Tolosa

Primer año del 'nuevo' Abegi

Gracias a una impagable labor de voluntarios, a las aportaciones ciudadanas anónimas, y a la colaboración de la parroquia, el Hogar del Transeúnte 'Abegi' pudo echar a andar en 1986 y, desde entonces, ha desarrollado una misión vital para acoger a las personas sin hogar. El centro acaba de cumplir el primer aniversario de una nueva etapa. Porque al comenzar 2024 dejó de ser un centro atendido exclusivamente por voluntarios, para pasar a ser un servicio dependiente del Ayuntamiento y gestionado por una empresa especializada, la Fundación Peñascal.

Pero el Abegi de antes y el de ahora comparten la misma filosofía: ayudar a la gente que lo ha perdido todo. Los voluntarios veteranos que asistieron al acto oficial de este primer aniversario pidieron precisamente eso: que la necesaria profesionalidad siga necesitando del cariño vocacional y la dedicación altruista. Desde Peñascal lo tienen claro y animan a la gente a colaborar.

Se han mantenido, dentro del servicio actual, a las dos personas que trabajaban de forma profesional en la anterior etapa. Además, se ha incorporado a más profesionales. En la actualidad hay un equipo de ocho profesionales: dirección, técnicos de intervención y ayudantes multifuncionales. Asimismo, las voluntarias y los voluntarios han tenido la posibilidad de seguir formando parte del servicio. En este momento son cinco las personas que dedican su tiempo al Hogar.

Con la mayoría de usuarios se ha realizado un trabajo que ha rondado los seis meses, aunque en otros casos también se les ha atendido durante todo el año, según explica Lierni Altuna, coordinadora de 'Abegi' y representante de la Fundación Peñascal. Se han realizado diferentes tipos de ayuda en función de las necesidades de cada persona: formación, mediación, higiene, programas de desintoxicación...

Por ejemplo, a las personas con dificultades lingüísticas se les ha animado a matricularse en la EPA; y en el caso de las personas que dominan el idioma, se les ha derivado a los Certificados Profesionales de Lanbide. Son seis los usuarios que han obtenido algún certificado. Por su parte, tres personas han conseguido acceder a programas adaptados a su situación y siguen adelante con sus procesos a día de hoy.

El alcalde, Andu Martínez de Rituerto, y la concejala de Servicios Sociales y Salud, Kristina Peláez, agradecieron a todas las personas voluntarias «su tiempo y colaboración». También subrayaron que para poder mantener la identidad de Abegi, ha sido imprescindible la colaboración de todos los agentes que han participado. Y destacaron que el servicio ha priorizado la intervención, con la mirada puesta en promover oportunidades de inclusión.

En el plazo de un año, se han alojado en Abegi un total de 351 personas, 325 hombres y 26 mujeres. En cuanto a su origen, 261 han sido de procedencia extranjera, 57 de origen estatal, y 33 personas nacidas en Euskal Herria. Además de satisfacer las necesidades básicas (alimentación, alojamiento, aseo, higiene, ropa...), se incide en el cuidado del bienestar psicológico y emocional durante la estancia. «Buscamos dar seguridad y comodidad», asegura Lierni Altuna.

Por otro lado, el Servicio de Día ha atendido a veinte personas, y aquí se distinguen dos grupos principales: por un lado, los varones extranjeros de unos 30 años, sin hogar y en situación administrativa irregular, y por otro, los hombres de nacionalidad española de unos 50 años, sin hogar y con adicciones a diferentes sustancias.