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Recogida. Voluntarios recogiendo ayer colillas junto a la plaza de toros.

Tolosa

Por una Tolosa limpia de colillas

Activistas de la ONG Surfrider llevan a cabo una campaña de concienciación recogiendo más de 1.300 colillas de tabaco en sólo una hora

Martes, 27 de mayo 2025

Más de 1.300 colillas se pueden recoger en Tolosa en solo una hora. Lo demostraron ayer los activistas voluntarios de la ONG Surfrider, que llevaron a cabo un acto reivindicativo llamado 'Colillatón', enmarcado dentro del Día Internacional sin Tabaco. Concretamente, recogieron 1.350.

La iniciativa de Tolosa formaba parte de una 'mega recogida' que se lleva a cabo en diferentes ciudades (proseguirá esta semana en diferentes puntos de Gipuzkoa), y que tiene que ver con una llamada de atención para concienciar a la población sobre una certidumbre: las colillas de tabaco constituyen unos de los residuos más contaminantes.

María Ballesteros, portavoz de Surfrider, coordinó la labor de los voluntarios que 'peinaron' de cigarros algunos puntos de la población, como los aledaños de la plaza de toros, plaza Lizardi y otros espacios céntricos. «Las colillas no se pueden reutilzar y acaban en el mar», señalaba. Y, en el caso de Tolosa, además, el viento y la lluvia arrastran los cigarros hasta el río. «Sólo con mirar al suelo un instante te das cuenta de la cantidad de restos de tabaco que hay».

Desde Surfrider ofrecen el dato de que cada año se tiran al suelo 4.500 millones de colillas en todo el mundo. El problema es que, si no se recogen antes, la acción del viento, del agua o de la lluvia, acaba por desplazarlas a las alcantarillas y, de ahí, al mar. En consecuencia, se estima que un 40% de ellas acaba su recorrido en los océanos. Según datos de 2023, el 88,5% de los residuos recogidos fueron colillas.

La campaña 'Colillaton' nació primeramente tras detectar el gran volumen de colillas en las playas urbanas y después se extendió a otras poblaciones no costeras. «La colilla es uno de los residuos que más contamina. No solo es plástico, también contiene miles de tóxicos», aseguran en Surfrider. Ocurre, además, que hay una especie de 'laxitud' social en torno a este tema. La gente ve mal arrojar latas o botellas al suelo, pero las colillas no parecen provocar tanto rechazo social, pese a su alto impacto ambiental.

La campaña Colillatón forma parte de Ocean Initiatives, un programa europeo de ciencia ciudadana que Surfrider desarrolla desde hace más de 30 años. Las personas voluntarias no solo recogen residuos, también registran datos clave que se trasladan a la Agencia Europea del Medio Ambiente. En este punto, María Ballesteros recuerda que, más allá de la concienciación, también hay un propósito tangible, «porque hay una ley que protege este problema, que no es sólo individual, sino también atañe a los grupos y a las empresas». Gracias a estas cifras, se pueden tomar decisiones políticas y empresariales que prevengan la llegada de colillas al mar. Esta es la gran esperanza de Surfrider.

Iniciativas como éste que tuvo lugar ayer en Tolosa y otras poblaciones intentan, por tanto, reducir la presencia de las colillas en el entorno y, sobre todo, desnormalizar su abandono en la naturaleza. A simple vista, una colilla parece inofensiva, pero una sola puede contaminar hasta 500 litros de agua. Su filtro, hecho de acetato de celulosa (un tipo de plástico), puede tardar más de diez años en degradarse, y no desaparece. Durante ese tiempo, libera miles de sustancias tóxicas como plomo, arsénico o amoníaco, afectando directamente a la biodiversidad marina y, en última instancia, a la salud humana.

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