Difusión. Proctor aboga por permitir la difusión de imágenes de obras de museos en la red. :: G. BARNUE VO
Nancy Proctor, Museo Smithsonian

«Los museos están en las redes sociales aunque ellos no quieran»

Directora de nuevas tecnologías del instituto americano, imparte una charla hoy sobre la web 2.0 en el Koldo Mitxelena

ARTURO GARCÍA

Jueves, 8 de julio 2010, 05:03

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Esta experta en iniciativas multimedia interviene esta tarde en una conferencia titulada 'Gipuzkoa 2.0: Activa el conocimiento compartiendo contenidos', organizada por el departamento de Cultura de la Diputación de Gipuzkoa. Será en el Koldo Mitxelena (19.00 horas) y hablará sobre nuevos usos de las redes sociales y su aplicación en el mayor complejo museístico del mundo. LLegada a Euskadi invitada por los encuentros de Arte y Cultura(BAK) que organiza la UPV, Proctor ofrecerá su visión sobre la compartición libre de contenidos y el 2.0 en los museos.

-Aboga por una nueva forma de relación bidireccional entre museo y visitante, ¿de qué forma?

-Es pasar de escuchar explicaciones y atender a la información de los auriculares a, mediante una metodología basada en las nuevas tecnologías y la web 2.0, cambiar la contemplación del museo. En el modo tradicional, el museo habla y el visitante escucha y aprende en actitud pasiva. Ahora es una conversación entre ambos.

-¿Cuál sería esa aportación?

-Una conversación no es un monólogo; o, como en los blogs, donde se pone la información del museo sobre obras y exposiciones, y la gente deja allí su comentario. Hay un intercambio de conocimiento y el museo ocupa una posición de nudo, de enlace entre la gente.

-¿Se dirige siempre a un visitante virtual o también al presencial?

-Los retos para el museo del siglo XXI son para ambos. En el Smithsonian tenemos 30 millones de visitas anuales presenciales y 180 millones virtuales. Hay que dar un paso, superar la web tradicional e implantar la web 2.0 donde el usuario interactúa con el museo.

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-¿Acabará la visita tradicional?

-Al menos la va a modificar de forma sustancial. Los museos tienen miedo de dejar que la gente haga fotos cuando el visitante en internet muchas veces enriquece la presencia de museo, lo da a conocer fuera de su espacio físico, y eso puede ser beneficioso para su difusión.

-¿Todos los museos introducirán estas prácticas, accederán a compartir su obra con la red?

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-¿Hay museos que ante los avances tecnológicos prefieren esperar a ver qué va a quedar de todo eso antes de incorporarlo?

-Ser cauto es válido. Pero apostar por este modelo interactivo basado en la web 2.0 no conlleva más riesgos que programar una gran exposición. Depende del contexto del museo. No es necesario que todos los museos de un territorio estén a la vanguardia de las tecnologías.

-¿Qué ha constatado a lo largo de su experiencia?

-He trabajado los últimos 10 años con nuevas tecnologías en museos grandes y pequeños y son los pequeños los que suelen ser más innovadores: se pueden mover con mayor facilidad. En Gipuzkoa, el proyecto de colaboración con los contenidos 2.0 es factible porque no son museos grandes. Es más sencillo hacer que se mueva el barco.

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-¿La realidad virtual cambiará nuestra forma de mirar el arte?

-Probablemente sí, pero seguirá sin haber nada igual a estar delante de la obra. Sólo hay una pequeña parte de personas que puede ir a ver las grandes obras repartidas por el mundo y visitarlas en persona. Con las nuevas tecnologías podremos poner las colecciones de arte en situación de que la gente pueda encontrarlas fuera del museo, de sus paredes, con un alto grado de definición.

-¿Qué considera necesario que ocurra para que eso sea así?

- Aunque hayas visto un millón de veces la imagen de la Gioconda, cuando vas por primera vez a París necesitas ir a verla de cerca, estar ante ella para ver si es como la imaginabas. Si ponemos esa experiencia del visitante ante la obra en la red, la compartes. Permitir la difusión de las imágenes del arte es fundamental, es muy importante porque es un bien, no es un robo al museo. Para mí es frustrante toparme con esas trabas, tipo cartel que dice 'prohibido pasar'.

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