista de posibles fichajes y Gomis encendió su teléfono. Pero Davor Kus no terminaba de decidirse y a Gomis no le terminaban de convencer las ofertas que le llegaban de Europa, así que vuelta a empezar.
Gomis, en San Sebastián
Pero el Valladolid rebajó sus pretensiones, el Bruesa dio un paso al frente y Gomis también puso de su parte al acercarse a San Sebastián la pasada semana. Almorzó en un restaurante del barrio de Gros y se volvió a su casa. Claro que también conoció a algunos dirigentes de Gipuzkoa Basket. La operación quedaba visto para sentencia, pero... ¿cuánto más habrá que esperar a que se haga oficial su fichaje? Será esta semana. Firmará por dos años.
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