La terraza del Gaviria, siempre concurrida. :: KUTXA FOTOTEKA
LA CALLE DE LA MEMORIA

1967. Cuatro turistas la montan en el café Gaviria

¿Recuerdan ustedes el Gaviria? A menos que sean jóvenes, seguro que sí. La cafetería del primer tramo de la Avenida, con su bulliciosa terraza, fue lugar de referencia para los donostiarras

MIKEL G. GURPEGUI

Miércoles, 1 de febrero 2012, 08:55

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¿Recuerdan ustedes el Gaviria? A menos que sean jóvenes, seguro que sí. La cafetería del primer tramo de la Avenida, con su bulliciosa terraza, fue lugar de referencia para los donostiarras o, al menos, de los de buena posición.

Sin embargo, nos acordamos del café Gaviria en la calle de la Memoria de hoy al leer, en la edición de EL DIARIO VASCO del 2 de febrero de 1967, un suceso, o más bien una escandalera, que allí protagonizaron un grupo de turistas extranjeros.

«Ayer, sobre las 8,45 de la noche, dos súbditos ingleses y otros dos australianos, que se encontraban en el Café Gaviria, como el camarero de dicho establecimiento se negara a servirles consumición alguna dado el estado de embriaguez que presentaban, promovieron un fuerte escándalo, intentando agredir a dicho empleado. El gobernador militar de la plaza y el coronel del Regimiento de Infantería que se hallaban en el establecimiento intentaron defender al camarero, siendo atropellados por los mencionados súbditos extranjeros».

Vaya lío. Allí teníamos a los turistas borrachos, al camarero atacado, a los militares... y a los guardias municipales. «Personada la Policía Municipal, procedió a la detención de los alborotadores, que fueron trasladados en una furgoneta celda a la Comisaría de Vigilancia, donde fueron identificados como Larry Shannon (inglés), Peter Gregg (australiano), Hughw Parsal (australiano) y R. W. Gartz (inglés). El coronel del Regimiento de Infantería resultó con lesiones leves».

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Aquellos extranjeros pendencieros no se olvidarían de su estancia en San Sebastián. Tampoco otros, aunque por motivos diferentes. En la misma semana de hace 45 años leemos un comentario en 'Sirimiri' sobre los robos en los automóviles foráneos.

«La desaparición de objetos del interior de un coche parecía ser una plaga que atacaba de una manera especial a las matrículas extranjeras. Acaso para compensar las ventajas y tolerancias en materia de aparcamiento nuestros amigos los turistas tenían de vez en cuando la oportunidad de aparecer en las páginas de los periódicos como denunciantes de la desaparición de máquinas, carteras y otros objetos».

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Sin embargo, se indicaba, «esta mala costumbre, que algunas veces parecía engrosar vergonzosamente el capítulo de 'diferencias' españolas, estás siendo combatida con eficacia». Menos mal.

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