La directora del 'Crazy Horse', Andrée Deissenberg, junto a seis de las perfectas bailarinas. :: JEAN BER
CULTURA

Bailarinas medidas con lupa

El espectáculo de las 'diosas' llega por primera vez a España en diciembre. El cabaret francés 'Crazy Horse' somete a su elenco a exigentes requisitos como la distancia entre los pezones

MARÍA ZÁRATE

Martes, 8 de noviembre 2011, 13:10

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21 centímetros exactos de distancia entre los pezones y 13 desde el ombligo hasta el pubis. Un peso mínimo de 54 kilos y máximo de 60. Una altura por encima de 1,68 y por debajo de 1,72 metros. Ni más ni menos. Muy guapa, buena bailarina, y sobre todo con personalidad. Estas son algunas de las exigentes condiciones que deben reunir las mujeres que trabajan en el cabaret francés Crazy Horse. La disciplina del «mejor, imposible» impuesta por su directora, la francoestadounidense Andrée Deissenberg, ha logrado unir a '10 diosas' con una anatomía más que perfecta en un espectáculo que llega a España por primera vez en diciembre.

El grupo recibe cada año más de 500 solicitudes de todo el mundo, pero sólo 20 mujeres, entre 18 y 36 años, son seleccionadas. La lista de cualidades que tienen que cumplir no acaba aquí. Si algunas mal pensadas creían que con varios retoques estos requisitos son pan comido se equivocan. La cirugía estética está «absolutamente» prohibida así como las mechas y el tinte en el pelo.

Tampoco se permiten los pases privados en sus camerinos, ni permanecer en la sala una vez terminado el show. Tienen que dominar la técnica de la danza clásica pero al bailar desnudas o semidesnudas necesitan un mes para aprender a moverse insinuando y nunca enseñando. «Que nadie sepa muy bien si ha visto o no ha visto algo», explica Diessenberg. Es decir, poner la miel en los labios.

Desde que cogiera las riendas del Crazy Horse en el 2005, muchos opinan que ahora el Moulin Rouge es únicamente otra parada más de la oferta turística de París. Mientras que el burlesque americano es «el prêt à porter», Deissenberg defiende que su cabaret es «la alta costura». En 1951, un vanguardista fascinado por las mujeres y el 'strip-tease', Alain Bernadin, fundó esta sala de fiesta donde el erotismo, la elegancia y la sugerencia eran las claves imprescindibles. La directora no se ha desviado de este camino en una época «en la que hay una saturación de sexo fácil» y en la que el público femenino -la mitad de los asistentes- son «propietarias de su cuerpo y de su sexualidad». El pintor Salvador Dalí era un cliente habitual y Woody Allen no dudó en incorporarlo como escenario para su película 'Whats new, Pussycat?'. Los 12 años de trabajo en el Circo del Sol respaldan la trayectoria artística de Deissenberg que ha renovado tecnológicamente el 'Crazy Horse' y ha contado con la presencia de invitadas de la talla de Dita Von Teese, reina internacional del burlesque, y la exvigilante de la playa, Pamela Anderson.

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El 21 de diciembre estrenará en los Teatros del Canal de Madrid 'Forever Crazy', una sucesión de números sobre la sensualidad femenina y alguno sobre la omnipresente crisis. Plumas, pestañas postizas, maquillaje corporal y erotismo en estado puro. Sólo los asistentes podrán comprobar la perfección de estas bailarinas a prueba de lupa.

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