DESDE EL BULE

Quisiera ser voluntaria

ANA VOZMEDIANO

Miércoles, 1 de febrero 2012, 03:15

Publicidad

Habrá que cerrar bibliotecas o polideportivos si no hay voluntarios que se ocupen de sus actividades». La alcaldesa del endeudadísimo Madrid, Ana Botella, hace estas declaraciones sin poner la cara que mostraría el nuestro, Juan Karlos Izagirre, un mohín de niño bueno al que le han suspendido Gizarte injustamente. Tampoco saca pecho como haría Iñaki Azkuna en un llamamiento aguerrido a su ciudadanía para cubrir gratis algunos puestos de trabajo. Ni tan siquiera se refugia en un 'a mí que me cuenta' que, como nadie, encarna ahora el trajeado Honorable Artur Mas. Botella pide que los voluntarios se ocupen de cursillos y talleres con el argumento de que la ciudadanía debe devolver aquello con lo que se les ha dotado como sí los servicios fueran graciables y no el objetivo de un gestor político. Caer en la tentación del voluntariado para determinadas funciones oculta demasiadas veces la intención malsana de abaratar servicios y salarios cubierta con un halo engañador de solidaridad. Enseñe usted judo gratis a los niños, venga a limpiar el río y así no pagamos a las brigadas, el yoga va muy bien a las embarazadas, dedíquele un par de horas a la semana. Quienes dedican su vida laboral a cuestiones vinculadas a la cultura de calle o al deporte de base no sólo se encuentran con que peligra su trabajo sino, sobre todo, con que el valor que se le da a su profesionalidad es mínimo. Eso sí, la alcaldesa que exige más que pide, aspira de nuevo a unos Juegos Olímpicos que, asegura, generarán un montón de puestos de trabajo, tal vez los mismos que quiere eliminar a costa de trabajo gratis. Conozco a chavales que ponen las vallas de la Behobia. Pero su profesor de gimnasia, afortunadamente, cobra.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad