Salón de Plenos. Los ciudadanos escucharon las propuestas de Juan Karlos Izagirre para la ciudad antes de tomar ellos el micrófono. :: PEDRO MARTÍNEZ
SAN SEBASTIÁN

Primeras peticiones al alcalde

Unos 200 ciudadanos acudieron a la puesta de largo de la nueva corporación para presentarse. 21 personas tomaron la palabra y expusieron espontáneamente sus problemas, muchos ajenos a la competencia del Ayuntamiento

LIDE AGUIRRE

Sábado, 25 de junio 2011, 13:09

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Alrededor de 250 personas tomaron ayer asiento en el Salón de Plenos del Ayuntamiento para presentarse ante el alcalde y los concejales y acercarles su realidad, su situación y sus problemas. Asociaciones relacionadas con la mujer, los jóvenes, los mayores y la inmigración habían sido invitadas por el alcalde Juan Karlos Izagirre a su primera recepción oficial, que fue «de presentación», como especificó el regidor, «y no de trabajo». Una toma de contacto con los ciudadanos en la que hubo manifestaciones que se ciñeron al guión y buscaban darse a conocer y otras que escapaban a la capacidad y el control del propio Consistorio.

El salón se vio desbordado. Además de los colectivos formalmente invitados hubo muchas personas que acudieron espontáneamente. La reunión comenzó con una presentación de los concejales y el alcalde y un repaso de sus objetivos. Así, Izagirre explicó que iba a luchar por «euskaldunizar Donostia, reforzar la cultura local y las fiestas populares en contra de una tendencia mercantilista e individualista de la ciudad», y dio paso a los asistentes añadiendo que los ciudadanos serán «el motor» de las políticas del Ayuntamiento. Al menos, de algunas, porque muchas de las peticiones que se esgrimieron ayer escapaban de la competencia del consistorio e incluso de la propia Diputación. Por ejemplo, «que Donostia se abarate y no sea una ciudad de élite» o que «las empresas apliquen el convenio de la construcción a los trabajadores de este sector», ambas cuestiones difíciles de gestionar por los corporativos, si bien la segunda no imposible.

Los intervinientes tenían una media de diez minutos para presentarse y levantaban la mano al azar para recibir un micrófono desde el que hablar. En total participaron 21, entre ellos tres de Altza, que acudieron para defender «la independencia del barrio para 2015». Un acampado del 15-M, que felicitó al Ayuntamiento por luchar «por el cambio»; una víctima del terrorismo «de extrema derecha», que pidió sensibilidad con todas las víctimas; la asociación de esclerosis múltiple de Gipuzkoa, que confesó que han estado «abandonados por la Diputación»; los vecinos de Riberas de Loiola, que «no tienen local». De Intxaurrondo, un vecino reclamó que «el nuevo centro cívico del barrio se gestione de forma pública», y un joven inmigrante demandó «sensibilidad para los nuevos que llegan a la ciudad». Finalmente, otros grupos se presentaron sin peticiones concretas y todos pasaron a un lunch.

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