La Fundación Buesa apoya la reinserción de presos si se verifica el final de ETA

Los partidos, instituciones y colectivos sociales comienzan a resituarse ante la posibilidad de que empiece a abrirse el camino para el final del terrorismo en Euskadi. La última en hacerlo ha sido la Fundación Buesa, que hizo público ayer un editorial, en su boletín informativo mensual, sobre la «hoja de ruta ante un próximo fin de ETA» en el que pide a las formaciones políticas no «cometer errores» en este momento clave, y defiende las medidas de reinserción para los presos si la organización terrorista deja las armas y los reclusos reconocen y asumen el daño causado.

El manifiesto de la fundación del dirigente del PSE-EE alavés asesinado por ETA hace diez años está dirigido principalmente a los partidos políticos democráticos y supone una reflexión tras diez años de recorrido de esta asociación. Una década en la que el análisis de la Fundación Buesa no ha cambiado, pero sí algunas condiciones políticas que han llevado a este colectivo a marcar el recorrido que, a su juicio, consideran debe desarrollarse «ante un eventual final de ETA, que se vislumbra próximo». Fuentes de la fundación observan «indicios» de que el final se acerca, entre ellos «la cada vez mayor falta de apoyo social» al terrorismo, con un porcentaje amplísimo de la población contrario a los atentados, el deterioro constante de ETA tras los sucesivos golpes policiales, las voces internas del mundo de Batasuna que cuestionan la estrategia violenta, y la situación de unidad de todos los partidos frente a la violencia. Pero los recientes recuerdos de enfrentamientos políticos tras los últimos procesos fallidos de paz y lo delicado del asunto, han llevado a la Fundación Buesa a trazar una hoja de ruta para «cerrar bien» un proceso final que «va a condicionar mucho la convivencia futura entre vascos».

Texto de consenso

El comunicado viene firmado por la presidenta de la fundación y viuda de Fernando Buesa, Natividad Rodríguez, aunque ha sido elaborado y consensuado por todos los miembros del patronato, que integra a personas de distintas ideologías y sensibilidades.

El editorial comienza señalando que «estamos sinceramente convencidos de que ETA, que tanto nos ha hecho sufrir, se encuentra en una situación de gran debilidad, lo que no es óbice para que aún pueda hacer mucho daño». Tras destacar la labor policial y las políticas de tolerancia cero con el terrorismo puestas en marcha por los gobiernos central y vasco, la Fundación Fernando Buesa precisa que no quiere un final de ETA a cambio de contrapartidas políticas para dejar las armas. «Deseamos fervientemente que el final de ETA se produzca lo antes posible, pero no a cualquier precio. Hemos rechazado siempre que el final de la violencia vaya acompañado de contrapartidas políticas y reivindicado la unidad democrática», agrega.

El principal objetivo del texto es contribuir con algunas reflexiones sobre cuáles deberían ser las líneas maestras de una 'hoja de ruta ante un próximo fin de ETA', como recoge el título del editorial. En primer lugar, el colectivo cívico sostiene que «ese final del terrorismo debe venir marcado por los principios del Estado de Derecho y ser liderada por los partidos democráticos». Vuelve a insistir así en la necesidad de que ETA no logre contrapartidas políticas a cambio de dejar las armas, en línea con lo manifestado por las asociaciones de víctimas. «El fin del terrorismo no puede suponer rédito político alguno, por lo que no cabe ninguna contrapartida política para los terroristas».

En este punto también hay una alusión a Batasuna y una hipotética vuelta a las instituciones. «Creemos que la integración en el juego político democrático de los sectores que no condenan el terrorismo deberá darse cuando, de una manera nítida, rechacen el uso de la violencia como método para conseguir fines políticos y, además, acepten de manera indubitada la legitimidad y los valores del Estado de Derecho», precisa.

Futuro de los presos

Uno de los aspectos novedosos se refiere al futuro de terroristas y víctimas en un eventual nuevo escenario. El editorial deja claro que el «elemental respeto al derecho a la justicia de las víctimas del terrorismo exigirá que los delitos terroristas sean investigados y juzgados».

No obstante, a renglón seguido, hace una mención a la posibilidad de que los presos se puedan acoger a medidas de reinserción si cumplen los requisitos legales de reconocer y reparar el daño causado. El manifiesto señala que «una vez comprobado fehacientemente el final definitivo de la actividad terrorista, y únicamente en ese momento, la democracia española, dentro de lo previsto en el ordenamiento jurídico, podrá propiciar medidas favorecedoras de la reinserción de los terroristas presos». Las condiciones para ello serán la «necesaria proclamación por parte de los terroristas de la ilegitimidad de la violencia para conseguir fines políticos, el reconocimiento y la reparación del daño causado y la asunción de la legitimidad de nuestro Estado de Derecho».

Como conclusión ante un eventual final del terrorismo, hace un llamamiento a la «prudencia» de todos los partidos e instituciones, y reclama «dosis de generosidad para no buscar protagonismos ni intereses partidarios» que puedan dar al traste con la paz. «Son momentos difíciles, en los que la cercanía del final no nos puede llevar a cometer errores. Ni por exceso, ni por defecto», argumenta. La fundación apela a la cautela y a no caer en la tentación de «creer que desaparecida ETA, han desaparecido todas sus consecuencias».