Protagonistas. El presidente del BCE, Mario Draghi, el ministro francés , Pierre Moscovici, y de Guindos conversan al inicio de la reunión del Eurogrupo. :: THIERRY ROGE / EFE
ECONOMÍA

El Eurogrupo impone un 'banco malo' en las condiciones del rescate a la Banca

Los socios dejan casi listo el salvavidas español, que endurece los requisitos de capital. España pierde su asiento en el directorio del BCE tras la vacante dejada en mayo por González-Páramo

IÑAKI CASTRO

Martes, 10 de julio 2012, 03:08

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El Eurogrupo pactó ayer las líneas maestras del rescate bancario español. Los integrantes de la moneda única alcanzaron un acuerdo sobre el memorando de entendimiento, el contrato que recoge las condiciones vinculadas al salvavidas de 100.000 millones. El ministro de Economía, Luis de Guindos, confirmó que estas exigencias afectarán tanto a los bancos que reciban las ayudas como al sector financiero en su conjunto. Aunque algunos parlamentos nacionales todavía tienen que ratificar las inyecciones, todo apunta a que España deberá articular un 'banco malo' para agrupar los activos tóxicos de las entidades en apuros. Los socios confían en que el plan de asistencia se rubrique el día 20 para que las recapitalizaciones puedan arrancar en otoño.

El rescate fue uno de los asuntos centrales de la cumbre de titulares de Finanzas. Tras varias semanas de negociaciones, los responsables económicos tuvieron sobre la mesa el memorando de entendimiento elaborado por el cuarteto formado por la Comisión, el BCE, la Autoridad Bancaria y el FMI. El documento, una exigencia que se aplica a todos los países rescatados, contempla las medidas que España deberá adoptar para que se materialicen las recapitalizaciones. En el caso de las entidades que reciban las ayudas, De Guindos precisó que deberán cumplir unas condiciones similares a las establecidas para el resto de bancos apuntalados con dinero público dentro de la UE.

El ministro de Economía admitió que las exigencias afectarán a los titulares de acciones preferentes, muchos de ellos pequeños ahorradores. Al igual que ha sucedido en otras recapitalizaciones, estos inversores sufrirán casi con toda probabilidad una quita. Las entidades, por su parte, tendrán que aceptar la creación de un 'banco malo' al que se desviarán sus activos inmobiliarios problemáticos. De Guindos confió en que este saneamiento empuje al sector a «centrar la actividad en su negocio fundamental: captar depósitos y dar créditos». Según los analistas, la apuesta por el 'banco malo' permitirá a la UE supervisar con mayor facilidad la evolución de las carteras más golpeadas por el ladrillo.

El Eurogrupo también respaldó un paquete de medidas que se extenderá a todo el sector incluidas las entidades sanas. De Guindos no avanzó mucho, pero reconoció que los requisitos de capital se elevarán con el rescate. La legislación comunitaria impone un colchón mínimo del 9% para las entidades sistémicas, una exigencia que podría ampliarse a las firmas de menor tamaño. El club de la moneda única no tenía previsto especificar una cantidad para el salvavidas. De momento, se mantendrá el tope de los 100.000 millones a la espera de que concluyan las auditorías en profundidad que se están realizando. El objetivo es iniciar las recapitalizaciones en otoño -probablemente con los bancos nacionalizados- y completarlas la próxima primavera.

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Respecto a las condiciones, España apostaba por contar con un periodo de gracia de varios ejercicios en el que pague unas cuotas más bajas unos tipos de interés de entre el 3% y el 4% con un periodo de devolución de 15 años. Todas estas precisiones tenían que cerrarse para que los países puedan llevar a sus parlamentos la ratificación de las ayudas. De Guindos pronosticó que el rescate podría firmarse definitivamente en una nueva reunión del Eurogrupo el próximo día 20.

Con los mercados al acecho, los titulares de Finanzas intentaron clarificar las futuras inyecciones directas a la banca, el mecanismo que permitirá eliminar de las cuentas públicas españolas el impacto del rescate. Al menos, las declaraciones que se escucharon antes de la reunión fueron más mesuradas que las de la semana pasada. Entonces, Finlandia y Holanda amagaron con dar marcha atrás en una medida que despierta recelos en sus opiniones públicas. En ambos países, muchos ciudadanos se oponen a ayudar con su dinero a los socios en apuros y exigen fuertes contrapartidas.

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España, fuera del BCE

Los ministros de Finanzas de la zona euro propusieron ayer al luxemburgués Yves Mersch para ocupar el sillón vacante que dejó el español José Manuel González-Páramo, cuyo mandato expiró en mayo, en el directorio del Banco Central Europeo, lo que abre la vía a la prolongación del mandato de su compatriota Jean-Claude Juncker al frente del Eurogrupo.

Con este relevo, España se convierte en la primera gran potencia del euro que pierde su asiento en la cúpula del organismo monetario. Se espera que la designación permita desbloquear otros nombramientos como la presidencia del Eurogrupo -Alemania y Francia pugnan por el cargo- y del fondo de rescate permanente, puesto al que aspira el Ejecutivo de Rajoy.

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