Histórico: me falta espacio para escribir
Opinión ·
Sucedieron tantas cosas que se me hace imposible recopilar y analizar todas. Una etapa formidable pone fin a la ItzuliaPor primera vez en muchos años me falta espacio para contar todo lo que vi en una etapa para la historia. Quizá no de tanta ... calidad como la de hace un año en esas mismas carreteras, con aquel duelo entre Roglic y Pogacar, entre Jumbo y UAE, pero igual de emocionante y repleta de incidentes, de nervios, de tensión, de alternativas... Seguro que se me quedan detalles y actuaciones en el tintero.
Publicidad
Ineos, como cabía esperar, endureció la carrera y parecía tener bajo control todos los detalles. Hasta que llegó Krabelin, donde un acelerón de Roglic encendió la mecha y desencadenó 42 kilómetros de infarto.
En mi artículo de ayer aposté por Daniel Felipe Martínez como ganador final. Me hubiera gustado fallar en el pronóstico porque Ion Izagirre acumuló méritos más que suficientes para vestirse el maillot amarillo junto al santuario. Se cayó a algo menos de cuatro kilómetros para la línea de meta, justo en el momento en el que Vlasov seleccionó el grupo de los favoritos. El de Ormaiztegi se levantó como si fuera de goma, enlazó en una demostración de su excelente momento de forma y, gracias al conocimiento del terreno y de la llegada, ganó la etapa. Nunca sabremos qué hubiera sido capaz de hacer de no haberse ido al suelo, pero dejó sensación de enorme fortaleza, de ser un aspirante real a acabar primero en la clasificación general.
Ion Izagirre hizo méritos para ganar la Itzulia, seguramente los mismos que Daniel Felipe Martínez
Y cuando digo que Izagirre hizo méritos para ganar la Itzulia, no se los niego a Daniel Felipe Martínez. También él se fue al suelo, pero antes, en el descenso de Ixua. Para entonces sus compañeros del Ineos habían desaparecido. En apenas diez kilómetros pasó de llevar seis al lado, el equipo entero, a quedarse solo. Pienso que Adam Yates era la pieza designada para arroparle. Falló. Martínez dio la cara y sufrió a tope para alcanzar su objetivo y redondear la excelente semana de Ineos, al que el colombiano solventó los apuros finales con la ayuda puntual de Evenepoel para reordenar la cabeza de la prueba entre Etxebarria y Elgoibar. Fueron claves esos kilómetros.
Publicidad
Lo de Evenepoel es de punto y aparte. Le sueltan, resiste, vuelve, ataca, esprinta por la bonificación en Eibar –lo peor que puede hacer un corredor a pie de puerto–, parece que va a ceder minutos en Arrate y llega a 24 segundos de Izagirre. Por momentos me recordó al que ganó la Clásica de San Sebastián. Corre sin calma. Es tan joven como impulsivo.
Formidable la bajada de Ixua obra de Pello Bilbao. Descolgado en Krabelin, llegó de ninguna parte, adelantó a una decena de ciclistas y puso en serios aprietos a sus rivales. Domina la bicicleta, no cabe duda. Y conoce esas carreteras mejor que nadie.
Publicidad
Vingegaard no tuvo su mejor día. No es lo mismo correr para ser segundo que para ganar. La mala fortuna golpeó a Enric Mas, al que veía bien. Además, la estrategia del Movistar le permitió tener a su lado a Oliveira para el tramo de aproximación a la ascensión final a Arrate. El movimiento se fue al traste con la caída de ambos.
Espléndido Formolo, como Soler la víspera. El italiano merendó kilómetros y kilómetros en cabeza. Solo el alto ritmo impuesto por Ineos en la primera parte de la etapa y por los favoritos en la segunda le impidieron celebrar la victoria.
Publicidad
Hemos asistido de nuevo a una gran edición de la Itzulia, rematada con una traca final de sobresaliente. Vivimos una etapa histórica que vuelve a dar la razón a quienes han decidido sustituir la contrarreloj final por una etapa en línea. Visto lo visto, no va a ser fácil quitar de la cabeza a los organizadores eibartarras este diseño de vuelta. Funciona.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión