«Entreno mucho más ahora que hace dos años y la idea es mejorar el nivel»

– Es usted de los que sale a ganar allá donde corre pero, ¿cómo le pilla de forma la Itzulia?

– Estoy bien. Vengo de hacer un bloque de altura después de Tirreno Adriático, algo más corto de lo habitual pero el calendario está así. Los entrenamientos han ido bien y creo que he dado un pasito más respecto a la forma que tenía en Tirreno. Espero que se vea reflejado en competición.

– Allí ganó la crono, pero tampoco lo hizo mal en Irun...

– La de Irun era igual que la de Tirreno en cuanto a distancia, pero con recorrido muy diferente. Allí era todo plano. Aquí era salir, un repecho, luego bajar, una cuesta... más complicada. También más técnica. Con más miga, que decimos nosotros. Pero se me dio bien. Son esfuerzos parecidos, muy explosivos. Que haya subida a mí no me resta por el peso que tengo. A algunos especialistas les penaliza más. No a Roglic, Evenepoel y compañía.

– La crono es cada vez más importante para quien aspira a ganar generales, como usted.

– Sí. Casi todos los ciclistas cogemos la cabra por lo menos una vez a la semana. Se hacen entrenamientos específicos, vamos con el equipo al velódromo, al túnel del viento... Hacemos análisis de material... Es un trabajo continuo. Las cosas evolucionan. Siempre hay que estar probando, por ejemplo las posiciones. Cambian la reglamentación y tienes que volver a cambiar...

– Para ser un buen escalador, se le da bien la crono.

– La verdad es que esta semana miraba el dato y hasta ahora la mitad de mis victorias son sobre la bici de crono. Me gusta la especialidad. Como decías, cada día es más importante para las generales finales. Muy importante.

– ¿Es esta temporada especial y diferente para usted?

– Sin duda lo es por ser el año en el que debuto en el Tour. Además es año de Juegos Olímpicos y espero estar allí. Incluso puedo debutar en un Mundial élite. Es especial asimismo estar en esta Itzulia. Llevo dos años queriendo hacerla pero por una cosa u otra no he podido. Por fin me puedo estrenar y ojalá complete una buena semana aquí.

– Una semana sin Tadej Pogacar. ¿Se nota mucho cuando está el todopoderoso líder y cuando no?

– Dentro del equipo no lo notamos. Tadej es una persona normal que no llama la atención, se comporta como cualquier otro compañero. En carrera sí que cambia la cosa. Que él participe lo condiciona todo porque es el mejor ciclista del mundo.

– Ahora está arriba pero todo empieza desde abajo. ¿Se acuerda de la Gipuzkoa Klasika?

– Claro que me acuerdo. La gané cuando era júnior. Fue en Beasain. Llovió y fue un día complicado, con un recorrido exigente para ser esa categoría. Tengo buenos recuerdos. Diría que era una de las carreras más importantes del calendario, al menos del calendario estatal.

– De júnior pasó a un equipo ya semiprofesional.

– Sí, al Coldpack. Era continental. Allí gané el Girino, pero el verdadero salto cualitativo lo di al vencer el Trofeo Piva en San Martino unas semanas antes. Luego sí, el Girino te da otra repercusión porque gané como gané y era mi primera carrera de diez días. Aquello significó un antes y un después. Llegué más asentado al World Tour.

– Para entonces, ya se lo rifaban algunos de los equipos de la máxima categoría.

– La verdad es que en mi segundo año júnior estuve concentrado la misma temporada con UAE y con Movistar. Conocí cómo funcionaban los dos equipos. Eran los dos que habían mostrado interés.

– ¿Por qué optó por el UAE?

– El principal motivo fue la presencia de Matxín. La relación que tengo con él no la tengo con nadie dentro del ciclismo. Luego hay otros muchos detalles, pero aquello fue determinante.

– Le ficharon muy joven y es una tendencia que se acentúa. Hay un debate sobre la precocidad. ¿Está acabado un ciclista con 22 años que aún es amateur?

– Entiendo los argumentos de los dos lados. Yo hice medio año en un equipo continental, corriendo carreras importantes sub-23 y algunas profesionales. Considero que ese paso, aunque fueron solo unos meses, fue muy positivo. Por muy bueno que seas de juvenil, ese paso es vital. Hay alguna excepción como Remco, pero creo que es positiva una transición.

– ¿Y luego? ¿Ya es como un ciclista World Tour que lleva años ahí arriba?

– No. Hace falta una progresión. Cada uno va adecuando el trabajo. En mi caso, al menos, ha sido progresivo. No porque sea World Tour voy a hacer más. En Colpack y el primer año de UAE entrenaba bastante menos que el año pasado. Y este año entreno más que el año pasado.

– O sea que aún vamos a ver una mejor versión de Juan Ayuso...

– Eso espero. Esa es la idea. Tengo la confianza de que me queda bastante por mejorar porque tengo 21 años y sé que no he sido brusco con mi progresión. Puedo dar mucho más.

– ¿Se puede ser tan bueno sin ser totalmente metódico?

– La clave está en buscar el equilibrio. Hay que hacer las cosas bien, pero si te estresa o te crea problemas es contraproducente. Hay que llegar al punto de lo que sepas manejar. Yo lo llevo porque me he rodeado bien. De grandes profesionales y también con mi pareja en casa. Por ejemplo, eso de pesar la comida ya me lo hace ella. Eso que me quita. Es fundamental estar rodeado de gente que te ayuda en todos los ámbitos.

– Sobre todo en momentos malos. Tuvo una lesión el año pasado que le impidió competir casi media temporada.

– Lo pasé mal, sí. Pero saqué algo bueno de allí una vez que me recuperé. Fueron más de cuatro meses realmente muy duros. pero a posteriori, tras superarlo, me quedo con lo bueno. Físicamente me perjudicó, pero mentalmente me hizo más fuerte. Aquella lesión fue un antes y un después a nivel psicológico. He aprendido a valorar mucho más las cosas. He aprendido a convivir con la realidad de que las cosas no siempre van como quieres. Cuando no me encuentro bien, o caigo enfermo, ahora sé sobrellevar los altibajos mucho mejor.

– Tanta Vuelta y tanto Tour... ¿Y las clásicas?

– Lo veremos dentro de dos semanas. Lo voy a in tentar en Amstel y Flecha. Hace dos años llegué tras estar enfermo y el año pasado no pude correrlas. Si todo va bien esta semana, llegaré bien a las Ardenas. Me motiva mucho ver hasta dónde puedo llegar.