«La Palma, el Hierro y La Gomera conservan aún una autenticidad única»

Palacios reside en Fuerteventura desde hace 25 años. Ha trabajado en la Estación Biológica de Doñana (CSIC) y ha sido director de Comunicación de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y de FSC. Es presentador de la serie de naturaleza 'El señor de los bosques' en La2 de TVE. 'El vuelo de la alondra' es su sección medioambiental en 'El gallo que no cesa' de RNE. Desde 2004 es columnista en el diario 20 Minutos y bloguero de 'La Crónica Verde'. Es, asimismo, autor de una veintena de libros

– ¿Qué criterios ha seguido para escoger siete escenarios concretos dejando otros?

– Ha sido tremendamente complicado, pues hay cientos para elegir y todos bellísimos. He querido seleccionar un paisaje característico de cada una de las islas, pero no tanto por su interés turístico, sino más bien por sus valores medioambientales y culturales, espacios que concentran tanto una extraordinaria singularidad como un buen estado de conservación.

– Siempre ha subrayado con orgullo que Canarias es un reducto único de Biodiversidad...

– No sólo eso, es también un refugio de especies únicas en medio del Atlántico, Por eso destacaré, en los siete lugares escogidas, especies animales o vegetales de gran interés, junto con personas o colectivos que se han implicado en su conservación Porque el paisaje natural no se puede entender sin su paisaje humano. Tenemos que fomentar el respeto y protección a esta riqueza única de la que formamos parte.

– ¿Puede destacar algunos de estos lugares de obligada visita de los que hablará hoy?

– En Lanzarote he elegido el Jable de Famara, en el norte de la isla, y allí destaco tanto un colectivo ciudadano que lucha por su protección, como un animal absolutamente increíble al que poca gente hace caso a pesar de su extraordinaria inteligencia, como es el cuervo canario. Aprovechando que estamos celebrando también el centenario del nacimiento de Chillida, en Fuerteventura me centraré en la Montaña de Tindaya y el fallido proyecto escultórico, relacionándolo con una especie muy amenazada que vive en sus inmediaciones, la hubara canaria.

– Usted siempre ha alertado del efecto negativo que ha tenido el turismo de masas en las islas. A veces se detecta un cierto pesimismo cuando viajas allí...

– Ese pesimismo procede de lo mucho que ha cambiado Canarias en los últimos treinta años, por culpa de un turismo cada día más masificado y la llegada de muchos inmigrantes, la mayoría enamorados de esa tierra, pero otros, los menos, sin interés en valorar sus muchas riquezas. En poco tiempo todo ha cambiado de manera radical sin lograr mejorar la vida de los locales, lo que aumenta una sensación de pérdida, que el tradicional pragmatismo canario ve como algo difícilmente evitable.

– Pero existen también muchos ejemplos de turismos sostenible que son ejemplares...

–En la isla de Tenerife tenemos excelentes ejemplos, pero creo que, en general, el impacto turístico y la pérdida de identidad son muy fuertes. Frente a ello, La Gomera, La Palma y El Hierro mantienen todavía una autenticidad absolutamente única, pues han apostado por el turismo más sostenible, cercano y personal. Son sin duda un modelo de equilibrio a imitar en toda Europa.

– En Euskadi y Gipuzkoa tenemos una cultura de respeto medioambiental que suele valorarse positivamente...

– Conozco bien Gipuzkoa y siempre he admirado ese orgullo por lo propio pero desde el conocimiento, desde el gusto por pasear por sus bosques, apostar por lo local y de temporada, conservar la cultura y sentirse orgullosos de un paisaje tan bello como cautivador.