«El acuerdo para Pasaia ha costado trabajo y enfados, pero lo más difícil ha sido bregar contra la crisis»
Miguel Buen. Expresidente de la Autoridad Portuaria de Pasajes. Tras dos años de gestión, deja el cargo que ya ocupó unos meses en 1998 con un protocolo para el puerto exterior «definitivo»
ARANTXA ALDAZ
Sábado, 9 de abril 2011, 11:40
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Miguel Buen ha abandonado esta semana la presidencia de la Autoridad Portuaria de Pasaia con una frase muy parecida a la que pronunció al tomar el cargo hace dos años. «Hay que trabajar duro para que la regeneración de Pasaia siga adelante». Un mensaje de despedida que trasluce la envergadura de la mayor transformación urbana pendiente en Gipuzkoa, una promesa heredada de gestión en gestión hasta desembocar el pasado martes en un acuerdo interinstitucional para comprometerse con la nueva bahía. La firma del documento es el último sello de una administración enmarcada en el día a día por la crisis, «lo más difícil de hacer frente», reconoce el ahora candidato del PSE' a diputado general de Gipuzkoa.
- Se va con un acuerdo bajo el brazo. ¿De verdad es el definitivo?
- Yo creo que es el acuerdo que sienta definitivamente las bases con las cuales, a través de convenios ulteriores, se desarrollará la construcción del nuevo puerto, el traslado de las actividades y la regeneración de la bahía y su entorno. Pero no hay que esperar a que se construya el puerto exterior porque hay que ir actuando, como los pantalanes que se han inaugurado en La Herrera o la construcción de la nueva lonja de San Pedro.
- Sigue habiendo ciudadanos escépticos con el proyecto.
- La mejor forma de hacer ver a la ciudadanía que vamos adelante es con proyectos como los mencionados. La firma del acuerdo interinstitucional del martes es una imagen potente que debería dar tranquilidad a los ciudadanos, aunque siempre existe riesgo de parones, por colectivos y partidos contrarios a la construcción del nuevo puerto, que tratarán de poner inconvenientes. Esos siempre van a estar en contra, se haga lo que se haga. Yo, desde luego, me comprometo, desde el lugar que me otorguen los ciudadanos tras las elecciones forales del 22 de mayo, a seguir defendiendo este proyecto y tirar del carro.
- Los comicios están a la vuelta de la esquina. ¿Ha habido interés electoral en la foto del martes?
- Pues no. Es cierto que a mí me hubiese gustado que el protocolo hubiese estado cerrado hace tres meses. Pero las cosas son como son. No es nada sencillo poner de acuerdo a tres administraciones. Al final ha estado cerrado la semana pasada, cuando se ha podido. Nada ha tenido que ver que dentro de mes y medio sean las elecciones. Lo que no entendería es que porque vaya a haber elecciones no se cerrara un protocolo pudiéndolo hacer. Hay personas que siempre le van a sacar punta a todo, a las fechas, a los plazos... Lo importante es el acuerdo, no la fecha. Nadie sabe lo que cuesta hacer un trabajo nada más que el que lo está haciendo. Y sé lo que ha costado este acuerdo, las horas, las llamadas de teléfono y los viajes de trabajo. No es sencillo. Compromete a muchos.
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- ¿En algún momento ha pensado en tirar la toalla y dar por imposible el acuerdo?
- He sido dieciocho años alcalde de Errenteria, no sé si eso contesta a la pregunta. Es muy difícil que yo tire la toalla. Con toda la corrección, eso sí, puedo ser como un perro de presa. Si hago traba en un hueso, lo tiene muy complicado para escapar. Me da lo mismo que sea un altísimo dirigente de mi partido, o de otro. Este protocolo no es fruto de la casualidad. Que nadie piense que ha caído del cielo. Ha costado trabajo, discusiones, en algunos momentos enfados, rifirrafes, pero al final lo que vale es que hay un documento que sienta las bases para las tres administraciones, y que por encima de los desencuentros ha primado el acuerdo. Eso para los ciudadanos vale muchísimo.
- ¿Ha sido lo más complicado de su gestión?
- Lo más difícil ha sido bregar en el día a día contra la crisis. Y lo más difícil para el futuro, además de llevar adelante los compromisos del protocolo, quizá sea el informe de sostenibilidad medioambiental. Difíciles han sido también las relaciones con el gobierno municipal de Pasaia. Pero no voy a hacer ningún comentario que pueda sonar a electoralista, prefiero huir de ello. Mi gente, mi consejo de administración, saben de los recursos judiciales que ha presentado el gobierno de Pasaia a todas las actuaciones que hemos hecho, incluidos los pantalanes.
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Después del 22-M
- ¿Teme que el mapa político que salga de las próximas elecciones pueda entorpecer el proyecto de puerto exterior?
- Tememos que después de las elecciones se componga un mapa de gobierno en el que estén los que siempre se sitúan detrás de una pancarta y están siempre en contra de todo. Hemos leído esta semana que Aralar ha presentado una denuncia contra el acuerdo, no sabe muy bien a qué, porque el protocolo lo que hace es sentar las bases. El puerto exterior va a seguir sus trámites como no podía ser de otra manera, entre ellos la memoria ambiental. El señor Maeztu, con todos mis respetos, está meando fuera del tiesto, porque está queriendo poner el remedio sanitario donde todavía no hay enfermedad. Me preocupa y también a muchos ciudadanos que si mañana el PNV de Gipuzkoa puede tener a Aralar como miembro preferente ello suponga poner palos en las ruedas en el desarrollo del protocolo. Espero que no.
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- ¿Tanto dependen los proyectos de que coincida un mismo color político en las diferentes administraciones implicadas?
- El color político facilita la interlocución. Pero a mí me parecen importantísimas las personas, más allá de la adscripción política. Estamos hablando de un proyecto de país, y como tal, necesita de personas que más allá de los colores políticos pueda ser una realidad. De la bahía de Pasaia llevamos hablando demasiado tiempo. Teníamos que haber pasado hace mucho tiempo de las palabras a los hechos. La composición del Gobierno Vasco ha sido determinante, porque en el anterior había tres partidos (PNV-EA-EB), cada uno de cuales tenía un representante en el consejo de administración. Sólo la representande del PNV apoyaba el puerto exterior; la consejera de Medio Ambiente (EA) era opositora radical y el señor Madrazo (EB) se oponía también. Es imposible que salga un acuerdo de estas características de un consejo de gobierno con esa división.
- El actual Gobierno Vasco ha firmado el protocolo pero también ha dejado patente su malestar por las afecciones medioambientales. ¿Cómo se casa eso?
- No es incompatible. Los Gobiernos vasco y de España no pueden decir que la obra de los túneles en Jaizkibel es inocua y que no altera la morfología del monte. Claro que tiene incidencia y altera la morfología del monte. Otra cosa es que no se busquen las medidas correctoras necesarias. Los informes para la pasarela Monpás de Donostia eran más críticos. Sin embargo, tiene luz verde para su construcción con condicionantes.
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- ¿Hay alguna posibilidad de que el Ministerio de Medio Ambiente eche por tierra el proyecto?
- Yo creo que no. Pero desde aquí se tiene que trabajar exhaustivamente y con mucha solvencia. Me refiero a que no se puede caer en el error de despreciar cualquier cuestión que se haya planteado en las alegaciones porque nos parezcan una auténtica barbaridad o no tengan la más mínima entidad.
- ¿Ve más cerca ser diputado general o que la regeneración sea una realidad?
- Las dos cosas son compatibles y además desde los dos ámbitos se puede y se debe trabajar a favor del proyecto. Desde luego me veo más cerca de diputado general que de presidente de la Autoridad Portuaria de Pasajes (ríe).
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